Una dosis de soledad es necesaria en nuestras vidas
La soledad es una experiencia etiquetada como negativa la mayoría de las veces. Incluso constituye uno de nuestros primeros y últimos miedos a lo largo de nuestras vidas. Pero más allá de esta connotación negativa que se le ha dado, existe esa pequeña dosis de soledad necesaria para nuestro propio crecimiento y desarrollo.
La soledad positiva
No hace falta irse muy lejos para darnos cuenta de la cantidad de actividades de nuestra vida cotidiana que necesitan un poco de soledad para llevarse a cabo, como por ejemplo, leer, estudiar, escuchar música, etc… de hecho existen tantas posibilidades como personas hay en el mundo, ya que dependiendo de nuestras costumbres y experiencias, algunos preferimos estar más solos en unas situaciones que en otras. Pero la presencia de esta “soledad positiva” no solo radica en las actividades de ocio, sino que es parte fundamental de nuestro proceso de crecimiento y desarrollo personal.
La relación con uno mismo es primordial para conocerse y amarse
La soledad positiva se encuentra escondida tras nuestro proyecto de vida. Son esos momentos en los que nos recogemos a nosotros mismos y nos permitimos la licencia de callejear entre lo que hacemos y vivimos.
Permitirnos estar solos con nosotros mismos de vez en cuando, nos permite encontrarnos, y pensar sobre nuestra vida. De hecho, aprender a ser persona es un proceso que reclama saber estar solo. La soledad es algo excelente para mejorar, porque nos da tiempo para analizar nuestras virtudes, pero también nuestros errores, facilitándonos la visibilidad de aprendizaje y cambio.
Es importante darnos un espacio para preguntarnos cómo estamos, y escuchar nuestro interior, ya que así aprenderemos a disfrutar de nosotros mismos cuando estemos solos.
Hay mucho miedo y temor hacia la soledad, algo que arrastra el ser humano desde sus inicios, pero si llevamos a cabo un buen equilibrio entre los momentos que nos dedicamos a nosotros mismos y aquellos que dedicamos a estar con los demás y establecer vínculos, podremos disfrutar de una experiencia armoniosa de soledad, liberándonos del miedo a quedarnos solos y sentirnos vacíos.
Soledad y aislamiento
La soledad no es lo mismo que el aislamiento. Estar aislado implica ausencia de relaciones, mientras que la soledad constituye una condición natural del ser humano. Quizás parezca extraño de comprender, pero sí pensamos que nosotros somos los arquitectos de nuestra obra que es la vida, es decir, que estamos solos para vivir la vida y hacer de ésta lo que nos parezca más oportuno, ya que nadie puede hacerlo en nuestro lugar, podamos comprenderlo.
Nosotros solos somos los que elaboramos nuestro proyecto de vida. No obstante, a lo largo del mismo son muchas las personas que nos vamos encontrando y las que nos dan ese empujoncito que a veces necesitamos, o nos arrojan una piedra en el camino. Por lo tanto, soledad y compañía son necesarias en su justa medida.
Curiosamente, la soledad en inglés tiene unos matices que no existen en otros idiomas. Así, está la 'solitude', la soledad creadora, íntima, creativa, liberadora y necesaria, diferente a aquella otra soledad, 'loneliness', que ya es negativa, autodestructiva, solipsista... – A esta última se refería el gran poeta John Keats cuando dijo aquello de que “la soledad es buena cuando nos visita y se va, pero es pésima cuando se instala para ya quedarse por siempre…”
La soledad creadora es esencial en el camino del espíritu, reflejo como es de la soledad existencial, puesto que por más que nos rodee la gente, nacemos solos, morimos solos y vivimos solos...
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