He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

lunes, 28 de marzo de 2016

El Aikido y la Naturaleza...

                 EL AIKIDO Y LA NATURALEZA
 
Reflexionando acerca de las imágenes de la naturaleza que O Sensei (1883-1969) utilizaba para hablar del aikido, y las utilizadas con posterioridad por sus alumnos, grandes maestros hoy, he llegado a una serie de conclusiones que quiero compartir...
 
 
 
 
 

La naturaleza (no animal) y sus fenómenos son las referencias más utilizadas por los maestros zen. El agua, el viento, los árboles, el bambú, la montaña, los ríos, el mar, etc., son imágenes muy recurrentes en el budo japonés y en el Aikido en particular. En este sentido veo una cierta diferencia con  artes marciales de otras culturas, donde estas referencias son reducidas en relación a las que se hacen de animales (el tigre, la mantis, el mono, serpiente...). Con la naturaleza animal aparece la ley del más fuerte, el instinto de supervivencia, técnicas (animales-naturales) de lucha, desarrollándose así unos conceptos marciales más combativos, reactivos y destinados a la supervivencia y a la lucha... La ley del más fuerte no es una referencia para el aikido. La fortaleza, que prevalece en el aikido, es una fortaleza distinta...

Es de la observación y reflexión (propia de una tradición de influencias taoistas, shinto y zen) de la naturaleza, donde nace una estrategia marcial muy propia del budo japonés (a nivel individual o colectivo). Hablo del Arte del Aikido, como también del Kendo, la Vía de la Espada, "la espada que da la vida", y a su vez el tiro con arco que se convierte en un Do, el kyudo... Estas artes toman una dimensión que va más allá de la combatividad, en virtud de un cambio de época y en el papel del guerrero (bushido/budo), y por el desarrollo y la evolución espiritual de O Sensei...

Los referentes del aiki están exentos de la ley del más fuerte. Ideas como el vencer, imponer, derrotar, matar, el instinto reactivo ante la agresión, la agresividad,  propias de la energía animal (y humana) en cuanto a su  instinto de  supervivencia, quedarían apartados a un segundo plano y en algunos casos completamente, situando esta estrategia a un nivel más allá de nuestra animalidad y de nuestro instintos primarios... Desarrollar un espíritu fuerte capaz de canalizar el instinto, desarrollar la consciencia de la unidad de todo, que nos permitirá llevar a cabo un discernimiento profundo de la realidad de las cosas, es lo que nos llevará más allá del  instinto de supervivencia más primario y de la combatividad, situándonos así, como garantes de la proactividad, la sostenibilidad y el equilibrio vital, y por lo tanto  como armonizadores de las energías del conflicto y finalmente creadores y protectores de una cultura de paz...
 
 
 

La adaptabilidad y fuerza del agua o el viento, la inamovilidad y no intervención de la montaña, la flexibilidad y dureza del bambú, son ejemplos que los maestros de budo japonés y de aikido utilizan constantemente para hablar del aiki y la relación con el compañero, pero al mismo tiempo, estas comparaciones están definiendo un estado mental y emocional. La  "mente" del agua, de la montaña.... De manera que este tipo de referencias nos acercarían no sólo a una estrategia física de comportamiento, sino también mental. Aparece de esta forma la idea de mushin o no-mente, como estado mental necesario para el desarrollo del budo y del aikido, el kendo o el kyudo en particular. Un estado mental inamovible y emocionalmente controlado, desde donde la "máquina humana" funciona perfectamente, integrándose dentro de las energías del conflicto, para vencer, en el caso de otros budos tradicionales, o cumpliendo una función equilibradora y armonizante (pacificadora), propia de los maestros que consideran  su verdadero papel en la naturaleza y en el universo en general...

La naturaleza aparece como una gran maestra para los practicantes de artes marciales. O sensei se retiraba a la montaña semanas, allí practicaba y decía que recibía técnicas secretas. Hacía misogi (purificaciones) en caídas de agua, cultivaba la tierra y sentía que el cultivo de la tierra estaba íntimamente unido al espíritu del aikido. ¿No es una maravilla? Los samurais del antiguo Japón se retiraban también a las montañas a entrenar, y decían que los tengus (divinidades, espíritus de la naturaleza) de la montaña les enseñaban técnicas marciales... Miyamoto Musashi (1584-1645) consideró a la naturaleza su verdadero maestro, y vivió en los bosques durante mucho tiempo...
 
 
 

Todo esto nos hace entender que en el budo tradicional japonés el papel de la naturaleza y sus fenómenos son y han sido muy importantes en las estrategias marciales y por supuesto en la actitud mental como parte fundamental.  En el caso del aikido, como forma de Budo, ocurre exactamente igual, pero yendo un poco más allá en virtud de la experiencia espiritual de O sensei, desarrollando el espíritu no violento y proactivo de su filosofía, que por supuesto encuentra su reflejo y guía también en la naturaleza...
 
 

 
 

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