He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

viernes, 12 de octubre de 2012

ESTOY ENAMORADO DE LA MADRE TIERRA


ESTOY ENAMORADO DE LA MADRE TIERRA

Thich Nhat Hanh
Bienvenido QUERIDA MADRE, me inclino ante ti con el más grande respeto y la clara percepción de que estás presente en mí y yo soy parte de ti. Tú me diste la vida y me proveíste de todo lo que necesitaba para nutrirme. Me diste aire para respirar, agua para beber, alimentos para comer y hierbas medicinales para curarme cuando estaba enfermo. Porque me diste vida una vez, sé que en el futuro continuarás dándome vida una y otra vez. Es por eso que no puedo morir nunca. Cada vez que me manifiesto soy fresco y nuevo; cada vez que regreso tú me recibes y me abrazas con gran compasión. Eres la gran Tierra, eres Terra, eres Gaia, eres este hermoso planeta azul. Eres la Refrescante Tierra Bodhisattva- fragante, fresca, amable y pura. Eres infinitamente hermosa. Tienes la gran capacidad de recibir, cuidar y transformar todo; incluyendo todo tipo de suciedad, humos venenosos e inclusive residuos radioactivos. El tiempo está contigo para hacer este trabajo y lo harás aún y cuando te tome un millón de años. Tienes un gran número de hijos; millones de especies, entre las cuales la especie humana es solo una más. Muchos humanos, cegados por la avaricia, el orgullo y el engaño, hemos sido incapaces de reconocerte como nuestra Madre. Es por eso que nos hemos causado tanto sufrimiento los unos a los otros y hemos dañado tu salud y tu belleza. Sabemos que tienes suficiente energía para abrazar y transformar nuestros errores. Sin embargo nuestras mentes engañadas continúan empujándonos a explotarte y a crear conflictos. Esto te genera mucha tensión.
Madre, eres un ser inmensamente realizado, eres un gran Bodishattva. No solo eres una madre para todos nosotros, sino la madre de incontables Buddhas, Santos y Bodhisattvas. Nuestro maestro espiritual Shakyamuni Buddha, fue tu hijo. El Bodhisattva Avalokiteshvara y la Virgen María también fueron tus hijos. La matriarca Lieu Hanh fue tu hija. Los Bodhisattvas Sadaparibhuta y Kshitigarbha fueron también tus hijos. Aún nuestros padres son tus hijos. Muchos de nosotros que hemos sido criados y guiados por ti a través de muchas vidas, nos hemos convertido en Bodhisattvas con la capacidad de educar a otros, ayudarlos y protegerte a tí. Hay algunos de nosotros que hemos sido capaces de investigar y tratar de entender galaxias distantes, así como nuestra propia Vía Láctea, y los planetas de nuestro Sistema Solar, ayudándote así a profundizar tu comunicación con ellos. Sabemos que tus relaciones con los planetas, especialmente con el Sol y la Luna, ya son armoniosas. Rotas suavemente y en forma inter-conectada con ellos para crear los ciclos rítmicos del día y la noche, y las cuatro estaciones. Estamos conscientes de que eres uno de los Bodhisattvas más hermosas y preciosas del Universo. Estamos también conscientes de tu virtud de gran paciencia. Es por eso que podemos tomar refugio en ti con todo nuestro corazón y confiar plenamente en ti.


