He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

domingo, 11 de mayo de 2014

El Origen Pagano del Santo Grial...

Hoy voy a tocar asuntos que son de interés en grado sumo… Todos ellos relacionados con el Santo Grial como epicentro. Bien, hace pocos días releía y meditaba la célebre máxima de Goethe sobre el hecho de que “el Eterno femenino conduce al cielo”. Pues bien, hoy deseo confesar varias cosas sobre este gran misterio… Sí, porque el anhelo, el impulso que nos lleva a realizar este Misterio último, lo que Jung llamó Individuación, no es sino la proyección del ‘yo’ en la Persona, en la Mónada, en el Self, dándole un Rostro a los Dioses, ‘iluminando la oscuridad del Creador’ (como dijera Jacob Böhme), y esto solo es posible por obra y gracia del amor… Sólo el Amor puede cruzar el profundo foso, el puente levadizo que separa el ‘yo’ del castillo donde duerme el ser amado (EL o ELLA, ELLA o EL), dando el salto en el abismo… 




Equivale a una mutación, a un milagro. Es ya una Flor Inexistente: el Self. Si caes dentro de esa Flor, reencuentras el Rostro del Ser Amado. Este amor, este impulso, es un fuego helado, rojo-verde, que lo quema todo y te proyecta al cielo, enamorado/a más allá de la vida y de la muerte, para toda la eternidad. A ese Rostro, a ese Fuego de Amor, que los trovadores minnesänger llamaban Vrowe Saelde, Isolda, Jung lo llamó Anima en el hombre y Animus en la mujer…




Veamos, tanto el Misterio del Grial como el Tema de Bretaña me han preocupado y conmovido desde mi juventud. Allí siempre he presentido algo sagrado que no se debe ‘psicologizar’. Salvando la abismal distancia que me separa de este genio, diré que a Carl Gustav Jung (al cual estudié a fondo gracias a mi Maestro) le pasó lo mismo, compartiendo idéntica pasión, salvo que él, para no ser acusado de ‘misticismo’ y ‘magia’, envolvió sus profundas vivencias gnósticas con el lenguaje a la moda de los tiempos. Por eso, muy a su pesar, psicologizó conocimientos tradicionales y sacros como la alquimia, la astrología, el hermetismo y hasta el I Ching… Pero, tal y como he afirmado, pese a esto, él entregó la ‘clave’, sí, de algún modo trovó clus, tal y como hicieron los trovadores de Occitania y los minnesänger germanos... ¿No dijo acaso, justo antes de morir, que ‘solo los poetas me entenderán’? ¿No declaró, por ejemplo, que los Arquetipos son psicoides? Es decir, trascienden la psiquis humana, están más allá, o más acá de ella... ¿Qué diferencia hay, entonces, con los Dioses de Grecia, India y de los antiguos germanos? ¿Y sus dos o más Inconscientes Colectivos, incompatibles entre sí? ¿No es esta acaso la ‘Memoria de la Sangre’, la Minne de los trovadores, que cantaban el recuerdo in illo tempore de un Amor perdido...? Sin dudarlo, mi admirado Jung conectó a la perfección su concepción de los Inconscientes Colectivos con la misteriosa doctrina tibetana del Tulku y con la hindu-budista del Bodhisattva… Un Tulku ya no habla en ‘yo’, sino en ‘nos’, cuando se refiere a sí mismo. Es un ‘Espíritu de Raza’ (como decían los ocultistas) encarnado en todo un pueblo. Posee todos sus ‘yo’, siendo, además, consciente en varios planos o tiempos paralelos de existencias. Es ubicuo. Esto enlaza, por ejemplo, con el final de Nietzsche o el de Hölderlin, que no eran más uno, sino todos… ¡¡Y en medio de todo esto el Self, como un centro ideal, ubicado en ninguna parte del inmenso Océano, como una Flor Inexistente!!




