He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

viernes, 30 de diciembre de 2011

Estar en paz con toda forma de vida. Asignatura pendiente que no podemos soslayar

He aquí una maravillosa melodía - acompañada de unas bellas imágenes - del genial Vangelis, titulada Como to meVen a mí


“El hombre no es, en modo alguno, la corona de la creación, todo ser está, junto a él, a idéntico nivel de perfección… Y al aseverar esto, todavía aseveramos demasiado: considerado de modo relativo, el hombre es el menos logrado de los animales, el más enfermizo, el más peligrosamente desviado de sus instintos…” Friedrich Nietzsche

San Francisco de Asís afirmaba con toda razón que “quien maltrata a un animal jamás podrá ser feliz”. Como es bien sabido, el Poverello llamaba ‘hermanos’ a los animales y, como indican sus biógrafos Tomás de Celano y San Buenaventura, San Francisco, incluso, apartaba a los gusanos con los que se encontraba en los caminos para que no los aplastasen al caminar. Amó tanto a los animales que protegió, incluso, a pavos y gallinas que iban a refugiarse entre sus hábitos para que no los matasen. Y es que en un corazón rebosante de amor, no puede concebirse siquiera la idea de dañar a otros seres vivos…

Por esto, cada día se nos hacen más acuciantes una serie de preguntas, en este fin de la posmodernidad, como por ejemplo ¿qué estamos haciendo con esta maravillosa creación que Dios nos entregó…? ¿Dónde están todos los seres que Dios dejó a nuestro cuidado…? ¿Por qué hemos transformado el mundo en un desierto y en un infierno en el que nadie puede vivir en paz? Este sistema voraz, inhumano, materialista, consumista, está acabando con todo. Se han escrito ríos de tinta sobre esta triste realidad, y yo no voy a aportar nada nuevo al respecto. Tan solo quiero apelar a una mayor conciencia sobre el hecho de que somos unos meros arrendatarios en esta creación tan hermosa, y que nuestro deber es cuidar, proteger y amar todo lo que nos rodea. Todas las criaturas del mundo sienten como nosotros, se esfuerzan por buscar la felicidad como nosotros. Aman, sufren y se mueren como nosotros. Todas las criaturas merecen el mismo respeto y protección. Si existen hombres que excluyen a cualquiera de las criaturas de Dios del amparo de la compasión y la misericordia, existirán hombres que tratarán a sus hermanos de la misma manera, esto ha sido siempre así y no tenemos más que mirar alrededor para darnos cuenta de ello. 

En consecuencia, y dentro de este contexto, tenemos que darnos cuenta de una vez por todas de que las corridas de toros son una brutalidad infernal. La crueldad infligida a esos pobres animales no se puede llegar a describir. No se puede permitir, lo digo de todo corazón, que siga existiendo tal espectáculo degradante, anacrónico y atroz en el siglo XXI. –Yo no soy de los que insultan ni lanzan improperios contra los toreros, los ganaderos o los aficionados protaurinos. Al contrario, me parecen personas dignas de compasión porque viven inmersas en la ignorancia, que como decía Buda, es la raíz de todos los males. No se puede caer en la enorme contradicción -además de ser una falta de elegancia y de estilo- de atacar violentamente a los aficionados a los toros (si violentamos a determinados seres humanos, ¿cómo vamos a amar a los animales?). La tarea más urgente y necesaria hoy es la de despertar las conciencias de todos los que todavía aprueban estas prácticas horrendas y sanguinarias para que se sumen al sendero de la paz y del amor, y para que conozcan la alegría pura que emana de no dañar a ser viviente alguno. Lo que hay que hacer pues es abrir los ojos a todos aquellos seres humanos que de un modo u otro participan (o aprueban) en cualquier tipo de violencia para que, entre todos, superemos etapas involutivas que aún siguen incrustadas en nuestro tiempo y que impiden avanzar a Gaia hacia su perfección, hacia su punto Omega...

