Un maestro no es aquél a quien acudes para construirte una verdad, porque ni su verdad ni la tuya lo son, aunque ambas sean verdaderas al mismo tiempo...
Tampoco es aquél que te instruye a seguirle en su camino, porque cada sendero es único, inigualable e irrepetible...
Un Maestro es aquél que llega, borra todas las huellas y las marcas, derrumba todas las certezas y te indica dónde te está latiendo tu propia brújula, tu genuina maestría...
Y con ello, no te mostrará cómo vivir, sino cómo vivirTE...
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