Pero no quiero perderme… Seamos claros como el agua transparente de un lago… Los Iniciados sabemos que hubo una vez en Occidente un Camino de Iniciación Individual de Amorel misterio del Grial, de su Caballería Esotérica, y el hermetismo de los trovadores germanos, de los provenzales y de los Fedele d’Amore del norte de lo que hoy es Italia. El esoterismo de los trovadores era una suerte de platonismo, o un tantrismo alquímico de la Mano Izquierda. Poseía un ritual y una iniciación por grados, que iba desde la elección del adepto, por la ‘mirada’ de la Dama del Castillo -de Beatriz, en el caso de Dante- a la entrega de un anillo protector, de un cinturón (el Cinturón de Brunilda en los Nibelungos), un pañuelo, un guante. El adepto ha sido aceptado. Es el sadhaka tántrico. Pasa luego a las categorías de Fenhedor, ‘Suspirante’; Precador, ‘Implorante’; ‘Hombre Ligado’ y, por fin, Drut, el que ha intercambiado los corazones, el desposado -Rebis, el Andrógino de la Alquimia-, el que ha superado la prueba máxima del Asag, uniéndose con su Dama únicamente en la mente; o bien, en el Maithuna, o coito mágico tántrico. El Mysterium coniunctionis. De allí se deberá salir a la Resurrección, al estado de separación definitiva, a la Individuación en la Personalidad Absoluta, purúshicakaiválica, con el Rostro de la Amada en el alma, como Parsifal...




Llegados a este punto, es esencial entender esto. Parsifal, como todos los grandes personajes gnósticos, se defendió siempre de una participation mystique. Al final de su camino no le esperaba el Samadhi, la fusión con Adhi, con el Ser Primordial. Porque este sería el sendero de la santidad. Le esperaba el Kaivalia, la separación total, la suprema Individuación, la Personalidad Absoluta, la última soledad del Superhombre… ¡¡Este es el Sendero del Mago, del Siddha, del Héroe Tántrico del Grial!! El aislamiento cósmico del Purusha resucitado…




Esta maravillosa iniciación hiperbórea de la que hablo viene muy de lejos, del Continente Polar de los orígenes, donde aparecieron las mujeres magas, las Sacerdotisas del Amor Mágico, Morgana, Allouine… También las mujeres que en la Leyenda del Grial daban la salud al guerrero herido y al Rey Enfermo. Desde insondables lejanías nos llega este Misterio… En Occidente es destruida todo esta sabiduría primordial debido a la desaparición de los cátaros y los templarios, de los minnesänger y los Fedele d’Amore, de los trovadores del Languedoc, en la eterna Guerra declarada por los enemigos del Divino Mito. Lo que fuera una iniciación privada, singular, aristocrática, pasa a vulgarizarse en el exoterismo de la Iglesia de Roma, que se apodera de sus símbolos adulterándolos. De la Dama gnóstica, SophiaWrowe Saelde, del Espíritu Santo femenino, Parakletos, la Paloma, se populariza la Virginidad de María; del Intercambio de Corazones, que en verdad es el despertar del Chakra Anahata, se externaliza el culto del Corazón de Jesús. La Corona de Espinas y el Rosario reemplazan a la Rosa Alquímica templaria de los Mil Pétalos, al Chakra Sahasrara, en la Cima del Cráneo Invisible… ¡Es el asesinato de la Vía Sacra de Kundalini, del Camino Tántrico de los Chakras! ¡Una iniciación de Amor Solar, hermética, fue adulterada por una religión exotérica, lunar, por un culto antropomórfico, exclusivamente materialista! Y es que la Iglesia de Roma lo tergiversó todo [*], hasta el significado profundo de las Vírgenes Negras, que no tiene nada que ver, por su factor cromático, con la amargura causada por la muerte del Hijo sacrificado en la cruz (mundo sin luz, mundo sin Sol), sino que se trata de un símbolo profundísimo que nos revela el instante previo a la creación, en el que la “materia prima universal” o “huevo cósmico” permanece en su virginidad primordial no manifestada…




En fin, los resultados de la destrucción del gnosticismo occidental a la vista están, y hoy más que nunca… Como consecuencia de la eliminación -a sangre y a fuego- de aquella Iniciación del ‘Amor sin amor’ se pasó a la difusión de un amor físico, matriarcal, centrado en el cuerpo de la mujer únicamente, donde la Eva externalizada triunfa, desacralizando al guerrero, imponiendo su urgencia de hembra y su fiebre de procreación ‘demeteriana’. En una palabra: el amor se hace humano, demasiado humano… El ‘Amor sin amor’ del guerrero, del trovador, era el Misterio del Grial, mientras que el amor del hombre y la mujer no resucitados, es la Iglesia de Roma, el cristianismo lunar. Del poema iniciático se descendió a la novela, a la literatura vulgar y al sexualismo enfermizo de nuestros días. Es el signo de nuestro tiempo, el Zeitgeist de esta época decadente y nihilista… 




