He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

domingo, 9 de febrero de 2014

Nada ni nadie nos puede ofender

He aquí un bellísimo fragmento del Libro de la Nada, escrito por el patriarca zen Sosan. Dice así:
 
Volver a las raíces es encontrar el significado,
pero perseguir apariencias es alejarse del origen.
En el momento de la iluminación interior
se transcienden las apariencias y el vacío.

A los cambios que parecen ocurrir en el mundo vacío
los llamamos reales solamente debido a nuestra ignorancia.
No busques la verdad; tan sólo deja de mantener opiniones...

No permanezcas en el estado de dualidad;
evita cuidadosamente esas búsquedas.
Si queda rastro de esto o aquello,
de lo correcto o lo incorrecto,
la esencia de la Mente se perderá en la confusión.
Aunque todas las dualidades proceden del Uno,
no te apegues ni siquiera a este Uno.

Cuando la mente existe imperturbable en el Camino,
nada en el mundo puede ofender; y cuando ya nada
puede ofender, deja de existir tal como era antes.

Cuando no surgen pensamientos discriminatorios,
la mente de antaño deja de existir…
 
Nada ni nadie nos puede ofender, con intencionalidad o sin ella. Escribe Osho, comentando este texto maravilloso e impresionante de Sosan: Alguien te insulta… Si realmente vives imperturbable, no se te puede insultar; pueden intentarlo, pero tú no te sentirás insultado. Pueden hacer lo que sea para insultarte, pero no te afectará. Y a no ser que a ti te afecte, fracasarán… Ocurrió una vez: Un psicoanalista estaba dando un paseo matinal con su amigo. Un hombre que era paciente de este psicoanalista, un loco, llegó corriendo y golpeó con fuerza al psicoanalista en la espalda. El psicoanalista se tambaleó, cayó al suelo, y el hombre salió corriendo. El psicoanalista se recompuso y continuó con su paseo. El amigo sorprendido le dijo: “¿Pero no vas a hacer nada? ¡Tienes que hacer algo, es tu deber! ¡Ese hombre está loco!”. El psicoanalista contestó: “Ese es su problema”. Y tiene razón, porque: “Golpear a la gente es su problema, no el mío. ¿Por qué me voy a molestar?”. - Tiene razón, porque si alguien se enfada es su problema; si insulta a alguien es su problema... Si tú estás tranquilo, estás tranquilo. Pero inmediatamente te inquietas; eso quiere decir que su ira y su insulto son sólo una excusa. Tú estabas dispuesto, hirviendo por dentro, sólo a la espera de cruzarte con cualquier excusa…
Sosan dice:
 
Cuando la mente existe imperturbable...
 
Y cuando vuelves al origen es imperturbable.
 
... en el Camino,
nada en el mundo puede ofender;
y cuando ya nada puede ofender,
deja de existir tal como era antes.
 
Y la cualidad cambia con la actitud. Si alguien te insulta, es un insulto porque a ti te lo parece, porque te sientes insultado. Si no te sintieras insultado, no te lo parecería. ¿Cómo te iba a parecer un insulto si no te sientes insultado…?". Hasta aquí el genial comentario de Osho, que me recuerda mucho esta acertadísima afirmación de Séneca: “Nadie recibe el desprecio de otro si antes no lo ha recibido de sí mismo”. 
 

Las personas que estamos imbuidas en una cosmovisión budista de la vida, mantenemos siempre la paz y la imperturbabilidad, y por ello no nos alcanzan las estridencias que vemos como simples desarmonías, como nubes que cubren el sol y nadie en su sano juicio se perturbaría por la existencia de las nubes o por una nota disonante. Todo está bien. La transparencia hace más fluida nuestra comunicación. Es nuestra forma de estar en la vida.
 
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