Tu viaje de Eones
TE MANIFESTASTE hace más de cuatro mil quinientos millones de años y la vida se empezó a manifestar en ti menos de mil millones de años después. Desde entonces, te has convertido gradualmente en el hermoso planeta viviente que eres hoy. La vida evolucionó desde la profundidad de los océanos, multiplicándose y prosperando en tu cuerpo, mejorando lentamente la atmósfera para que numerosas especies pudieran manifestarse. Después de mil millones de años, hubo suficiente oxígeno libre en la atmósfera para crear la capa de ozono, la cual impidió que la radiación dañina alcanzara tu superficie, permitiendo así que la vida se desarrollara en la tierra.
En los primeros millones de años superaste grandes dificultades para crear una atmósfera que fuera capaz de sustentar la vida. Tuviste que liberar mucho calor y emitir grandes fuegos y gases de tus volcanes. De tu corteza se liberó vapor que se convirtió en vapor de agua en la atmósfera. Junto con agua y hielo de otros proto-planetas y meteoritos, el vapor de agua te ayudó a crear los grandes océanos. Los gases que producen el efecto invernadero atraparon el calor del Sol y evitaron que los océanos se congelaran. Tu gravedad ayudó a anclar la atmósfera sustentadora de vida y tu campo magnético evitó que fuera arrancada por los vientos solares y los rayos cósmicos. Pero aún antes de que se formara la atmósfera tuviste que soportar una colisión con un gran cuerpo celestial, casi del tamaño del Planeta Rojo. Parte del planeta impactado se convirtió en ti; el resto, junto con una parte de tu manto y tu corteza se convirtieron en la Luna. Querida Madre, la Luna es una parte de ti, tan hermosa como un ángel. Es nuestra tía. Siempre te sigue, tirando de tu manga, ayudándote a disminuir la velocidad, a mantener tu balance y creando mareas lunares en tu cuerpo.
Tocando la Tierra
TU INMENSURABLE PACIENCIA Y RESISTENCIA te ha convertido en un gran Bodhisattva, un sólido lugar de refugio para todos nosotros. Cada vez que estamos inestables, cada vez que nos perdemos en el olvido, en la tristeza, en el odio, en la desesperación, sentimos que necesitamos regresar a ti y practicar tocar la Tierra. Tocándote encontramos un refugio; restablecemos nuestra paz y recuperamos nuestra alegría y confianza en nosotros mismos. Sabemos que todos somos tus hijos; y a pesar de que cometemos muchos errores, siempre nos perdonas. Cada vez que regresamos a ti, estás lista para abrir tus brazos y abrazarnos. Gracias a ti nos percatamos de nuestra naturaleza de no-nacimiento y no-muerte. Tú almacenas vastos tesoros de energía en formas muy variadas. Nos comprometemos a utilizar estos tesoros con habilidad para que no se sequen, para que no requieras millones de años para restablecerlos meticulosamente.
Respetada Madre, donde quiera que hay tierra, agua y aire estás tú. Tú nos das vida y nos nutres. Si alimentamos la conciencia de que estamos siempre en ti y tú en nosotros, entonces ambos estamos en paz, alegres, sanos y fuertes. Sin embargo como algunos de nosotros no somos capaces de ver esta verdad, nos perdemos a nosotros mismos. Perdemos la capacidad de reconocer que nuestros cuerpos físicos son también tu cuerpo. Nuestras mentes están llenas de confusión o arrastradas por los sueños, olvidando el precioso regalo que tú nos has dado. Por lo tanto, de ahora en adelante, nos comprometemos a dar cada paso en plena conciencia. Estaremos claramente conscientes de que estamos poniendo nuestros pies en la Tierra, a fin de estar en contacto contigo y con todas las maravillas de la vida que se manifiestan en ti. Sabemos que los pasos que demos en plena conciencia tienen la capacidad de nutrirnos, de curarnos y de ponernos en contacto contigo en el momento presente. Tú eres la Tierra Pura, en donde incontables Buddhas y Bodisattvas del pasado se manifestaron, alcanzaron la iluminación, y enseñaron el Dharma. No necesitamos buscar la Tierra Pura o el Reino Celestial en otra parte o en el futuro. Tú eres una maravillosa y hermosa Tierra Pura. Tú eres nuestro hogar verdadero y podemos regresar a ti con cada paso. No queremos seguir soñando con ningún otro Reino Celestial o Tierra de la Gran Felicidad.
Nuestro maestro, quien es también hijo tuyo, encontró el Camino al pié del Árbol del Bodhi. Él aceptó este lugar como su hogar verdadero. Queremos continuar su carrera, comprometiéndonos a permanecer contigo durante incontables vidas, ofreciéndote nuestro talento, fuerza y salud, para que muchos más Bodhisattvas puedan continuar erigiéndose de tu suelo. Cada vez que nos sentemos en quietud en la Madre Tierra, estaremos conscientes de que estás en nosotros. Aspiramos a personificar tus grandes virtudes; las virtudes de solidez, perseverancia, paciencia y tolerancia; las virtudes de profundidad, persistencia y estabilidad; las virtudes de gran valor y no-temor; la virtud de creatividad inagotable. Nos comprometemos a practicar de todo corazón para alcanzar estas virtudes. Sabemos que ya has sembrado estos potenciales como semillas en la tierra de nuestros corazones y mentes.
La Tierra No es el Medio Ambiente – la Tierra es Nosotros
LA MANIFESTACIÓN DE CADA UNO DE TUS HIJOS es hermosa y cada uno de ellos contribuye a tu belleza. Un lago claro, un pino verde, una nube rosa, la cima nevada de una montaña, un fragante bosque, una grulla blanca, un venado dorado… estas maravillosas manifestaciones de vida son todos hijos tuyos y cada uno de ellos enaltece y magnifica tu belleza. Tus hijos incluyen millones de especies, cada una con un lenguaje propio. Ya que tú eres nuestra Madre, tú entiendes todos estos lenguajes, incluido el lenguaje de los humanos. Eres un planeta, Madre de todos los seres, no sólo de los humanos, es por eso que nos sentimos en paz cuando te hablamos y te ofrecemos nuestras oraciones. Todos somos hijos tuyos, y a la vez, somos tú pues tú estás completamente presente en cada uno de nosotros.
Algunos de nosotros carecemos de un pensar correcto, consideramos este lugar en el que vivimos como algo separado de la Tierra Pura. Nos aconsejan rechazar a esta tierra y aspirar a renacer en una Tierra Pura lejana. Ellos no saben que si sus mentes son serenas y puras, llenas de amor, que si tienen la capacidad de convertir la composta en flores, de usar lodo para cosechar flores de loto, podrán ver que sus aflicciones de hecho son realizaciones y que esta misma tierra ya es la Tierra Pura. Ellos no saben que la forma en que ellos perciben, tiene mucho que ver con si esta tierra es o no la Tierra Pura. Cada manifestación física en tu cuerpo, como lo es una nube que flota o una hoja que cae, para nosotros es suficiente para ver la naturaleza de la realidad, de no-nacimiento y no-muerte, no-ser y no-dejar de ser. Entonces podemos apreciar y disfrutar la vida plenamente, sin tener miedos o preocupaciones sobre ser o no-ser, tener o no tener, incrementar o reducir, ser iguales o ser diferentes.
El Sol Mi Corazón
QUERIDA MADRE, yo sé que siempre necesitarás al Sol para continuar dándonos vida y para nutrirnos. El Sol es nuestro Padre. Se orbitan el uno al otro infinitamente, ofreciéndonos un ciclo completo de 365 días en 12 meses, haciendo las cuatro estaciones de primavera, verano, otoño e invierno. La luz que emite el Padre te provee de calor y permite que se lleve a cabo la fotosíntesis, ayudando así a mantener la vida para nosotros. Tú y el Padre, ambos formados de una vasta nébula giratoria de gas y polvo. El diámetro del Sol es más de 100 veces mayor que el tuyo, pero el rango de tu órbita se extiende una distancia de más de 200 veces a su vez. La luz del Sol tarda más de 8 minutos en alcanzarte aún y cuando la distancia es de tan solo 150 millones de kilómetros.
Sabemos que cada uno de nosotros tenemos un corazón dentro de nuestro cuerpo y que si se detiene nos moriremos inmediatamente. Pero mirando hacia arriba vemos que el Sol es también nuestro corazón, ubicado no dentro de este pequeño cuerpo, sino en el cuerpo del Sistema Solar. Si nuestro Padre el Sol desaparece, nuestras vidas y también tu vida, Madre, terminarán. Es por eso que debemos contemplar al Sol como nuestro corazón, para que podamos reconocer la presencia de nuestro Padre en nosotros y fuera de nosotros, dándonos cuenta en última instancia, que dentro y fuera son sólo conceptos.
Querida Madre, cada vez que miro, veo a mi Padre en ti y en mí. Mi Padre no sólo está en el cielo, sino también en la tierra y está presente en ti y en mí. Cada mañana él se aparece en el cielo del este como un luminoso disco rojo-anaranjado, irradiando luz en todas las direcciones, magnífico más allá de lo descriptible. Mi Padre es el Sol - Sun, Surya, Sunna. Es un gran Buda, un gran Bodhisattva. Él es el Gran Sol Tathagatha, Luz Infinita, Duración de Vida Infinita. Él es Amitabha. La forma física de mi Padre es mucho más grande que la de mi Madre. Sin embargo él es de corazón amable y capaz del perdón, él tiene gran fuerza y valor y puede ser muy feroz. La temperatura de su corona es de más de 5,500 grados Celsius y su forma física es plasma. Él no tiene una capa externa dura y estable como la graciosa, verde y fresca capa que tú usas. Él es una de las pocas grandes estrellas en nuestra galaxia. El ochenta y cinco por ciento de los 200 mil millones de estrellas en la Vía Láctea son más pequeñas y menos brillantes que nuestro Padre. Pero su gran masa física 330,000 veces la de nuestra Madre, está disminuyendo lentamente. Cada segundo él ofrece una pequeña porción de su masa al Universo en la forma de energía luminosa. Aún y cuando la duración de su vida es infinita, mi Padre es también temporal, y dentro de los siguientes 10 mil millones de años, la mayor parte de su masa se transformará en energía. Después de eso, él no será capaz de conservar su forma actual, pero se continuará manifestando en otras formas, a través de la energía emitida por miles de millones de años. La luz que emite el Padre es su continuación y ni un solo fotón de su luz se perderá. Es por esto que la duración de la vida de Padre es infinita.
Nuestra Familia Solar
NUESTRO SISTEMA SOLAR está conformado por un Buda, rodeado por una asamblea de planetas que se mueven juntos dentro de la Vía Láctea. Mercurio es el que orbita más cerca de Padre. Le sigue Venus y luego la Madre Tierra, la más hermosa de todos. Después de Madre sigue Marte. Entre Marte y Júpiter está el cinturón de asteroides, decenas de miles de asteroides de Ceres cruzando casi 1000 kilómetros hasta poco más que partículas de polvo. Júpiter está aproximadamente a 900 millones de kilómetros del Sol, nuestro Padre, y tiene su propio séquito de 64 planetas satélite o lunas. Una de estas lunas llamada Europa tiene una gruesa capa de hielo, debajo de la cual podría haber agua líquida – tal vez albergando vida. Más pequeño y más afuera que Júpiter está Saturno – el cual es inclusive 100 veces más grande que la Madre Tierra y está acompañado por más de 60 lunas. Urano y Neptuno son los últimos dos planetas de tamaño completo en nuestro Sistema Solar. La asamblea de nuestro Sol, el Buda, es numerosa. Sentimos que es nuestra verdadera familia, una cálida sangha, que baila junta, alegre y consciente, en la Vía Láctea.
