He cruzado la línea hace tiempo, descorriendo casi todos los velos, quitando todas las máscaras/la persona; y me he asomado a otros mundos. Vivo en lo que Baudelaire definía como 'chambre double', la cual sólo abandono para ocuparme de las cosas más necesarias. Mi "estar aquí", mi presencia, se parece a un sueño hibernal iluminado… Vivo instalado en un constante viaje iniciático, en una epopeya que nadie puede imaginar siquiera…

domingo, 17 de febrero de 2013

El amor exige ligereza y humor, un abrazo tántrico largo y consciente...

Carlos Fiel. - Emilio, yo se que tu eres una persona espiritual, pero ¿qué es lo que hace que una persona sea espiritual?
Emilio Fiel. -Me siento un activista de la conciencia. Intento vivir el instante con una sonrisa, sin meter la cabeza en medio, aceptando que todo viene del espíritu y que me trae una lección amorosa, venga disfrazada de desastre o de maravilla. Sin los demás no hay espíritu que valga, así que estar siempre al servicio y aceptar que somos uno, me permite comprender que es una parte mía la que me interroga o me pide ayuda en uno u otro momento. Y esto sin olvidar nunca que estoy inmerso en un mundo de ilusión.
La frontera más cercana y más comprensiva de contacto con el espíritu es que se trata de lo que está más allá del tiempo, del espacio y del ego. Con estas tres claves nos convertimos en testigos del silencio y partícipes activos del amor incondicional. Entonces vives la aspiración, la entrega al espíritu, la unidad de todos los seres y las cosas, el vínculo con la madre tierra y el contacto con el ser.
Empecemos por el tiempo. Manejarse en el eterno Presente, no sólo es un regalo, sino que significa sintonizarse con el tiempo de lo divino. Enchufarse de manera natural a la vibración, al aliento, al tamtam del corazón y al sonido interno. Esa es la primera clave. El espacio implica la disolución de las distancias. Actuar siempre como si todo estuviera aquí delante de nosotros, sabiendo que el Propósito o Intento atraviesa el espacio sin dificultad. Así que es posible ayudar a cualquiera esté donde esté y en las circunstancias en que se encuentre. Lo que pasa lejos, sucede también en tu corazón y formulas tu deseo profundo sin límites. Es la segunda clave. Y la tercera es manejarse sin ego. Agradecer a la vida en cada aliento e invocar la energía de la Diosa en cada acción. No identificarse con este cuerpo y establecer el puente entre el yo y el Otro yo (eso que somos en el silencio y en el sueño consciente). En un nivel más profundo, esto exige haber volado en el viaje del alma y haber realizado que mi Conciencia habita diferentes vehículos, que el físico es sólo el más denso y pesado.
CF. -Pero más allá de la teoría de la espiritualidad a mí me interesa saber cómo vives la espiritualidad de cara a ti mismo, en tu cotidiano. Cómo haces para mantener la intensidad, la actitud, la presencia de espíritu y de corazón.
EF. -Primero considero que todo lo que me sucede, cuando estoy centrado (o ‘enchufado’), tiene un sentido y me conduce hacia una mayor conciencia, sea una separación, un encuentro que se anula, una crisis de alguien que viene a pedirte ayuda o la falta de dinero. Comparto con el Tantra su insistencia en que “si estás centrado todo sirve al espíritu, hasta el cabreo, el sexo o la duda”. Pero además hace falta un alto nivel de energía, la impecabilidad tolteca, propio de quien combate su importancia personal, se vuelve transparente y transmuta su energía sexual. Entonces llega la paz de corazón que es el logro más importante de un guerrero o guerrera del espíritu. No una paz inerme, de cementerio, sino la paz alegre, floreciente y cantarina de los jardines en primavera.
