He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

viernes, 17 de junio de 2016

Occidente, un cadáver perfumado...

Occidente es una podredumbre que huele bien, un cadáver perfumado” E. M. Cioran

Desearía compartir unas sencillas reflexiones sin ninguna otra intención más que la de abrir mi corazón y comentar lo que pienso acerca de lo que está sucediendo en el mundo, en esta llamada “era de la globalización”. Espero que no os importe. Siento la necesidad de contar esto… Son inquietudes que tengo sobre la situación histórica que vivimos, y no pretendo hacer un despliegue de erudición ni de datos de ningún tipo… Os confieso primeramente que, en mi opinión, sin Espíritu no se puede hablar de civilización digna de este nombre. Por esto, en rigor, creo que Occidente fue una civilización, pero que ya no lo es. En efecto, considero sinceramente que no puede hablarse hoy en día strictu sensu de “civilización occidental”. Occidente es un Sistema, vertebrado exclusivamente por un capitalismo salvaje y voraz por un lado, y por la retórica falsa de los “derechos humanos” -que conculca constantemente- por otro. Si nos atenemos a estos hechos nos daremos cuenta de que, en puridad, no pueda hablarse ni de “choque de civilizaciones” ni de “alianza de civilizaciones”. Estas expresiones no tienen sentido alguno en la praxis, porque el conflicto esencial que atenaza la época presente es ni más ni menos que la agresión constante de un Sistema desestructurador y alienante que, tras robarle el alma a lo que otrora fue la civilización occidental, se instala geográficamente donde ésta se ubicaba, e inicia desde entonces una lucha sin cuartel contra civilizaciones milenarias (la africana, la islámica, la hindú, la oriental, la india…) a las que se quiere destruir su alma (etnocidio), cuando no sus cuerpos (genocidio), con el fin de convertir a sus gentes en lo que ya son los ciudadanos occidentales, esto es, en masas anónimas de seres enajenados y consumidores, sin raíces con la tierra y sin conexión con el cielo. Lo horizontal es lo que debe prevalecer -rasando siempre por lo bajo- para este tipo de mentalidad. Al avasallamiento y a la despersonalización que tal empresa supone, el Sistema lo llama “integración”…




No podemos llevarnos a engaño. Los ejércitos y las multinacionales de los países ricos son los arietes de un gobierno mundial (gobierno en la sombra), de unos barones de la usura (Bilderberg, Trilateral, FMI, francmasonería, etc., etc…) que representan la negación absoluta de la idea de Imperio. Roma fue un Imperio pero no lo fue la Compañía de las Indias Orientales. El Sacro Romano Imperio Germánico fue un Imperio, pero no lo es los Estados Unidos de América. Nada de lo que pertenece a la Era Moderna -que nace con la sangrienta revolución francesa y que perdura hasta hoy- guarda por tanto relación alguna con la idea tradicional de Imperium. Lo que tenemos es una usurocracia supranacional que ha instalado sus instituciones visibles en el mundo anglosajón (donde se tenía el caldo de cultivo bien preparado gracias a la mentalidad calvinista) y que actúa como un auténtico vampiro en el mundo entero…

Hay pues un poder real, siempre actuando en la sombra, y que maneja los hilos del sistema capitalista neoliberal desde 1944 (desde la reunión de ‘Bretton Woods’). Se trata de la Elite, constituida por la unión del sionismo internacional y la masonería. Sus instituciones más visibles son el Club Bilderberg, los Illuminati, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, todo el Cuerpo Diplomático Mundial y, por descontado, el Estado de Israel -fundado sobre la mentira, el terrorismo y el odio-. El control de la Elite es absoluto y omnímodo en lo que respecta a los Estados Unidos, país en el cual no hay ni una sola instancia (Casa Blanca, Pentágono, CIA, Hollywood, NASA, Silicon Valley, Medios de Comunicación, Wall Street…) que no esté dominada por estos barones de la usura. Como bien sabemos, son los actuales “amos” del mundo, los que manejan como a títeres a todos los dirigentes políticos mundiales (marionetas de la usurocracia internacional), a todos los mass media y los grupos de influencia social de toda laya... Los mismos que inventaron y financiaron a Al Qaeda, los que dejan hacer al "Estado Islámico" que crearon ellos también. Porque todo, absolutamente todo el "yihadismo islamista" que mata y aniquila a millares de seres humanos inocentes por doquier y que esclaviza a la mujer no tiene NADA que ver con el Islam. Absolutamente nada. Pero es la mejor arma para decirle al mundo, y valga la expresión: 'no compre Islam'. Todo esto está completamente documentado. Yo mismo he escrito tres libros bastante voluminosos sobre esta Elite que obviamente no me han dejado publicar…

Lo que se pretende en el fondo, por parte del Sistema imperante, es hacer posible un incremento mayor aún del proceso de despersonalización que ha tenido lugar en tantos ámbitos de la Tierra. Lo hicieron con los pocos indios sobrevivientes en Norteamérica -tras masacrar a más de cincuenta millones (el mayor genocidio de la historia)- a los que alcoholizaron y corrompieron robándoles el alma. Lo han hecho en Europa so capa de “proceso laicista” y están deseando que suceda lo mismo en el mundo islámico, de modo que el Islam se convierta en una especie de “reliquia” del pasado… Lo que no saben estos nuevos faraones es que los musulmanes tenemos alhamdulillah a Allâh Subhanahu Wa Ta'ala…