Los abrigadores brazos del Padre son muy anchos. Sabemos que si el Padre abraza a la Madre y nos abraza a todos nosotros nos convertiremos en ceniza, vapor y líquido. Tú, Madre, sabes cómo cuidar bien de nosotros. Proteges la vida usando oxígeno de la fotosíntesis para crear la capa de ozono en el nivel superior de la atmósfera, limitando así la cantidad de radiación UV que llega a tu superficie. Los pájaros son los más felices en el vasto cielo y los venados disfrutan corriendo libremente en los bosques, gracias a tu capacidad de contener y proteger. A través de los eones has cosechado hábilmente y acumulado luz de sol para nutrir a tus hijos, mientras que a la vez te has ido haciendo más y más hermosa. Sabemos que tu futuro, nuestro futuro, depende en el futuro del Sol, nuestro Padre. Su emisión de energía de luz puede incrementar hasta en un 400% en los próximos miles de millones de años y si no eres capaz de adaptarte y cambiar tu órbita, todos tus grandes océanos se secarán rápidamente y la vida no seguirá siendo posible.
Muchos de nosotros, viendo al Padre viajar cada día del Este al Oeste, podríamos pensar que su hogar verdadero, su Tierra Pura, es en dirección del Oeste. Pero al igual que tú, entendemos que esa es sólo una idea. El Padre está presente en todas partes. Si nos paráramos de este lado del globo para observar, parecería que él está en el Oeste; pero si al mismo tiempo nos paráramos en el otro lado del globo, parecería que él está en el Este. El Buddha no distingue entre Norte y Sur, Dentro y Fuera. Nuestro Padre se extiende arriba de nosotros pero a la vez está en nosotros y en ti. Habiendo visto al Padre y a la Madre y al Sistema Solar completo en nosotros, no necesitamos seguir buscando nada más.
El Surgir de la Conciencia
¿RECUERDAS cuando tú y el Padre primero se formaron de polvo de estrellas que explotaron y gas interestelar? Tú aún no usabas la capa de seda de la frescura que usas ahora. En ese entonces Madre tú bata estaba hecha de rocas fundidas pero pronto se enfriaron y formaron una cubierta dura. La luz del Padre era de tan solo el 70% de la que es ahora, pero las emisiones de gas de invernadero en tu atmósfera ayudaron a atrapar el calor y evitaron el congelamiento de los grandes océanos. Aproximadamente hace 4 mil millones de años, moléculas complejas, tal vez traídas por ti del espacio exterior, se empezaron a unir en estructuras auto-replicables. Eventualmente, éstas se convirtieron más como en células vivientes y fuiste capaz de ayudar a que surgiera la vida. Partículas de luz de estrellas distantes, a millones de años luz, vinieron de visita y se quedaron contigo. Células pequeñas se unieron y se convirtieron en células de mayor tamaño. Organismos unicelulares lentamente evolucionaron en organismos pluricelulares. La vida se fue extendiendo del agua a la tierra y hoy tienes una hermosa bata verde. Pero como la impermanencia es la naturaleza de todos los fenómenos, la vida sobre vastas áreas de la Tierra se ha destruido más de cinco veces, incluyendo la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años.
A penas hace unos pocos millones de años, los precursores de nuestra especie humana empezaron a aparecer en la forma de monos tales como orrorin tugenensis, que tenían la habilidad de pararse, dejando sus manos libres. Aprendieron a usar herramientas y a comunicarse entre ellos, dando así oportunidad de que sus cerebros crecieran y se desarrollaran, evolucionando gradualmente a humanos. Las actividades agrícolas y el surgimiento de la sociedad permitieron a los humanos adquirir un tipo de habilidad que ninguna otra especie en la tierra tiene. Los humanos pueden ser malos, crueles y violentos, pero con la práctica espiritual tienen la habilidad de convertirse en Budas, Santos y Bodhisattvas – compasivos y serviciales no sólo hacia su propia especie sino también hacia otras especies – seres iluminados con la capacidad de protegerte y preservar tu belleza.
Querida Madre, nuestra especie humana, gracias al regalo de la conciencia, ha sido capaz de reconocer su propia presencia y ha encontrado su verdadero lugar en ti y en el Universo. Sabemos que somos pequeños e insignificantes, sin embargo nuestras mentes son capaces de abarcar tres mil mundos. Ahora sabemos que nuestro hermoso planeta Tierra no es el centro del Universo pero aún podemos apreciar que es una de las más maravillosas manifestaciones del Universo. Hemos desarrollado la ciencia y la tecnología, descubierto la verdadera naturaleza del no-nacimiento y no-muerte, ni el ser ni el no-ser, ni incrementar ni decrecer, ni igual ni diferente. Nos damos cuenta que el uno contiene al todo, que lo más grande está en lo más pequeño, y que cada partícula de polvo contiene al Cosmos entero. Estamos aprendiendo a amarte más a ti y al Padre y a amarnos los unos a los otros a la luz de dicha intuición. Sabemos que esta forma no-dualista de ver las cosas y la enseñanza del inter-ser nos ayudan a trascender la discriminación, todo temor, los celos, el odio y la desesperación. Aspiramos a transmitir esta intuición a las generaciones futuras.
Ya no somos inocentes al pensar que los humanos son los amos del Universo. Muchos de nosotros hemos ido más allá de las visiones dualistas de lo correcto y lo incorrecto, y ya no estamos perplejos ante lo que solíamos llamar la Voluntad del Cielo y la Tierra. Hemos trascendido el concepto de un creador en forma humana – ya no somos capaces de creer que Dios es un hombre anciano con barba blanca, sentado en el cielo controlando todo en la Tierra, o que hay una Diosa en una nube encontrándonos y ayudándonos cada vez que estamos en peligro. Dios, para nosotros, es la Realidad Última, la verdadera naturaleza de no-nacimiento, no-muerte, no-llegada y no-partida, de todas las manifestaciones de los fenómenos. Pero algunos de nosotros, cuando pasamos por el sufrimiento, pensamos que sea lo que sea que nos traiga el sufrimiento es algo malo y sea lo que sea que nos trae felicidad es algo bueno; sin saber que el sufrimiento y la felicidad son sólo percepciones. Todas nuestras percepciones están basadas en nuestros órganos sensoriales los cuales son inherentemente limitados. Si nuestros órganos sensoriales estuvieran formados de diferente manera, entonces nuestras percepciones serían consecuentemente diferentes. Así vemos que la felicidad o el sufrimiento, la Tierra Pura o el mundo terrenal dependen en gran medida en nuestra forma de percibir.
La Naturaleza No-dual de la Realidad
Sabemos que la absoluta realidad no puede ser abarcada por los puntos de vista dualistas de nacimiento y muerte, ser y no-ser. Un Buda puede ser una persona pero también se puede manifestar como una estrella en una constelación, o un planeta, como tú, querida Madre. De hecho, muchos Budas y grandes Bodhisattvas se han manifestado desde siempre en formas distintas a las humanas. Como nuestro padre el Sol, tu verdadera naturaleza es de no-nacimiento, no-muerte. Como tu, nuestra naturaleza debe ser la misma. Te agradecemos tu presencia como un Bodhisattva, no en la forma humana sino en la forma de planeta. Te personificamos llamándote Madre – tal como lo hacemos con nuestras madres humanas – pero sabemos que eres la Madre de todas las especies.
Querida Madre, hay personas que llaman el nombre del Padre durante todo el día, sin saber que su Padre está presente en sus mismos cuerpos también así como en la luz sobre sus cabezas. No están conscientes que su verdadera naturaleza es la naturaleza de Amitabha, de luz ilimitada y de duración de vida ilimitada. Ellos no saben que son los hijos de nuestro Padre, hijos del Sol. Muchos se han referido a El Honrado por el Mundo, Shakyamuni, nuestro maestro, como ‘pariente del Sol’. Día y noche nos encontramos con nuestro Padre como una milagrosa realidad, y no solo como un nombre. Si nuestro Padre es ilimitado en luz e ilimitado en duración de vida, entonces también lo somos nosotros. Cada célula de nuestros cuerpos puede emitir esa luz y continuar hacia el futuro.
El Reino de los Cielos está en la Tierra
Querida Madre, están aquellos que caminan sobre la Tierra aun deseando buscar una Tierra Prometida en otra parte, sin saber que tú eres la maravillosa Tierra Pura, presente en este momento. No son capaces de ver que el Reino de los Cielos existe en sus propios corazones. No son capaces de ver que si sus mentes están calmadas y en paz, entonces el mismo suelo sobre el que caminan se convierte en la Tierra Pura. Somos capaces de jugar y disfrutar esta Tierra Pura día y noche gracias a esta intuición, gracias a la práctica de morar pacíficamente con plena conciencia en el aquí y el ahora. Tenemos el Reino aquí y ya no lo seguimos buscando en otro lado. Tienes la capacidad de llevarnos ciento de millones de años en el futuro, después de lo cual tu puedes manifestarte como otro planeta y nosotros como maravillosas formas sobre ti.
Madre respetada, tienes hijos que se sienten orgullosos de si mismos como matemáticos brillantes, maestros artesanos, arquitectos talentosos, pero pocos son capaces de ver que tú eres la matemática más brillante, la artesana más perfecta, y la arquitecto más talentosa. Sólo tenemos que mirar la rama de un cerezo en flor, la concha de un caracol, o el ala de un murciélago para ver esta verdad. Tenemos artistas talentosos, pero ¿como se pueden comparar nuestras pinturas a las obras de arte que tú nos revelas durante las cuatro estaciones? ¿Cómo podemos pintar esos amaneceres tan irresistibles o crear crepúsculos tan radiantes? Nuestros músicos son geniales pero ¿como pueden estar a la altura de la maravillosa orquestra de la tierra y del cielo o del magnífico sonido de la creciente ola? Tenemos soldados valientes – caballeros y héroes quienes han soportado las extremidades de calor y de frío, y recorrido montañas y ríos – pero ¿cuántos de nosotros tenemos tu paciencia y capacidad para abrazar? Tenemos grandes historias de amor, pero ¿quién entre nosotros tiene tu inmenso amor que incluye a todos los seres sin discriminación?
Interser – Nuestra Verdadera Naturaleza