Lo cotidiano es todo lo que tenemos, nuestro lienzo para pintar la obra de arte de nuestra vida. En los grupos de trabajo intento dejar espacio a los demás y reconocer su chispa divina, el Ser que son por encima de los problemas circunstanciales. Nunca imponer nada, invitar a reflexionar y compartir todas las variantes posibles de un trabajo interno para que cada uno elija lo que armoniza con su interior. Pero sobre todo saltar la frontera de lo posible y abrirnos a la magia y al misterio en el más pequeño acto que realicemos. De cualquier manera debo insistir en que no suelo reflexionar sobre estos temas, simplemente está en mi naturaleza caminar de esta manera, y hasta me resulta raro hablar de esta manera contigo. En las sesiones tres cuartos de lo mismo, invocar al Espíritu (y a esos amigos del otro lado que, como concheros, llamamos las Ánimas liberadas de los Cuatro Vientos) para que las energías creen el cambio que la persona necesita en estos momentos, y no lo que yo creo que necesita. Y como la energía que desciende es muy intensa, y el cierre de las heridas del velo etérico es bastante permanente, los milagros suceden cada día. Me gusta jugar, esculpir, hacer poemas, correr, el ping pong, sentarme en una piedra, pasear por la naturaleza, amar y reír, y siempre que paseo solo voy tarareando algún canto o mantra, ver películas de ficción o leer libros sobre el mismo tema, escribir desde una pantalla en blanco sin saber cuál va a ser el tema, trabajar en la huerta, etc. Siempre hago bromas o utilizo la ironía graciosa, y me tomo las cosas de la misma manera. Cabrearme no es algo común y hay pocas cosas que me molesten de verdad, aunque el tema de ir en dirección contraria (en coche), de que la alta tecnología falle, o de que alguien intente controlar mi vida siempre recibe un gruñido o un kiai por respuesta, sino una contestación tajante.
Y lo más importante: ‘todo pasa’. Que el flujo de la vida siga adelante sin obstáculos y las cosas se limpien lo más rápido posible. No podemos estar días enfadados, ni dando vueltas a una situación. Yo no entrego a nadie el poder de sacarme de quicio ni de dejarme una semana sin dormir. Ligero y sin prisa, caminamos juntos hacia la libertad…

CF. -Una persona espiritual es una persona que vive en la presencia, en ese estado de Unidad con todo. ¿Hoy tiene un sentido directamente aplicable a nuestra vida? ¿Es posible vivir en un mundo agitado, diezmado de valores, falto de la fuerza que da vivir en ese estado de presencia?
EF. -Sí, incluso en una convivencia convulsa, es posible arraigarse en la presencia interna. En realidad es la única manera posible de vivir plenamente para una persona sensible, de corazón abierto y consciente de la confusión social y del dolor por el que atraviesan tantos de nuestros semejantes. Irradio hacia el exterior lo que palpita en mi interior, y creo a mi alrededor las situaciones que armonizan con la frecuencia de mi corazón. Si estoy confuso creo dudas, si siento rencor creo agresividad, si me desprecio quiero arrasar el mundo entero, si no me acepto como soy alejo el amor de mi vida, si me lamento por mi mala suerte incremento la miseria y llamo a gritos a nuevas situaciones de pérdida.
Como en la teoría cuántica, hace falta un espectador para que la onda se convierta en partícula. El mundo está agitado porque cada uno de nosotros está revuelto en lo interno. Por sí misma, esta ilusión (maya) de falta de conciencia popular es irreal, un fantasma programado por el humo grisáceo que sale de cada una de nuestras chimeneas mentales. Sin ti esto no tiene realidad. No existe el mundo objetivo, todo es una proyección de nuestro cerebro y está en función de la frecuencia del corazón. No tenemos órganos ni sentidos para ver el exterior, sólo para recibir vibraciones que el cerebro se encarga de convertir en un complejo holograma. Como en la técnica lemuriana del Hoponopono, si tu Presencia cura lo que en ti representa la otra persona enferma, el sujeto se cura y la locura o el cáncer desaparecen.
La crisis está acabando con las irracionalidades de un sistema que se devora a sí mismo, y nadie parece tener la capacidad de crear una alternativa libertaria basada en el bien común. Una excepción: la gente de la calle (entiéndase el 15M), que desde la sensación de injusticia están replanteándose todos los valores sociales, empezando por su base, que es el derecho a sobrevivir dignamente.