Deseo ante todo dejar claro que cuando hablo de la Religión de Amor de los trovadores, de los Caballeros iniciados del Grial, de los verdaderos Rosacruz, trato de hacer descubrir lo que se halla realmente detrás de este lenguaje, porque urge saber que no se comprendía en aquel entonces por amor lo que hoy entendemos, ni mucho menos. La palabra Amor era una clave, era un vocablo clusAmor leído al revés es Roma. Es decir, el término indicaba, en su forma de escribirlo, lo contrario a Roma, a lo que Roma representaba. Además, como ya escribí en una ocasión en este blog, Amor se descompone en ‘a’ y ‘mor’, queriendo significar Sin-Muerte. Esto es, llegar a ser inmortal, eterno, gracias al camino de iniciación de A-mor. Un camino iniciático totalmente opuesto al camino de Roma. Un Kristianismo Esotérico, Solar. El Kristianismo gnóstico de Meister Eckhart, de Silesius, de Böhme... Y el de Jung. Y, por supuesto, el mío, salvando las distancias… De hecho, y ya que lo he mencionado, nunca estará de más insistir en el hecho de que Jung, que fue un personaje realmente extraordinario en todos los aspectos, no hizo otra cosa en su vida y en su obra que enseñar al hombre de Occidente a resucitar a Kristos dentro de su alma. Porque Kristos es el Self para el hombre occidental… 




Pero ¡ay!, la Iglesia de Roma -y sus adláteres- destruyó el Amor, los cátaros, los templarios, los Señores del Grial, los minnesänger, todo lo que pudiera provenir, en fin, de la ‘Memoria de la Sangre Hiperbórea’ y que tuviera un origen polar y solar… ¡Qué lástima! Y miremos lo que tenemos a cambio… Esa bazofia de amor del que tanto se habla y se escribe en las novelas, en el cine, en los periódicos, el amor al prójimo, el amor universal de las Iglesias, amor a la humanidad, toda esa blandeguería para alfeñiques, eso es lo que tenemos ahora; un ente vacío, completamente vacío, que  no tiene nada que ver en absoluto con el ‘Amor sin amor’ occitano, que era una disciplina dura, fría como el hielo, tajante como una espada y que aspiraba a sobrepasar la condición humana para alcanzar el Reino de los Inmortales, la Última Thule…




Termino ya este post. Sé que, en el fondo, no he hecho descubrir nada nuevo, nada que mis lectores no sepan ya. Aún así, siempre he considerado que es bueno que los peregrinos del alba nos recordemos lo que ya sabemos en el hondón de nuestra alma. Y que es importante que no perdamos la conexión en estos tiempos oscuros sin misterio, sin secreto, sin gnosis… sin música... 







En puridad, yo vivo envuelto en la música. Como ya escribí en una ocasión, han sido sobre todo (aunque no los únicos) Bach y Mozart los que más han influido en mi obra. Tanto el Arte de la Fuga del primero como la ‘Flauta Mágica’ del segundo recorren la memoria de mi sangre hiperbórea… Sobre esta última obra, no tengo ni qué decir que, en ella, Mozart refleja a la perfección el Misterio de EL-ELLA y ELLA-EL al traernos con la danza de sus notas a Pamino y Pamina, Papageno y Papagena; Él y Ella con mayúsculas y él y ella, con minúsculas… Ay, pertenezco a esa corriente insensata, tenue, de los hombres de la Gran Ansia, que como un río de oro viene de los hielos del Gran Norte, de la Minne, y que con Hölderlin, Kleist, Novalis, Nietzsche y Rilke entra en el arrebato. Somos los que han creído que con el ‘Idealismo Mágico’ podríamos cambiar el mundo…






[*] La persecución y la inquina de la Iglesia contra los movimientos gnósticos se manifestó hasta en los personajes más insólitos… Así, puede que sorprenda saber que hasta Santa Hildegarda von Bingen combatió, con especial fiereza, contra los cátaros o albigenses. Por ejemplo, es un hecho histórico constatado y documentado que en una ocasión la abadesa de Bingen visitó la ciudad alemana de Colonia para pronunciar un discurso frente a todo el clero de la ciudad. Pues bien, Hildegarda no habló sobre el Amor de Dios al que tanta poesía le había dedicado, tampoco del cielo, sino que ofreció un informe riguroso sobre los refugios de los herejes e hizo saber a los atentos curas espías que, para poder atrapar a ‘esa corte del diablo’, había que registrar los sótanos aprovechados como talleres por los tejedores… Vamos, que Hildegarda actuó como una ‘chivata’ y a saber cuántos ‘herejes’ murieron por su delación. - Esta es la Iglesia, la que cortó nuestras raíces cósmicas…






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