La capacidad de estar solo es la capacidad de amar. Puede parecer paradójico, pero no lo es. Es una verdad existencial: solo aquellas personas que son capaces de estar solas son capaces de amar, de compartir, de ir al centro más profundo de otra persona, sin poseer al otro, sin ser dependiente del otro, sin reducir al otro a una cosa y sin convertirse en adicto al otro...
He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…
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