Querida Madre, cada vez que doy un paso sobre la Tierra, ahora soy capaz de trascender las nociones de mente y materia. Tu realidad sublime también trasciende las nociones de mente y materia. La materia y la mente son sólo ideas, dos caras de la misma realidad. Aquel pino no sólo es materia ya que posea un sentido del saber. Una partícula de polvo no sólo es materia ya que cada una de sus átomos tiene inteligencia y es una realidad viviente. Nuestra naturaleza es tu naturaleza, que es la naturaleza del Cosmos. Esta es la naturaleza del interser, ni el ser ni el no-ser, no-nacimiento no-muerte, no incremento no disminución, no materia y no mente, no dentro no fuera, no llegada no partida. Se cree que la Tierra es uno de los cuatro elementos básicos, pero la Madre Tierra también está compuesta de los otros tres elementos no-tierra – agua, aire y fuego. Los cuatro elementos llevan en sí mismos el tiempo, espacio y conciencia. Cada paso nos revela el interser de todos los elementos. La naturaleza Búdica no sólo está presente en los humanos, sino en todas las cosas.
Querida Madre, eres un gran Bodhisattva, dando vida a un sinnúmero de Budas y Bodhisattvas. Tu corazón abraza a todo el Cosmos y tu sabiduría irradia en diez direcciones. No podemos comparar nuestra capacidad de entender y amar a la tuya. Algunos de nosotros resentimos el hecho de que hayas dado vida a algunos de ellos, causándoles sufrimiento, porque ellos todavía no son capaces de entenderte y apreciarte. Con la práctica de mirar profundamente, podemos ver que podemos superar todo nuestro sufrimiento y resentimiento. Poniéndonos en contacto profundamente con la Dimensión Histórica, podemos ver la Dimensión Última y así llegar a un mejor entendimiento de lo que está pasando en la Dimensión Histórica. En la Dimensión Última, no hay nacimiento, no muerte, no sufrimiento, no felicidad, no llegada, no partida, no bien, no mal. Debemos aprender a ver el mundo de signos y apariencias desde la perspectiva de la Dimensión Última. En la Dimensión Histórica, si no hay muerte, no puede haber nacimiento. Si no hay sufrimiento, no puede haber felicidad. Sin el mal, no puede haber bien; sin lodo no pueden crecer los lotos. El lodo y los lotos no son enemigos. Los lotos y el lodo dependen el uno del otro para manifestarse. Lo mismo es verdad para el sufrimiento y la felicidad, el bien y el mal.  Pero como nuestro entendimiento del bien y el mal es todavía muy dualista, algunos de nosotros todavía resentimos, culpamos y reprochamos la Tierra y el Cielo. Usamos nuestras pequeñas mentes para juzgar la gran mente de la Tierra y del Cielo.
Las inundaciones, tornados, terremotos y tsunamis no son manifestaciones de tu ira o castigos, sólo son cosas que deben ocurrir ocasionalmente en la Dimensión Histórica por necesidad, para que el equilibrio se pueda restablecer; lo mismo sucede con una estrella fugaz. Para que se logre el equilibrio en la naturaleza, a veces, algunas especies tienen que sufrir pérdidas. Pero cuando la necesidad de sobrevivir es remplazada con avaricia y orgullo, entonces hay violencia, que siempre lleva consigo una devastación innecesaria. Hemos visto que cuando una especie se desarrolla demasiado rápido, excediendo su límite natural, causando grandes pérdidas y daño, amenazando a otras especies, entonces de forma natural van a surgir causas y condiciones que van a lograr la destrucción y la aniquilación de esa especie. El equilibrio se puede restablecer entre las especies restantes. Estas causas y condiciones a menudo emergen desde dentro de la misma especie que está causando la destrucción. Hemos aprendido la lección que cuando perpetuamos violencia hacia nuestra propia y otras especies, somos violentos hacia nosotros mismos; y cuando sabemos como proteger a todos los seres, estamos protegiéndonos a nosotros mismos.
Continuando la Mente de Amor
Querida Madre, cada uno de nosotros tiene la Naturaleza Búdica porque todos somos tus hijos; ya seamos humanos, animales, plantas o minerales. Los humanos somos a menudo orgullosos de nuestra conciencia de mente, pero esta es sólo una de las muchas funciones de la mente, está la Conciencia de Archivo y la Conciencia Vimala (pura, no contaminada). Nuestra conciencia de mente nos da la habilidad de reconocer nuestra propia presencia y la presencia del Cosmos en este momento; pero está limitado por nuestra tendencia habitual de diferenciar entre ser y no-ser, nacimiento y muerte, dentro y fuera, individual y colectivo. Algunos de nosotros hemos practicado, contemplado, nos hemos purificado, y alcanzado la Sabiduría de la No-Discriminación. Somos capaces de estar en contacto con el Nirvana con la naturaleza de no-nacimiento y no-muerte en nosotros mismos. Debes estar muy orgullosa de todos nosotros que somos capaces de continuarte en el camino de la evolución; aquellos que tienen la capacidad de guiar y conducir a otros hacia la intuición de la no-dualidad, transformando toda diferenciación, discriminación, temor, odio y desesperanza.
Has dado vida a muchos grandes Budas y Bodhisattvas, tomamos un profundo voto de seguir a aquellos quienes nos han precedido en este camino. Tomamos el voto de encarnar confiadamente tu maravillosa y sublime conciencia, para ser dignos de ser llamados tus hijos. Comprendemos que todas las cosas son impermanentes y sin una propia-naturaleza separada; tu, nuestro Padre el Sol, y todos los Budas y Bodhisattvas son de la misma naturaleza. Sabemos que en la Dimensión Última, tu duración de vida, el de nuestro Padre, el de todos los seres, incluyendo las hojas y los botones de las flores, son sin límite – trascendiendo el nacimiento y la muerte, ser y no-ser. Sin embargo en la Dimensión Histórica, queremos seguir protegiéndote, nuestra Madre Tierra, para que puedas continuar por mucho tiempo en esta hermosa y preciosa forma; no sólo 500 millones de años, sino más allá. Queremos protegerte para que puedas estar aquí con nosotros dentro de este acogedor Sistema Solar, por un muy largo tiempo.
Regresando a la Intimidad con la Madre Tierra
Respetada Madre, algunos de nosotros nos preguntamos ¿qué pasará con nosotros una vez que nuestra forma física se haya desintegrado? Todos sabemos claramente que regresamos a ti. Esto es natural. Si sabemos como contemplar, de ver profundamente, reconoceremos la verdadera naturaleza de no-llegada, no-partida, de todas las cosas. Ya no tendremos preguntas sobre llegar y partir. Sabiendo que hemos manifestado de ti en el pasado y que continuaremos manifestándonos de ti una y otra vez en el futuro, cada vez frescos y nuevos, ya no tenemos más preocupaciones, ya no tenemos temor.
Querida y respetada Madre, veo a todo el Cosmos en ti y tú en mí. Aunque eres la Madre de todas las especies, como humanos, somos capaces de conversar íntimamente contigo, capaces de verte y comprenderte. Sabemos que quieres que vivamos de tal manera que en cada momento de nuestras vidas cotidianas podamos producir las energías de Plena Conciencia, Paz, Solidez, y Amor. Nos comprometemos a obedecer tu Deseo y responder a tu amor. Tenemos la convicción de que si seguimos produciendo estas energías sanas, seremos capaces de ayudar a reducir el sufrimiento en la Tierra, especialmente el sufrimiento causado por la guerra, el hambre y la enfermedad. Aprenderemos a apreciar y disfrutar nuestra propia presencia y la presencia del Cosmos. Con estas energías sanas podemos ayudar a reducir el número de desastres naturales como inundaciones, tormentas, terremotos y tsunamis.
Querida Madre, hubieron tiempos en que tus hijos sufrieron inmensamente como resultado de estos desastres naturales. Sabemos que cuando sufrimos, tú también sufres en nosotros. En esos momentos, acudimos a ti, querida Madre y te preguntamos si podíamos o no contar contigo, con tu estabilidad y compasión. No nos contestaste enseguida. Y después mirándonos con gran compasión, dijiste: “Sí claro que pueden contar con su Madre. Siempre estaré ahí para ustedes. Pero queridos hijos, deben preguntarse si su Madre puede contar con ustedes”. Querida Madre, hemos pasados muchas noches sin poder dormir por este Koan que nos fue entregado. Hoy, con nuestras caras cubiertas en lágrimas, nos arrodillamos ante ti, Madre compasiva y sagrada, y te decimos, “Si Madre, puedes contar con nosotros”.
Tocando La Dimensión Última
Porque estás dotada de Naturaleza Búdica, todos tus hijos llevan dentro de sí mismos la capacidad de despertar y vivir felizmente en el espíritu de la responsabilidad. Tus hijos han sido capaces de construir poderosos telescopios capaces de capturar muchos tipos de luz que son inaccesibles al ojo humano, tal como la luz infrarroja, la luz ultravioleta, los rayos X, y los rayos gamma. Hemos puesto estos telescopios en observatorios espaciales, arriba del velo opaco de la atmósfera, varios miles de kilómetros arriba de la superficie de la Tierra. Hemos podido observar al Cosmos en todo su esplendor. Hemos visto galaxias y estrellas lejanas, cuyas imágenes han tomado cientos de millones de años en llegarnos. De esta manera hemos llegado a apreciar tu belleza, querida Madre, y la maravilla que somos nosotros. Nuestra conciencia es de la misma naturaleza que la conciencia del Cosmos y tu conciencia. El radiante y elegante Cosmos que vemos a través de nuestros telescopios es esta misma conciencia en sí, y no algo fuera de ella. Sabemos que cualquiera de tus hijos que practique la mirada profunda con plena conciencia y concentración, también podrán desarrollar esta Sabiduría de la Maravillosa Observación.
Querida Madre, sabemos que la Dimensión Última de la realidad es nuestra verdadera naturaleza de no-nacimiento, no-muerte, no-llegada, no-partida; si somos capaces de ponernos en contacto con ella, podemos experimentar la paz y las bendiciones de no-temor y no-ansiedad. Sabemos que la Dimensión Última de la realidad no existe separadamente de la Dimensión Histórica. Si somos capaces de tocar profundamente la Dimensión Histórica – a través de una hoja, una flor, una piedra, un rayo de luz, una montaña, un río, un pájaro, o nuestro propio cuerpo – estamos tocando al mismo tiempo la Dimensión Última. La Dimensión Última no puede ser descrita como personal o impersonal, material o espiritual, objeto o sujeto de cognición – decimos solamente que siempre está brillando y dando brillo a sí misma a la vez. Tocando la Dimensión Última, nos sentimos felices y confortables, como los pájaros disfrutando del cielo azul o como los venados que disfrutan de campos verdes. Sabemos que no tenemos que buscar la Dimensión Última fuera de nosotros – está disponible dentro de nosotros, en este mismo momento. Practicando la plena conciencia, tocando la naturaleza de la interdependencia, interser, y vacío, podemos ponernos en contacto con la Dimensión Última justo aquí mismo, en el aquí y en el ahora.





