He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

miércoles, 9 de abril de 2014

Gozar de la voluntad de vivir en armonía

Para amar de verdad no digo yo que amemos la máscara, que eso es la ‘persona’, para nada. Pero tampoco en abstracto, en base a ideas, proyecciones, pre-juicios, gustos, planes, mapas o deseos. Menos aún de forma contractual. Amarás de verdad cuando ames incondicionalmente lo inasible de otro ser, lo único e incomprensible de otra criatura, cuando te fundas con su centro fijo e inamovible, y sepas Ver lo que Es inalterable, por encima de todas sus contingencias y todas sus miserias, y sus limitaciones y sus sombras… Amarás de verdad cuando te fundas con la chispa divina de la otredad, con ese núcleo luminoso e invisible del otro que es más real que la propia realidad; y entonces, sólo entonces, no juzgarás ni condenarás las torpezas y las rugosidades de la cáscara, porque serás todo compasión y todo ternura, y destilarás amor por todos los costados… De eso se trata, de eso se trata…  





Ryuku vivía con su pareja, con Misako, en mitad de un bosque. Él y Ella moraban en un lugar maravilloso, umbrío y luminoso a tu tiempo. Habitaban en un caserón grande donde les sobraba espacio y en el cual habían convertido un gran salón en un Dojo tapizado con tatamis y un suave y agradable olor a sándalo. Cocina a la vieja usanza, un huerto, un porche… Y sobre todo, paz, mucha paz, y serenidad… Una réplica, en fin, del paraíso. Lenguaje corporal, lenguaje visual, lenguaje sensitivo, lenguaje meditativo… Ryuku y Misako hacían uso de casi todos los lenguajes posibles, esto es, se comunicaban profundamente, pero el lenguaje verbal lo tenían casi desterrado en su vida cotidiana. Apenas hablaban, y éste era el secreto de su felicidad compartida, pues las palabras lo estropean todo y no dicen nada. Como Ryuku era europeo, aun habiéndose transformado por completo en un meditador y cambiado incluso su nombre, le impresionaba poderosamente contemplar a su pareja, Misako, que era nipona, meditando, completamente erguida en posición de loto y mirando hacia adentro, como una estatua que tuviese milenios de existencia…   

A diferencia de sus compatriotas, Misako era enemiga acérrima de la fotografía debido a que - al igual que las tribus amazónicas que consideran que se les 'roba el alma' al fotografiarles - conservaba el espíritu samurai, y por ello no consintió jamás que se le hiciese ninguna foto, y menos aún en el Dojo. - En el zen, como sucede en el sufismo con el sama, durante un acto sagrado no se pueden hacer fotos ni retratos, pues, por así decir, congelar el movimiento es un atentado contra el espíritu.
 


Ryuku y Misako aprendían ante todo de la Vida, la gran Maestra. La observación de esta pareja, unida a la experiencia de mi vida, me ha enseñado de hecho que no hay papeles o roles que ejercer en una relación, porque todo papel es una tendencia (no una convergencia) y consiste en el fondo en ejercer una voluntad de poder, en cualquier dirección; mientras que de lo esencial es gozar de la voluntad de vivir en armonía, sin asignaciones de papeles que no dejan de ser representaciones, teatro... Misako no ejercía ningún ‘rol’ ni  Ryuku tampoco. Sencillamente ella era una mujer y él era un hombre. Nada más, y nada menos. Así de sencillo. Pero, en fin, el que no asumieran ellos ‘roles’ es una fórmula tan válida de establecer una relación como otra cualquiera, pues soy consciente, por supuesto, de que cada pareja es un mundo, qué digo yo, ¡un universo!
 
Sea como fuere, no cabe duda de que todos los seres humanos somos extensiones del campo universal de energía, distintos puntos de vista de una única entidad. Esto implica Ver todas las cosas del mundo, a todas las personas del mundo, y darnos cuenta de que estamos mirando otra versión de nosotros mismos. Todo es lo mismo. Todos somos espejos de los demás y debemos aprender a vernos en el reflejo de las demás personas. A través del espejo de una relación, descubro mi yo no circunscrito. Por esta razón, el desarrollo de las relaciones es la actividad más importante de la vida, aparte de que emparejarse es nuestra tendencia natural y biológica más arraigada y lo es desde la noche de los tiempos.

 


Cuando reconocemos que podemos vernos en la otredad, cada relación se convierte en una herramienta para la evolución de la conciencia no solo de la pareja, sino también colectiva; como una piedra que cae en el agua y forma ondas expansivas…

Para terminar este post, no puedo dejar de comentar algo que considero y es esencial. Siguiendo la más Sabia Tradición tanto del Hinduismo, como del Taoismo, como del Budismo, como del Sufismo, Ryuku y Misako  “trabajaban”  bastante con el aliento- Como es bien sabido, los libros sagrados por excelencia del hinduismo son los Upanishads En ellos podemos leer: “Su aliento es el viento que sopla y el universo, en su totalidad, es Su corazón. Esta tierra es la huella de Sus pies. Él es el Espíritu que está en todas las cosas…” Y también: “…Y cuando el cuerpo está en silenciosa calma, respira rítmicamente a través de las ventanas de la nariz con un pacífico ir y venir del aliento. Tiran de los carros de la mente caballos salvajes y esos caballos salvajes deben ser domados…” Este pasaje se refiere clarísimamente al uso del aliento, particularmente en el momento de la meditación, porque es entonces cuando el cuerpo está en calma silenciosa, y es también el momento concreto en el que tienen que ser ‘domados’ esos caballos salvajes de la mente (que a menudo incluyen todas las formas de imaginación, las sombras del ego, del yo propio…) Esto no suele ser fácil y requiere una disciplina considerable, que depende de la capacidad y de la aptitud de cada persona. Por ello, he dicho anteriormente que  Ryuku y Misako trabajaban bastante en este asunto primordial.

Por esto también, un día, sin más, desaparecieron sin dejar atrás cadáver alguno. Desaparecieron con el aliento....







 

No hay comentarios:

Publicar un comentario