CF. - ¿Es posible entender la vida con humor sin alejarte un poquito de la realidad, de los moralismos que la condicionan, de las estructuras que la limitan? ¿Qué papel tiene el humor dentro de ese proceso interno, espiritual?
EF. -Al escucharte me ha venido eso de que si vas deprisa alcanzas la desgracia, y si vas despacio es ella la que te alcanza a ti.
La verdad es que la vida que llevamos es tan artificial y falta de sentido que muchas veces, cuando la miramos de frente, sólo podemos reír o llorar. Nuestra imbecilidad hace gracia y relativizar nuestro sacrosanto sufrimiento es un sacrilegio mortal que muy pocos llegan a aceptar relajadamente.
Nos identificamos con el cuerpo y lo asaltamos con veneno y espada, cuando él ha sabido siempre sanarse con la única condición de que le dejemos hacer sin intervenir y con confianza en su codificación genética.
Luchamos contra la mente para alcanzar el silencio y la paz, y siempre gana la mente. Cuando de lo que se trata de abandonarnos, de dejar el enfrentamiento, de entrar en las sensaciones del presente y convertirnos en Testigos del cambio. Aún hoy casi toda la humanidad cree que el silencio mental es imposible, si no enfermizo, cuando es el único camino para conectar directamente con el Ser que soy.
El amor exige ligereza y humor, un abrazo tántrico largo y consciente, una juventud del alma que no se rinde al desánimo, una capacidad para desaparecer y fundirse en el otro/otra hasta que el mundo entero desaparece de golpe.
Se trata de trabajar desde dentro del mundo, sabiendo que no somos de este mundo. Afrontar los moralismos y entender sus contradicciones.
Así que hay que batallar cada momento, pero no tomarse muy en serio la propia batalla en la que sobre todo cuentan los gestos, las ofrendas y el agradecimiento a la vida. Todo lo dual es falso, pero sin la dualidad no lograríamos disfrutar el plato de cardo que hoy nos han preparado en casa, ni atravesar el paso cebra sin peligro.CF. -Si cualquier ser espiritualmente relevante estuviera hoy aquí, como Buda o Jesús, estoy convencido de que hoy en día habría pasado por un proceso terapéutico. Cuál es el valor de la conciencia, del darse cuenta de la realidad, del conocer, conocerse y reconocerse para evolucionar en este espacio de la conciencia interior.
EF. -Ahora Buda y Cristo crean su propia realidad allá por donde pasan. Hacen florecer las rosas en invierno, y a su paso las enfermedades y las mentiras vuelan en cuanto entras en su aura de irradiación, con el corazón abierto. Son nuestros hermanos mayores y saben responder a las necesidades de este mundo sin perder de vista la realidad del otro. Se manifiestan como hijos despiertos de Dios o navegantes de un Vacío lleno a rebosar de vida. Y no podrían jugar su papel como seres conscientes sin rebelarse contra las rígidas estructuras de la matrix de su tiempo, sea el mundo judío, la casta de los brahmines o en estos tiempos la atmósfera pseudo-cristiana o materialista que nos rodea. Siguiendo las pautas de esclavitud de la cultura dominante nadie puede despertar, sólo rebelándose contra ellas y ofreciendo un camino que lleve directo al corazón. Conocerse a sí mismo, liberar la sombra y abrir el pecho a la unidad con todos los seres y al amor por todas las criaturas. O’Metacuyé Oyasim, todo lo que palpita en el universo es mi familia.
CF. -Piensas que es posible vivir en esa actitud en una sociedad que mantiene unos principios deshumanizados, manipuladora humana y económicamente, con una dominancia patriarcal del poder ¿piensas que es posible vivir en ella con unos valores basados en el apoyo mutuo, en la búsqueda del bien común, en la conciencia, en la creatividad, valores que no estén sometidos a normas o códigos, a jerarquías o morales?
EF. -Este mundo es como cada uno queramos que sea. Y mi elección, como la de tantos guerreros de la Diosa y buscadores de la paz interior, es un mundo de compartir, de colaboración mutua, en el que caminamos todos unidos buscando el mayor bien para todos los seres.