 

miércoles, 10 de octubre de 2012

CONVERSACIONES INTIMAS CON LA MADRE TIERRA

El texto "Conversaciones íntimas con la Madre Tierra", del maestro zen Thich Nhat Hanh cuenta con once secciones. He aquí el índice y la primera sección.


CONVERSACIONES INTIMAS CON LA MADRE TIERRA

por Thich Nhat Hanh

Índice.

1. Tú eres el planeta azul, la Bodhisattva Tierra Pura y Fresca.
2. Tú eres la madre de todos los budas.
3. Nuestro Padre Sol está en ti y en nosotros.
4. Formamos parte de la familia solar.
5. Tú has hecho emerger la vida a partir de la luz del Padre Sol y con ella te has engalanado con un magnífico vestido azul.
6. Tú eres nuestra morada a la que podemos volver a cada paso.
7. Aprendemos a amar a la luz de la sabiduría del inter-ser y de la no-discriminación.   
8. Nuestra naturaleza es el no-nacimiento y la no-muerte. Nuestra luz y nuestro tiempo de vida son ilimitados. 
9. Contemplando los fenómenos en su dimensión última, podemos liberarnos de todos los sufrimientos.
10. Queremos ser tu hermosa continuación y protegerte para que siempre estés con nosotros.
11. Tomamos refugio en ti, Madre. Puedes contar con nosotros.

CONVERSACIONES INTIMAS CON LA MADRE TIERRA

Querida Madre, eres nuestro planeta, madre de todas las especies comprendida la nuestra, la de los seres humanos. Tus hijos se cuentan por miles de especies y cada una tiene su propio lenguaje. Como tú eres la madre de todos, tú comprendes todos estos lenguajes, y por lo tanto el nuestro también. Por esto siempre es posible, fácil y agradable conversar íntimamente contigo y rezarte.

1. Tú eres el planeta azul, la Bodhisahtva de la Tierra Pura y Fresca.

Querida Madre, me inclino ante ti, lleno de un profundo respeto, plenamente consciente que estás presente en mi y que yo soy una parte de ti. Tú me has traído al mundo, me ofreces todo lo que necesito para nutrirme. Me das el aire para respirar, el agua para beber, los alimentos para comer y las plantas medicinales para curarme cuando caigo enfermo. Puesto que me has traído al mundo una vez, sé que me traerás al mundo miles de veces más y que no moriré jamás. En cada manifestación me renuevo. Cada vez que vuelvo a ti, Madre, tú abres tus brazos compasivos para acogerme.

Tú eres la Gran Tierra. Tú eres Tierra. Eres Gaia, el planeta azul, la Bodhisattva de la Tierra Pura y Fresca. ¡Qué deliciosos y frescos son tus perfumes! ¡Qué hermsa eres! Eres capaz de acogerlo todo, de protegerlo todo y de transformar incluso los escupitajos malolientes, los gases tóxicos, las radiaciones… Te tomarás todo el tiempo que haga falta para hacer este trabajo, incluso un millón de años si es necesario.

Tienes muchos hijos, miles de especies entre las que se encuentra la nuestra, la de los seres humanos. Algunos de nosotros, cegados por la avidez, la arrogancia, la ignorancia no te han reconocido como madre. Y han provocado muchos desastres, y han devastado tu salud y tu belleza. Sé que tienes suficiente energía para abrazar y transformar todos nuestros errores. Pero nuestra ignorancia continúa empujándonos a explotarte y a engendrar conflictos. A veces, te fatigamos.

Madre, tu paciencia y tu resistencia te han convertido en una gran bodhisattva, un lugar de refugio muy sólido para todos nosotros. Cada vez que nos desestabilizamos, cada vez que nos perdemos en el olvido, en la tristeza, en el odio o en la desesperación, sentimos la necesidad de retornar a ti y tocarte. Tomamos refugio en ti para volver a encontrar la paz, la alegría de vivir y la confianza en nosotros mismos. Sabemos que todos somos hijos tuyos. Y aunque hayamos cometido muchos errores, tú siempre nos perdonas y cada vez que retornamos a ti, tú siempre estás dispuesta, nos tiendes tus brazos de madre amorosa y nos envuelves con ellos. Gracias a ti tenemos la naturaleza del no-nacimiento y de la no-muerte. Tú conservas en tu corazón inmensos tesoros de energía. Te prometemos que los utilizaremos adecuadamente para no agotarlos. De esta forma, no tendrás que pasar millones de años restaurándolos con paciencia y diligencia.