Gandhi afirmó con entera razón que “el desarrollo de una nación y su progreso moral puede ser juzgado por el modo en que trata a sus animales”. Por ello, es una auténtica lástima que España sea uno de los pocos países (aunque no el único) que permite esta aberrante y sanguinaria tradición de las corridas que debería haber desaparecido hace mucho, mucho tiempo. El caso es que las encuestas realizadas sobre este tema nos muestran que la gran mayoría de los españoles (un 70%) no quieren corridas de toros. España incluso ya ha declarado varias ciudades antitaurinas. Pero claro, y como siempre, hay muchos intereses económicos que hacen posible que se perpetúe la masacre… Y aunque el arco ideológico es amplio, luego están también los de siempre, aquellas personas que defienden con uñas y dientes la “fiesta nacional” con argumentos hilarantes y repetitivos con los que intentan maquillar lo que no es sino un espectáculo donde se tortura a un animal hasta aniquilarlo, entre risas y aplausos incomprensibles. Esta es la cruda realidad, sin maquillajes. - Nadie me puede negar que existen espectáculos edificantes y que forman parte de una auténtica cultura como son el asistir a una ópera, a un concierto, al cine, a una obra de teatro, y donde pueden entenderse los aplausos. Y puede entenderse también, y por descontado, la afición al fútbol, al baloncesto, a la natación, al voleibol, etc. Son deportes sanos en los que no se mata a ningún ser vivo. Pero, por favor, esto de las corridas de toros, el ponerle banderillas a un animal, meterle una puya, y finalmente clavarle una espada, que no me diga nadie que eso es cultura o que es un deporte. Es una asquerosidad, un acto nauseabundo y una crueldad intolerable y que dice mucho y malo de quien va a verlo y disfruta con ello. Da igual su formación, su ideología, su filiación ideológica, sus creencias o increencias. Un aficionado protaurino es un ser sin alma y sin corazón; un ser involucionado y enfermo que necesita sanación, que necesita meditar, que necesita evolucionar. Urgentemente además.

Debe quedarnos siempre muy claro que todo gesto a favor de la vida y del ‘no sufrimiento’ resulta un avance enorme para la evolución, para el despertar de la conciencia de la especie hombre... Aquí dejo una serie de comentarios anónimos muy interesantes que he encontrado en algunos foros donde se habla de este asunto. Merece de verdad la pena leerlos…

* “No a la barbarie y brutalidad que se cometen con los toros. Deberíamos de estar avergonzados todos de que se cometan tantas y tantas salvajadas con los animales en este país… Los medios de comunicación del siglo XXI no pueden seguir celebrando la tortura de animales en nombre del arte. Sería lo mismo que si celebrara la quema de herejes en nombre de Dios, cuando la Inquisición...”
 
* “La mayoría de los españoles se avergüenza de que se identifique nuestro país con las corridas de toros y de que se les llame ‘fiesta nacional’. Aun así, tenemos que mantener el ‘espectáculo’ (que lo es, pero de horror), con nuestro dinero, porque por su cuenta se acabaría en dos días…”

* “Hay tantas cosas que tendrían que desaparecer, los zoológicos es un claro ejemplo, y otras tantas renovarse como los criaderos y mataderos para el consumo alimenticio... pero todo ello por apertura de conciencia de toda la sociedad... El toro es un animal hermosísimo, símbolo de fuerza y lucha, se merece ser mimado, protegido para que no se extinga, no se merece pagar para seguir existiendo como especie el alto precio del sufrimiento atroz en una plaza llena de conciencias dormidas y ciegas”
 
* “La fiesta de los toros podría renovarse y seguir existiendo con un respeto profundo hacia el animal, hacia la vida... El que elige ser torero y dice amar tanto al toro que se enfrente a él sin hacerlo sufrir, sin matarlo... el mundo del toro que cree vida en las plazas, no muerte cruel...  El respeto a la vida y a la dignidad en la forma de morir debe de existir para todo ser del planeta…”

* “Tantos intereses creados alrededor de esta ‘fiesta’ sanguinaria y primitiva, cuyo colofón es la muerte, me recuerda siempre el foro romano, con la ‘avanzada’ diferencia de que el toro casi nunca mata al torero. Repulsivo. El animal no tiene la ‘libertad’ de elegir vivir o morir. ‘Al que no le gusta que no vaya…’ dicen los protaurinos. Si no terminara con la muerte, muchos habríamos ido a ver la supuesta pericia de esta lucha. Si en vez de matarlo, retirasen al animal sin herirlo, no satisfaría las bajas pasiones de las mentes primitivas. ‘No se le impone a nadie’ dicen también los protaurinos. Mentira. Se lo imponen al toro, abocándolo a una tortura inimaginable e inadmisible”

Aconsejo vivamente leer la obra del filósofo y catedrático de Lógica Jesús Mosterín cuyo título es “A favor de los toros. Contra las corridas de toros”. - Por cierto, como todos sabemos, el Parlamento catalán aprobó la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. Pues bien, la sabia medida entrará en vigor el 1 de enero de 2012, esto es, dentro de dos días. Las personas civilizadas nos congratulamos enormemente por ello. Se trata sin duda de un extraordinario ejemplo a seguir.

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