Hoy que la familia tradicional naufraga estrepitosamente, que la falta de medios materiales lleva a tantas personas a una situación paupérrima, hay que volver a desarrollar las bases de la vida comunitaria y del compartir de nuestro trabajo por el bien de todos y no por una ambición personal.
Estas alternativas tienen que extenderse en comunidades ciudadanas, en comunidades artísticas, en comunidades profesionales, abriendo la puerta al reciclaje de nuestras aptitudes (basta ya de creer que sólo servimos para una cosa y hundirnos en el lodo de la incapacidad de cambio y la falta de confianza en nuestras cualidades creativas). Sobrevivir es algo elemental, que no está en función del trabajo que otros ofrezcan. Todo depende de ti y ese es uno de los puntos clave de la nueva energía, que está fuera de los viejos planteamientos sindicales, ya que su actitud fosiliza la capacidad del trabajador para cambiar de especialidad laboral.
No se busca calidad de vida, ni que desarrolles tus cualidades intrínsecas o tus aficiones para las que te sientes especialmente dotado. Sólo el número y la masa. Todo esto cae hoy por su propio peso y dejará de existir muy pronto, tanto como el dinero financiero asesino de niños (que mueren de hambre, de guerra o de epidemias creadas voluntariamente), los gobiernos corruptos e incapaces, o la ciencia vendida al mejor postor.
Sólo lo que sirva al futuro, al mayor bien de todos los seres, va a sobrevivir al nuevo tiempo que estamos comenzando con el solsticio del 2012. Por tanto la respuesta es sí, creo que es posible que estos valores se impongan en nuestra sociedad, simplemente porque todo lo que no esté en armonía con ellos va a caer en los dos próximos años.
CF. -Se dice que la evolución de una persona se debe más a los fracasos que a los éxitos: Ellos se convierten en nuestros maestros. Cómo los afrontamos y los asimilamos. Nuestra capacidad de absorción, de comprensión y de dejarlos volar. ¿Cuáles son los fracasos que más te han ayudado a crecer, a afianzarte en tu búsqueda, a encontrar tu camino?
EF. -Como comprenderás si en el papel que he jugado en la vida no supiera dejar correr las situaciones difíciles esto sería un sin vivir. Si alguien despierta internamente sus próximos y familiares se excitan, porque la transformación de una persona a la que tienes cariño te obliga a cambiar a ti y a romper el estatus de comodidad en el que estás apoltronado. Y como eso no está al alcance de los timoratos, es más fácil luchar contra el que ha ayudado a esta revolución. Así que toda luz crea su sombra y hay que aprender a dejar pasar las cosas, a tener paciencia, a no apegarse a las gentes, a respetar su libertad y desear su propia felicidad y comprensión. Un maestro está más cualificado por los logros de los que le han abandonado y siguen su propio camino, que por aquellos que todavía están cerca, demasiado próximos para establecer su propia ruta independiente.
Y cierto que los fracasos, las situaciones que nos hacen sufrir, los o las ex con las que tenemos conflictos, son nuestros verdaderos maestros de la vida, por encima de cualquier enseñanza tradicional. Hay que recuperar el poder y no permitirles que nos esclavicen. No dejar que nuestra vida gire a su alrededor, siempre pendientes de sus palabras y analizando sus actos. Agradecer a los que se alejan y desearles lo mejor, es el camino más coherente y el que menos dolor causa, en vez de intentar que se queden en contra de su deseo, lo que tarde o temprano destroza nuestra propia vida.
Si ya de por sí no soy muy dado a dejar de dormir a pierna suelta, estos enfrentamientos me ayudaron a relativizar las cosas, agradecer, reconocer la inseguridad del que ataca, y saber que finalmente esto es una escuela avanzada de aprendizaje, y que hay que cuidar bien de los enemigos (como los viejos templarios), ya que tarde o temprano si los llenamos de rencor acabamos convirtiéndonos en ellos y realizando el mismo tipo de excesos que ellos parecen cometer con nosotros.