 

lunes, 21 de mayo de 2012

Todo el Universo es alimento

Es un auténtico deleite escuchar suavemente esta deliciosa música pianística de Johann Sebastian Bach. Se trata ni más ni menos que de su célebre Adagio BWV 974. Al dejarnos mecer por su bella melancolía, nos olvidamos de la cruda realidad de la vida demiúrgica, de este infierno llamado mundo…


La segunda parte de mi anterior post -sobre el Grial y la milicia gibelina- llegará en su momento. Ya estoy escribiendo al respecto… Mientras tanto, considero sumamente oportuno dedicar mi post de hoy a una serie de máximas que convergen en el hecho indiscutible de que en el universo todo es alimento… Merece la pena leerlas…

“Un documental sobre los animales salvajes: crueldad sin descanso en todas las latitudes. La “Madre Naturaleza”, torturadora genial, penetrada de sí misma y de su obra, se regocija y no sin razón: todo lo que vive tiembla y provoca temblor…” E. M. Cioran

La crueldad de la naturaleza es comparable, por así decirlo, a una gran cocina, en la que todos devoran y son devorados. Nada se pierde: la suma da siempre el mismo resultado. ‘Todo hace estiércol’, dicen los campesinos. Vivimos, como dicen antropólogos y biólogos, en parte de seres que creamos en nuestras propias entrañas, para digerirlas a continuación. Así podemos imaginarnos a los demiurgos: arriba, como Espíritu del Mundo, que se deleita en olímpica paz con la furia de los animales y las guerras de los hombres… abajo, como un abultado vientre a quien le sienta bien todo devorar y ser devorado…” Ernst Jünger

Todo el Universo es alimento. El Alimento es la sustancia de todo. Dice el Taittirîya Upanisad: ‘La sustancia del universo es llamada alimento’. Y también: ‘El alimento es el principio universal, porque en verdad los seres están hechos de alimento, una vez nacidos viven del alimento y cuando mueren se convierten en alimento’ (3,2) – El Alimento es la forma del Sí mismo, porque el ser no es sino alimento. Las Escrituras dicen que cuando un hombre no come, entonces no piensa, no escucha, carece de tacto, no ve, no puede hablar, sentir ni paladear. Sus energías vitales lo abandonan. Pero se dice que si come, se llena de vida. Puede pensar, escuchar, tocar. Puede hablar, paladear, sentir y ver. Por eso:

Todas las criaturas están hechas de alimento,
todo lo que hay sobre la Tierra
vive de alimento y se convierte, al final, en alimento (T. U. 2,2,1)

Todos los seres de este mundo, día tras día, se agitan en busca de alimento. El sol aspira el alimento con sus rayos y ofrece calor. El fuego, bien alimentado, arde. Este mundo fue moldeado por el hambre de la Inmensidad. Por eso hemos de venerar el alimento como el alma del universo. Las Escrituras dicen:

Todas las cosas han nacido del alimento.
Nacidas, crecen por el alimento.
Todo es comido y come.
Por lo tanto, todo es alimento (T. U. 6, 11-12)

No se puede decir si lo comido es más importante que lo que come, si el combustible es más importante que el fuego…” Alain Daniélou

A las citas anteriores, me gustaría añadir una información que me ha llegado hoy mismo, leyendo un reportaje sobre el ‘vuelo’ de las semillas en primavera, esos bulanicos que llenan campos y ciudades en esta época del año. Pues bien, resulta que estas pelusas, al tratarse de semillas, son alimento para algunas especies de aves como los verdecillos y los jilgueros, y para otros como el moscón, además, son material para hacer sus nidos. Curioso, ¿verdad? En fin, es una verdad inobjetable que todo lo que hay en el universo es alimento. Sé que esto es así y ya está, que las interpretaciones no sirven para nada, que no hay que añadirle categoría moral alguna a los fenómenos de la naturaleza. Pero entiéndaseme si yo afirmo, aunque aquí me aleje de la vía del zen, que me parece cruel que la forma de sostenimiento de todos los seres vivos sea a costa de otros seres vivos, que el sacrificio y la muerte constituyan la fórmula universal para la supervivencia de las especies.

Por eso entiendo a los veganos, los cuales no pudiendo obviamente evitar el alimentarse, son al menos vegetarianos (como lo eran los cátaros), lo cual es un acto evolutivo digno de elogio y emulación. Ellos se alimentan de plantas porque éstas no poseen un sistema nervioso, y, por tanto, no sufren. La verdad es que, seamos lo que seamos, lo mejor que podemos hacer es alimentarnos de todo aquello que no constituya un sufrimiento para otros seres. Se pueden comer y beber productos lácteos, frutas de todo tipo, verduras y vegetales variados, y se puede vivir perfectamente así, sin necesidad de alimentarse de carne ni de pescado, a no ser, claro, que nos veamos en un caso de hambre, de extrema necesidad, y no tengamos otra cosa a mano. Pero insisto: ningún animal debe sufrir ni por diversión ni por alimentación.

Enlaces recomendados hoy:










viernes, 11 de mayo de 2012

La verdad es un árbol con raíces

He aquí un fragmento musical magnífico de la banda sonora de la película “El Rey Arturo”, del gran compositor alemán Hans Zimmer.


Carta enviada por el médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) a una discípula suya, la británica Constance Lang, el 17 de noviembre de 1921

“La gnosis debería ser una experiencia de nuestra propia vida, una planta cultivada en nuestro propio árbol. Los dioses extranjeros son un veneno dulce, pero los dioses vegetales que uno cultiva en su propio jardín son nutritivos (…) Usted no debería hacer de los árboles extranjeros un tótem (…) Nadie la apoyará una vez que traspase los límites; pero debemos bendecir el lugar en que encontramos el comienzo de nuestras limitaciones. Más allá de nuestras fronteras no hay nada salvo ilusión y sufrimiento, porque uno llega a un país donde los espíritus de los antepasados y los hechizos no son los nuestros. – Ningún profesor le enseñará cuando usted se debilite, pero su propia alma le proporcionará la medicina adecuada.

Debe ser fuerte dentro de su país. Tiene árboles fuertes, gran abundancia de campos fértiles, y agua buena. ¿Por qué busca las enseñanzas extranjeras? Son venenos, no proceden de su misma sangre. Debería apoyarse en sus propios pies, pues dispone de una tierra rica debajo de ellos. ¿Por qué escucha la palabra de un hombre que está fuera de su tierra y que no se apoya en sus propios pies? La verdad es un árbol con raíces. No son palabras. La verdad sólo crece en su propio jardín, no en otro lugar.

Sólo los hombres débiles comen la comida de un extraño. Pero su pueblo necesita un hombre fuerte, un hombre que adquiera su verdad en sus propias raíces y de su propia sangre. Eso, y sólo eso, es bueno para el pueblo (…) Apelo a su propia fortaleza natural. Perderá su destino el pueblo que adopte hechizos extranjeros…”

La espiritualidad gnóstico-europea de Jung nunca se mostró de un modo tan evidente como en esta carta. Sus referencias a la raigambre de la espiritualidad del individuo, el hecho de que dicha espiritualidad debe proceder de la misma sangre y la llamada a permanecer dentro de las fronteras del paisaje místico propio, son todo un canto a la fidelidad a la tierra y a los antepasados… Nunca estará de más insistir además en el hecho de que Jung, que fue un personaje realmente extraordinario en todos los aspectos, no hizo otra cosa en su vida y en su obra que enseñar al hombre de Occidente a resucitar a Kristos dentro de su alma. Porque Kristos es el Self para el hombre occidental…

Abundando más en este regreso a los orígenes, viene a colación también aquello que escribió el filósofo alemán Martin Heidegger, en los años de la guerra fría: “Si entendemos Occidente no etimológicamente como caída (la referencia a Spengler es obvia), sino como cercanía a los orígenes griegos, entonces la guerra y su devastación -y el frío de la posguerra- no habrían sido sólo una ocultación del Ser sino el recuerdo de la necesidad de descender hacia ese ortus continuamente aludido, un retorno al origen. ¡Volvamos a la patria!...” – Al final de su vida, Heidegger hablará del budismo y del zen, pero no ignoró en ningún momento que Occidente no se salvará a partir de ningún Oriente, sino sólo a partir de sus propias raíces, como también apuntó Jung, tal y como hemos visto. Sí, solo volveremos a ser nosotros mismos a partir de un inmersión en las raíces paganas y gnósticas de la Tradición Ancestral Europea, que la Iglesia trató de eliminar por todos los medios, consiguiéndolo en gran medida con la ayuda inestimable de las ideologías modernas... A este respecto, ya escribí en este Blog un post el 6 de enero de este mismo año, y que titulé: “¡Hay tantas Auroras que aún no han despuntado!” 



