He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

miércoles, 10 de octubre de 2012

CONVERSACIONES INTIMAS CON LA MADRE TIERRA

El texto "Conversaciones íntimas con la Madre Tierra", del maestro zen Thich Nhat Hanh cuenta con once secciones. He aquí el índice y la primera sección.


CONVERSACIONES INTIMAS CON LA MADRE TIERRA

por Thich Nhat Hanh

Índice.

1. Tú eres el planeta azul, la Bodhisattva Tierra Pura y Fresca.
2. Tú eres la madre de todos los budas.
3. Nuestro Padre Sol está en ti y en nosotros.
4. Formamos parte de la familia solar.
5. Tú has hecho emerger la vida a partir de la luz del Padre Sol y con ella te has engalanado con un magnífico vestido azul.
6. Tú eres nuestra morada a la que podemos volver a cada paso.
7. Aprendemos a amar a la luz de la sabiduría del inter-ser y de la no-discriminación.   
8. Nuestra naturaleza es el no-nacimiento y la no-muerte. Nuestra luz y nuestro tiempo de vida son ilimitados. 
9. Contemplando los fenómenos en su dimensión última, podemos liberarnos de todos los sufrimientos.
10. Queremos ser tu hermosa continuación y protegerte para que siempre estés con nosotros.
11. Tomamos refugio en ti, Madre. Puedes contar con nosotros.

CONVERSACIONES INTIMAS CON LA MADRE TIERRA

Querida Madre, eres nuestro planeta, madre de todas las especies comprendida la nuestra, la de los seres humanos. Tus hijos se cuentan por miles de especies y cada una tiene su propio lenguaje. Como tú eres la madre de todos, tú comprendes todos estos lenguajes, y por lo tanto el nuestro también. Por esto siempre es posible, fácil y agradable conversar íntimamente contigo y rezarte.

1. Tú eres el planeta azul, la Bodhisahtva de la Tierra Pura y Fresca.

Querida Madre, me inclino ante ti, lleno de un profundo respeto, plenamente consciente que estás presente en mi y que yo soy una parte de ti. Tú me has traído al mundo, me ofreces todo lo que necesito para nutrirme. Me das el aire para respirar, el agua para beber, los alimentos para comer y las plantas medicinales para curarme cuando caigo enfermo. Puesto que me has traído al mundo una vez, sé que me traerás al mundo miles de veces más y que no moriré jamás. En cada manifestación me renuevo. Cada vez que vuelvo a ti, Madre, tú abres tus brazos compasivos para acogerme.

Tú eres la Gran Tierra. Tú eres Tierra. Eres Gaia, el planeta azul, la Bodhisattva de la Tierra Pura y Fresca. ¡Qué deliciosos y frescos son tus perfumes! ¡Qué hermsa eres! Eres capaz de acogerlo todo, de protegerlo todo y de transformar incluso los escupitajos malolientes, los gases tóxicos, las radiaciones… Te tomarás todo el tiempo que haga falta para hacer este trabajo, incluso un millón de años si es necesario.

Tienes muchos hijos, miles de especies entre las que se encuentra la nuestra, la de los seres humanos. Algunos de nosotros, cegados por la avidez, la arrogancia, la ignorancia no te han reconocido como madre. Y han provocado muchos desastres, y han devastado tu salud y tu belleza. Sé que tienes suficiente energía para abrazar y transformar todos nuestros errores. Pero nuestra ignorancia continúa empujándonos a explotarte y a engendrar conflictos. A veces, te fatigamos.

Madre, tu paciencia y tu resistencia te han convertido en una gran bodhisattva, un lugar de refugio muy sólido para todos nosotros. Cada vez que nos desestabilizamos, cada vez que nos perdemos en el olvido, en la tristeza, en el odio o en la desesperación, sentimos la necesidad de retornar a ti y tocarte. Tomamos refugio en ti para volver a encontrar la paz, la alegría de vivir y la confianza en nosotros mismos. Sabemos que todos somos hijos tuyos. Y aunque hayamos cometido muchos errores, tú siempre nos perdonas y cada vez que retornamos a ti, tú siempre estás dispuesta, nos tiendes tus brazos de madre amorosa y nos envuelves con ellos. Gracias a ti tenemos la naturaleza del no-nacimiento y de la no-muerte. Tú conservas en tu corazón inmensos tesoros de energía. Te prometemos que los utilizaremos adecuadamente para no agotarlos. De esta forma, no tendrás que pasar millones de años restaurándolos con paciencia y diligencia.







 

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