CF. -Una tradición está muerta porque su proceso de evolución ha terminado y otra está viva porque se ha sabido adaptar a los tiempos, a los cambios, al lenguaje, a la realidad o ha sabido conservar esos valores de lo transcendente. Está claro que la medicina no es Hipócrates, ha evolucionado igual que el budismo o el yoga, que no son Sakyamuni ni Patañjali, y hoy son otros mundos más relacionados con las ciencias o las neurociencias de la mente: probablemente estaban mejor, pero confiemos en que ningún tiempo pasado fue mejor ni peor simplemente fue. Dentro de tu tradición ¿por qué está viva, qué es lo que nos aporta, qué otra visión nos aporta qué cualidad humana refuerza o nos hace tenerla en consideración como para que tomen un papel tan relevante en estos tiempos?
EF. -Todo lo que decimos es blablablá hasta el momento en que atravesamos experimentalmente la ‘grieta entre los mundos’. Podemos hablar de cualquier cosa, pero mientras no hayamos atravesado el desierto del silencio abriéndonos a la gloria del no tiempo y no espacio, nada es real y sólo se trata de suposiciones vacías de contenido. Mientras no hayamos atravesado la barrera de fuego del amor todo son conjeturas, porque no sabemos desaparecer en el otro y hacer presente la Conciencia Crística (si dos invocan mi Nombre -no miedo, ni juicio, ni deseo- estaré entre vosotros). Mientras no hemos detenido el sueño inconsciente y hemos creado impecablemente nuestro propio sueño, sintiéndonos completos en un cuerpo luminoso y sutil, es inútil hablar de magia ni del misterio… Sakyamuni y Patáñjali, como Rumí o Nanak, trataban de lo esencial que es sin tiempo, y nunca puede relativizarse ni vulgarizarse en sustitutos como posturitas, respiraciones, danzas, salidas en astral o poemas. Yo sigo estando por ellos, por lo esencial y me duele que casi todo el mundo venda su alma al diablo por falta de entrega, esfuerzo, aspiración o valentía. Yoga es Samadhi, disolución total, sea en el objeto observado, sea en una idea abstracta o sea en la totalidad sin forma.
Tres puntos en relación con la tradición viva que encarno:
  1. Mi enseñanza está basada en que sólo existe la frecuencia del Espíritu inundándolo todo y que hasta la oscuridad y la sombra son sólo eso, maestros del Ser.
  2. Lo que llega es lo nunca visto ni oído y por eso todas las tradiciones tienen que entregar sus armas ante lo nuevo que ya está aquí.
  3. Lo nuevo se hace en cada instante, manteniendo la actitud que he desarrollado en las primera preguntas. Nada puede sustituir a eso, al aliento de vida, al tambor del corazón en armonía con el palpitar de la madre Tierra, a la música de las esferas, y a la vibración del sol que mora en las tinieblas, del espíritu que palpita en el núcleo de cada una de nuestras células.
 
CF. -Nuestro cerebro en parte evoluciona a base de repetir gestos o actos que generan esas redes a largo plazo, esos surcos, que son nuestros hábitos, conducta o una determinada toma de conciencia, de darse cuenta. Esos surcos a veces son poco dignificantes como seres humanos, como si todavía nos faltará un hervor a algo más. En poquitas cosas y de un modo muy simple cuáles serían las redes que piensas que tendríamos que revisarnos, que pasar por la ITV. Por ejemplo alguien que viva en un estado permanente de queja, de frustración reconducir su intención hacia el agradecimiento, hacia la aceptación o el perdón. ¿Qué cosas convendría que revisásemos de eso fondo de nuestra mente, para regenerar una actitudes que nos acercaran a esa visión de Totalidad o de Unidad?
EF. -Mira, tenemos dos caminos, el del Tonal y el del Nagual. En el Tonal, que podríamos llamar la psicología de lo conocido, lo esencial son los matices, los pequeños cambios, la solución de algunos conflictos, ir dejando las dependencias, los lamentos y las críticas. En general esto produce una sensación de estar evolucionando, de cambiar para bien, de salir de los traumas y de ir creciendo internamente.