Vayamos ahora al tema central que quiero desarrollar en este post de hoy, el cual está profundamente vinculado con lo que he expuesto en esta introducción. Se trata de un asunto que genios de la talla de Mircea Eliade, Rene Guénon, Carl Gustav Jung o Henry Corbin estudiaron muy, muy a fondo… Veamos… Lo primero que deseo reseñar es que, de una u otra forma, en las tradiciones de los pueblos indoeuropeos siempre se encuentra la idea de un poderoso ‘Señor del Mundo’, de un reino misterioso que se encuentra por encima de todo reino visible. De una residencia que tiene, en sentido superior, el significado de un polo, de un eje, de un centro inmutable y secreto, representado como una tierra firme en medio del océano de la vida, como una comarca sagrada e intangible, como una tierra de la luz, o tierra solar…

Significados metafísicos, símbolos y oscuros recuerdos se entrelazan aquí inseparablemente... La idea de la realeza olímpica y del ‘mandato del cielo’ constituye sin duda un tema central: “Aquel que reina a través de la Virtud (del Cielo) – dice Kong-tze – se asemeja a la estrella polar: él permanece inmóvil, pero todas las cosas se mueven a su alrededor”. La idea del Rey del Mundo aparece aquí de una manera clara, y concebido como cakravartî se encuentra por encima de una serie de temas subordinados: el kravarti -Rey de los reyes- hace girar la rueda –la rueda del Regnum, de la “Ley”, del Dharma– permaneciendo él mismo inmóvil. Invisible como la del viento, su acción tiene sin embargo la irresistibilidad de las fuerzas de la naturaleza. En mil formas, y en estrecha conexión con la idea de una tierra nórdico-hiperbórea, irrumpe el simbolismo de la sede del medio, de la sede inmutable: la isla, la altura montañosa, la ciudadela del sol, la tierra defendida, la isla blanca o isla del esplendor, la tierra de los héroes… “Ni por tierra ni por mar se alcanza la tierra sagrada” afirmaba Píndaro, dentro de la tradición helénica. Ésta es también la isla de Avalón, es decir, la isla de Apolo, del dios solar hiperbóreo, denominado a su vez Aballún por parte de los Celtas. También respecto de legendarias razas ‘divinas’, como los Tuatha dè Danann, que vinieron del Avalón, se dice que vinieron ‘del cielo’. Los Tuatha llevaron consigo desde el Avalón algunos objetos místicos: una piedra que indica a los reyes legítimos, una lanza, una espada, un vaso que provee un alimento permanente, el ‘don de vida’. Son los mismos objetos que figurarán en la leyenda del Grial…

Desde los tiempos primordiales estos temas originarios indoeuropeos descienden hasta el Medioevo asumiendo en esta época formas características. De aquí, por ejemplo, y dentro del Tema de Bretaña, las tradiciones relativas al reino del Preste Juan y del Rey Arturo… El reino de Juan asume muchas veces los rasgos del ‘lugar primordial’, del ‘paraíso terrestre’. Es allá donde crece el Árbol; un árbol que, en las diversas redacciones de la leyenda, aparece a veces como Árbol de la Vida, otras como un Árbol de la Victoria y del dominio universal. Allí se encuentra también la piedra de la Luz, una piedra que tiene la virtud de resucitar al animal imperial, el Águila. Juan domina a los pueblos de Gog y de Magog – las fuerzas elementales, el demonismo de lo colectivo. Varias leyendas hablan de viajes simbólicos que los más grandes dominadores de la historia habrían hecho hacia tierras que tenían un significado análogo, o hasta el país del preste Juan, para recibir allí una especie de consagración sobrenatural de su poder. Pero… ¿de qué país se trataba? En la leyenda de Oyero de Dinamarca el reino del Preste Juan se identifica con el Avalón, es decir con la isla hiperbórea, con la tierra solar, con la isla blanca...

En Avalón, y esto es esencial señalarlo, se ha retirado el Rey Arturo. Acontecimientos trágicos, descritos en formas diferentes de acuerdo a los textos, lo obligan a buscar allí refugio. Este retiro de Arturo no tiene el significado de la conversión de un principio de una función, en algo latente. Arturo, de acuerdo a la saga, no ha muerto nunca. Él vive todavía en el Avalón. Él se volverá a manifestar nuevamente. En la figura del Rey Arturo debe verse una de las múltiples funciones del ‘dominador polar’, del ‘rey del mundo’. El elemento histórico se encuentra aquí revestido por el suprahistórico. Ya la antigua etimología vinculaba el nombre de Arturo con arkthos, es decir, ‘oso’, lo cual, a través del simbolismo astronómico de la constelación polar, remite claramente a la idea del centro...

El simbolismo de la Mesa Redonda, de cuya caballería Rey Arturo es el jefe supremo, es solar y polar. El palacio de Rey Arturo -así como el Mitgard, la residencia luminosa de los Asen, de los ‘héroes divinos’ nórdicos- está construido en el centro del mundo – in medio mundi constructum. De acuerdo a algunos textos, el mismo gira alrededor de un punto central: gira, como en la isla blanca’ recordada por los indoeuropeos de Asia, en la tierra hiperbórea cuyo dios es el solar Vishnu, gira la swástica, como la isla de vidrio céltico-nórdica -un facsímil del Avalón- gira; como la rueda fatal del cakravartî, del Rey del Mundo ariano, gira. Los rasgos sobrenaturales, ‘mágicos’, propios de esta figura se encarnan, por decirlo así, en Myrddhin, es decir, en Merlín, consejero inseparable de Rey Arturo, que es, en el fondo, la representación personificada de la parte sobrenatural del mismo Arturo. La caballería de Arturo irá a la búsqueda del Grial. La caballería de Arturo, que recluta sus miembros entre todas las patrias, tiene como consigna: “El que es jefe, que sea nuestro puente”. De acuerdo a la antigua etimología, pontifex significaba por lo demás el ‘hacedor de puentes’, aquel que establece el lazo entre las dos riberas, entre los dos mundos...

La doctrina del centro supremo y de las edades del mundo está estrechamente vinculada con la de las leyes cíclicas y de las manifestaciones periódicas. Si se dejase a un lado tales puntos de referencia, muchos mitos y muchos recuerdos tradicionales nos remitirían a una situación de fragmentos casi incomprensibles. “Ello aconteció una vez – ello acontecerá de nuevo”, enseña la tradición. Y también: “Cada vez que el espíritu declina y la impiedad triunfa, Yo me manifiesto; para la protección de los justos, para la destrucción de los malvados, para establecer firmemente la ley, de edad en edad Yo revisto un cuerpo...” En todas las tradiciones, bajo diferentes formas, más o menos completas, siempre encontramos la doctrina de las manifestaciones cíclicas de un principio único, subsistente en los períodos intermedios en estado latente. Mesías, Juicio Universal, Regnum, etc. Todo esto no representa otra cosa que la narración extraordinaria y auténtica acerca de un dominador que no habría muerto nunca, sino que se habría retirado en una sede inaccesible –idéntica en el fondo, al ‘Centro’– para volver a manifestarse en el día de la ‘última batalla’; de un emperador que duerme y que se volverá a despertar; de un príncipe herido, que espera a aquel que lo curará y que conducirá a su reino decaído o devastado hacia un nuevo esplendor... Todos estos muy notorios temas de la leyenda imperial medieval nos remiten sumamente lejos en los tiempos. El mito primordial del Kalki-avatâra contiene ya todas estas ideas en una relación sumamente significativa con otros símbolos. Kalki-avatâra ha ‘nacido’ en Shambala, que es una de las designaciones del centro hiperbóreo primordial. La enseñanza le ha sido transmitida por parte de Paraçu-Râma, el representante “nunca muerto” de la tradición de los ‘héroes divinos’, el destructor de la casta guerrera en rebelión. Kalki-avatâra combate en contra de la edad oscura y sobre todo contra los jefes de las fuerzas demoníacas de la misma, Koka y Vikoca, los cuales etimológicamente remiten a Gog y Magog, a las fuerzas subterráneas que, ya dominadas y subyugadas por el regio Preste Juan, se desencadenarán en la edad oscura y contra las cuales también el emperador vuelto a despertar deberá combatir…

[Habrá una segunda parte]

Aconsejo vivamente leer esta obra realmente maravillosa y didáctica titulada “El Rey del Mundo” (1927), escrita por el gran matemático, filósofo y metafísico francés René Guénon (1886-1951)






viernes, 4 de mayo de 2012

Cuentos Zen para trascender

He aquí una bellísima y melancólica melodía titulada Ich bin der Welt abhanden gekommen!Me he alejado del mundo. Se trata de uno de los más célebres Rückert Lieders de Gustav Mahler. Esta versión es cantada por la extraordinaria soprano Waltraud Meier (la cual está considerada como la mejor soprano viva del mundo). Pongo aquí la letra del poema, que es precioso, en español y en original alemán.