Ashadu ala il-lâha ila Al-lâh Ashadu anna Muhámmadun Rasulu Al-lâh




Ya, para terminar, sobre la noción de ‘Imperium’ a la que antes he hecho referencia, extraigo un breve e interesantísimo fragmento de un artículo del filósofo Eugenio Trías que quiero compartir aquí. Es muy, muy importante y esclarecedor. Dice así: “…Un imperio no es aquél que ejerce presión e influencia en las sociedades que domina; es aquél que, además de vencer en la acción bélica y en la vida material, también convence. O que atiende también al núcleo, existente en todo ser humano, en que sus necesidades materiales conectan con sus formas de creencia, de autorrespeto o de sentido de la propia dignidad…. La sociedad americana, que ha exportado con éxito formas materiales de vida que invaden todos los países y naciones, no ha sido capaz de generar consensos ni sentimientos de aceptaciones en su errático deambular político por el globo, en sus inicuas filias y fobias o en su incomprensión radical de muchos de los fenómenos políticos, religiosos o ideológicos que forman parte del paisaje de nuestro mundo actual. A Estados Unidos le sobra potestas; pero le falta auctoritas. No es, de hecho, ni parece querer serlo, lo que podría ser: un verdadero imperio. Le falta voluntad política y autoconvencimiento para ello...” [‘Occidente, palabra equívoca’, El Mundo 9 de mayo de 2002]

Respecto al tema del “vampirismo”, al que he aludido al comienzo de mi artículo, al hablar del Sistema, me gustaría también compartir el hecho más que significativo de que el mito de los vampiros es un arquetipo cabalístico de aquellos judíos que se desviaron de su religión original y se dedicaron a la magia negra. Uno de esos nigromantes fue el arquitecto Bram Stoker, el celebérrimo autor de “Drácula”. Drácula, como ya sabemos, es un ser bebedor de sangre, símbolo por antonomasia de una entidad que sobrevive chupando parasitariamente la energía ajena. Fuerza oscura y noctámbula puede “imitar la inmortalidad”, aunque con una grotesca parodia. La ‘inmortalidad’ del vampiro que se alimenta de sangre es idéntica a la del zombi y a la del Golem, el muerto viviente, como puede leerse por ejemplo en el también famoso relato de “Frankenstein” de Mary Shelley donde un médico resucita un cadáver…




Pues bien, todo este imaginario shaytánico está más que presente en la cosmovisión de los barones de la usura, en las tenidas de los magos del faraón… No pretenden estos hechiceros constituir un Imperio formado por civilizaciones heterogéneas; sino, bien al contrario, lo que han tejido ya es un Sistema global y mundial donde las civilizaciones estorban y lo que se quiere es una masa anónima de consumidores-esclavos. Este es el entramado de nuestro tiempo, el proceso nihilista en curso, y todo lo demás - choques o alianzas de civilizaciones; crisis económica teledirigida; Al Qaeda e ISIS (creaciones suyas indudablemente)… - no es más que una cortina de humo. Y, por descontado, no se me escapa el hecho de que tan ilusorio es ese “poder” que creen tener los magos como todo el armazón que lo sostiene… Kufr sobre Kufr podría decirse.

En conclusión, la islamofobia reinante es pues tan comprensible (todo el sistema está concebido para diseñar ese miedo masivo que se traduce en odio) como injusta y arbitraria. Para el sistema, los musulmanes venimos a ser como aquellos ‘irreductibles galos’ que se resistían tozudamente al poder romano en los célebres comics de Astérix. Al no prestar con usura, al no dejarnos asimilar culturalmente, al no condescender con la repugnante industria del cerdo y del alcohol, al rechazar la cruz, el compás, la escuadra y la estrella de seis puntas, al no dejarnos engañar por los mass media, al no ceder a la engañifa, al timo de la separación del poder civil y religioso que siempre se traduce en el triunfo del poder civil, que realmente no es civil, ojo, sino laicista y ateo; los musulmanes somos profundamente odiados y temidos por el establishment, por los diabólicos poderes fácticos que rigen el sistema occidental. Porque saben que el Islam es un grito de libertad. Por eso, la Elite está azuzando siempre el miedo contra el musulmán, pues el miedo es su arma más letal y eficaz. Pero mientras ellos tienen ese miedo que los delata, y el vacío, y el dinero, y el alcohol y el cerdo, y la mentira y el odio, y sus poderosos y crueles ejércitos que sostienen el espejismo de su poder (que no es jamás persuasivo, sino coercitivo), más todas las adicciones y los apegos y los vicios y las aberraciones que los hacen tan profundamente desgraciados, los musulmanes tenemos a Allâh, Subhanahu Wa Ta'ala, Señor de los mundos. Sí, Allâh, Subhanahu wa ta’ala, que nos ha creado para que Lo adoremos solamente a Él, sin asociado; y en esta adoración sincera es donde reside nuestra fuerza. En esta adoración a Allâh, es donde encontraremos la energía que necesitamos para superar las dificultades del mundo en que vivimos...

Y Allâh sabe más






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