He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

miércoles, 12 de febrero de 2014

La competitividad, el gran mal de Occidente

 “El mejor nunca gana, porque el mejor no compite” Facundo Cabral
 
Más del 90% de la programación televisiva española (en todas las cadenas, públicas, privadas, autonómicas…, que también compiten entre sí…) se basa en la competitividad. Competiciones de todo tipo y a todas horas: cocina, tapas, canción clásica, canción folclórica, baile, ‘cultura’… Por no hablar de las competiciones deportivas que lo invaden todo… Y no solo es un problema (porque lo es) español, es el gran problema de todo Occidente. Su malsana obsesión por competir, con sus siempre previsibles resultados dualistas que, algunos al menos, estamos hartos de contemplar: los ‘triunfadores’ que ríen y los ‘perdedores’ que lloran… Todavía no se han enterado, no han aprehendido, aquella gran verdad que afirmaba el genial Ruyard Kipling en uno de sus poemas, a saber, que el éxito y el fracaso son dos impostores. Todo fracaso es además un éxito y todo triunfo es un fracaso. Pero la sociedad occidental es muy infantil, no ha madurado todavía. Su nivel de Consciencia es ínfimo.
 
Como bien decía el gran Facundo Cabral, en efecto, los mejores nunca ganan porque los mejores nunca compiten. Comprender esto es comprenderlo todo.
 
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