He abandonado el mundo
en el que malgasté mucho tiempo,
hace tanto que no se habla de mí
¡que muy bien pueden creer que he muerto!

Y muy poco me importa
que me crean muerto;
no puedo decir nada en contra
pues ciertamente estoy muerto para el mundo.

¡Estoy muerto para el bullicioso mundo
y reposo en un lugar tranquilo!
¡Vivo solo en mi cielo,
en mi amor, en mi canción!

Ich bin der Welt abhanden gekommen,
Mit der ich sonst viele Zeit verdorben,
Sie hat so lange nichts von mir vernommen,
Sie mag wohl glauben, ich sei gestorben!

Es ist mir auch gar nichts daran gelegen,
Ob sie mich für gestorben hält,
Ich kann auch gar nichts sagen dagegen,
Denn wirklich bin ich gestorben der Welt.

Ich bin gestorben dem Weltgetümmel,
Und ruh' in einem stillen Gebiet!
Ich leb' allein in meinem Himmel,
In meinem Lieben, in meinem Lied!

* * *

“La existencia no es difícil de entender. No hay misterio de la vida. Todo está trazado claramente para que la humanidad lo vea y lo reconozca. La ciencia del conocimiento, que no se basa en ‘pensamientos’ sino en visión, ha estado siempre disponible para la raza humana a través de las enseñanzas transmitidas por los Mensajeros. Esta ciencia la descubrimos desde el comienzo de la historia registrada del hombre. La única ciencia que ha descendido a nosotros, la ciencia transmitida de percepción interna directa, desprovista del velamiento de lo sensorial, se encuentra en las enseñanzas originales del Tao. Se encuentra también en los mensajes incomparablemente codificados de los maestros Zen, que extraen las enseñanzas en su pureza de una fuente aproximadamente dos mil años anterior a ellos. Está en toda la historia de los gnósticos del Islam, desde los Compañeros que vivieron hace mil cuatrocientos años, la gente de Suffa, hasta los grandes maestros sufís, Iman Yunaid, al-Yilani, Naqshbandi, Shadili y Darqawi…” Abd al-Qadir as-Sufi [Indicaciones de los signos]

“Las personas con tendencia racionalista tienen la obsesión de los ‘pensamientos’; ven los conceptos, no las ‘cosas’; de ahí sus críticas fallidas de las doctrinas inspiradas y tradicionales. No ven ni las realidades de las que hablan estas doctrinas, ni las cosas inexpresadas que caen por su peso. Critican como juristas lo que sorprende a sus hábitos mentales; no pudiendo llegar a las ‘cosas’, se apropian de las palabras. Lo propio de los filósofos es objetivar sus limitaciones (…) Vivir de pensamientos es reemplazar indefinidamente unos conceptos por otros conceptos. En el raciocinio, los conceptos se desgastan sin poder ser nunca reemplazados, en este plano, por algo mejor. Nada es más nocivo que este desgaste mental de una verdad; se diría que las ideas verdaderas se vengan del que se limita a pensarlas. – Aquel cuyo ser está demasiado exclusivamente anclado en el pensamiento, aquel que quiere realizarlo todo en lo mental y que no hace más que agotar virtualidades de conocimiento, cae finalmente en el error si no se encuentra ya en él, como la curva ascendente de un círculo se transmuta imperceptiblemente en curva descendente. A pesar de ciertas fluctuaciones que pueden llevar a engaño, ahí está todo el drama de la filosofía…” Frithjof Schuon [Perspectivas espirituales y hechos humanos]

Y como no hay nada más contrario al pensamiento racionalista y al raciocinio estéril que el espíritu de la narración fantástica -preñada siempre de grandes enseñanzas- he aquí varios cuentos zen


Un samurái le pidió a un maestro que le explicara la diferencia entre cielo e infierno. Sin responderle, el maestro se puso a dirigirle gran cantidad de insultos. Furioso, el samurái desenvainó su sable para decapitarle.

- He aquí el infierno – dijo el maestro. El guerrero, impresionado por estas palabras, calmó su ira y volvió a enfundar el sable. Al ver esto, el maestro añadió:

- He aquí el cielo.

*

- Maestro, quiero estudiar el arte de la espada, ¿cuántos años necesitaré?

- Diez años.

- ¡Son demasiados!

- Entonces, veinte años.

- ¡Pero eso es una barbaridad!

- Treinta años.
*

Un maestro zen le ofreció un melón a su discípulo y le preguntó:

- ¿Qué te parece este melón? ¿Está bueno?

- Sí, sabe muy bien – contestó el discípulo.

- ¿Dónde está ese sabor? – le preguntó luego el maestro -. ¿En el melón o en tu lengua?

El discípulo reflexionó y se lanzó a dar complicadas explicaciones:

- Este sabor procede de una interdependencia entre el melón y mi lengua, porque mi lengua sola, sin el melón, no puede…

El maestro lo interrumpió bruscamente:

- ¡Idiota! ¡Más que idiota! ¿Qué pretendes? Este melón está bueno. Eso basta.

*

Un célebre espadachín japonés, que se decía adepto al zen, fue al encuentro del maestro Dokuon y le dijo, no sin un leve aire de triunfo, que todo lo que existía era el vacío, que nada distinguía al yo del tú, etc. El maestro lo escuchó un momento en silencio, luego cogió su pipa y golpeó con fuerza al soldado en el cráneo.

El hombre saltó, cogió su sable y amenazó al monje.

- Vaya – dijo éste muy tranquilo -, el vacío no tarda en montar en cólera.

*
Un viejo monje y un monje joven caminaban por el bosque hasta que llegaron al frente de un río bravo. El río no era ni muy ancho ni profundo, y dado que no había puente decidieron cruzarlo sin más. En eso se les acercó una joven que llevaba ya mucho tiempo a la orilla del río. Llevaba puestos vestidos elegantes, llevaba un abanico, tenía pestañas muy largas y les sonreía con sus ojos grandes.

- Oh – dijo ella – la corriente es tan fuerte y el agua tan fría. Y si se me moja el Kimono me va a ruinar toda la seda. ¿Podría uno de ustedes ayudarme a pasar el río y cargarme?

Con estas palabras iba acercándose al joven monje. Pero él pensó que el comportamiento de la mujer era irrespetuoso. Sin embargo el viejo monje encogió los hombros, subió a la joven mujer y cargó con ella dejándola a la otra orilla después de haber cruzado el río. Después los dos monjes siguieron caminando.

Aunque durante la caminata mantuviesen el silencio, el joven monje estaba muy enfadado. Él pensaba que su colega más viejo había cometido un grave error al ser tan generoso con esa mujer tan orgullosa. Y lo que era peor aún, al tocar a una mujer había incumplido un precepto de su orden. Y mientras seguían caminando, el joven monje seguía enfurecido para adentro, hasta que no aguantó más y comenzó a incriminarle al compañero su comportamiento por haber cargado a esa mujer y haberla ayudado a cruzar el río. Tenía tanta rabia que toda la cara se le había puesto roja.

- ¿Todavía estas cargando con esa mujer? – preguntó el monje más mayor.

– Yo, hace más de una hora que dejé de hacerlo.

*

-Vengo maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no hago nada bien, que soy torpe, nadie me quiere por eso estoy solo. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro le dijo: -Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizá después… -Y haciendo una pausa agregó: -Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y tal vez después pueda ayudar.

-E… encantado maestro -titubeó el joven

-Bien -asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba puesto en el dedo pequeño de la mano izquierda y se lo dio al muchacho, agregó: -toma el caballo que está ahí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara, hasta que un viejito se tomó la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

Después de ofrecer su joya a todo el que se cruzaba en su camino, y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó. Entró a la habitación, donde estaba el maestro, y le dijo: -Maestro, lo siento pero no es posible conseguir lo que me pediste. Quizá pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que pueda engañar a nadie respecto al verdadero valor del anillo.

-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-Debemos primero saber el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. Quién mejor que él para saberlo. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. No importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

Llegó a la joyería, el joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó, y luego dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-¿Cincuenta y ocho monedas? – exclamó el joven. -Sí -replicó el joyero-Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… Si la venta es urgente…

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido. Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo.

-Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda…

*

Hoy, en vez de recomendar una página web o un blog, invito a que se vea esta extraordinaria película sobre la vida de un ser realmente excepcional: el Gran Maestro Zen Eihei Dogen (1200-1253)