Hay una senda para librarse de la inquietud, una vía para hallar nuestro espacio de sosiego, para desarrollar el arte de vivir y ser, hay un camino para armonizar la mente y el corazón. Es una senda que pasa siempre y necesariamente por uno mismo, nadie la puede recorrer por otro. Es sinuosa y sembrada de dificultades, pero es la única que nos puede conducir al encuentro con lo más claro, silente y hermoso que reside en nosotros mismos. En la quietud interior hay una enseñanza reveladora que no está en la cultura ni el saber. No es una enseñanza que brote del continuo hacer, sino del Ser... - Gassho
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