El Nagual empieza donde termina el Tonal. Y desde este centro todo es muy distinto y las tonterías de la dualidad dejan de ser importantes. ¿Qué más da que ganen las derechas o las izquierdas, los ecologistas o quien sea? Sin duda habrá matices que diferencian las distintas candidaturas, e incluso sus actos si llegan al poder, pero finalmente todos comparten las bases del mismo engaño. Todos creen en la educación universitaria, en la medicina académica, en el papel de los impuestos, en el valor de los bancos, en la incapacidad del amor incondicional, en la imposibilidad del silencio mental, en la dificultad del mundo para vivir en paz guiados por el bien común, en la solidez de este cuerpo, en la necesidad de mantener el sistema que tan bien amarrado tienen constitucionalmente (un pequeño homenaje al día de hoy, seis de diciembre). El Nagual exige que pasemos la frontera de la mente, que entremos en la locura, que atravesemos la barrera de fuego de la muerte. Nada del Tonal sirve allí, donde se encuentran todas las respuestas, donde los milagros son posibles, donde habitamos un cuerpo distinto de éste, más sutil, más poderoso, más consciente. Nadie con la conciencia del Tonal puede entender el Nagual, porque la mente es el pago para entrar allí, en ese vasto mundo de energía y conciencia. Este es el sentido de la frase “si tu estás Dios no está, y si Dios está tu no estás”. Así que nada de lo conocido nos sirve de referencia. ¿Para qué dar más vueltas? Sólo los guerreros y guerreras del espíritu entran allí, sólo los valientes tienen cabida. Y para eso tienen que acabar con este mundo, verlo en su precariedad profunda, dejar de estar atados a la materia, dejar de creer todo lo que dicen los telediarios y los periódicos, la familia, los políticos y los sacerdotes.
El agradecimiento, el perdón y la aceptación están bien, pero hay que entender que somos dobles, que somos de aquí y somos de allá. Que hemos de aprender a manejarnos dignamente en el Tonal y combatir la batalla florida de la justicia, de la distribución, del respeto mutuo, de la creatividad y del amor, pero sin olvidarnos que esta vida es un sueño del Otro Yo (y no al revés). Que el que nos mira desde el otro lado del espejo es quien nos sueña, a pesar de que creamos que es lo contrario lo que sucede. Estamos en el mundo, pero no somos de este mundo.
CF. -Hoy es un día lluvioso y brumoso, donde lo gris me unifica por dentro y por fuera. ¿Qué es lo que tengo que hacer para que mi día, aún haciendo lo de siempre, cambie, cobre una nueva dimensión, para que no sea un día perdido?
EF. -Sólo tenemos el aliento del Ahora, que aparece como el único alimento que podemos digerir de manera directa. En el corazón de este tiempo del espíritu, el Ahora, vibra mi Presencia Yo Soy que es eterna.
La clave es si te guía la Presencia o te guía el inconsciente. No hay libre albedrío por ningún lado. Los gustos y disgustos te vienen establecidos por tus experiencias, sueños, condiciones sociales, herencia genética… Elige, o mejor evoluciona lo suficiente para asumir que hay una elección posible. Por cada uno de tus actos, gestos y pensamientos en manos del Espíritu o de la Diosa. Pero no de una entidad ajena y elevada que palpita en los más sutiles cielos del nirvana. No. Invoca el espíritu que Yo Soy, tu chispa divina en el pecho y encima de la cabeza. Enciende tus tres fuegos mientras vas caminando (nuca, omóplatos y sacro). Sonríe a la vida, canta una canción. No te dejes arrastrar por los agoreros del desastre y pon siempre una guinda de esperanza en la tarta de cualquier experiencia. Respira libremente y tu momento está fuera del tiempo, de las noticias, de las gentes que te aman o te rechazan, de tu edad, del éxito o del fracaso. Anteriormente afirmaba que si tu estás centrado, todo lo que haces, piensas o dices sirve al espíritu. Pues eso es todo. Las aventuras se crean a tu paso. Ni siquiera existen antes de que decidas pasear por este parque concreto. La magia extiende sus filamentos y acerca a las gentes que necesitan encontrarse contigo, y llama a las experiencias en las que puedes irradiar la luz de tu corazón.
Una imagen chamánica que tengo dentro de mí son las de Mozart o Beethoven…que tuvieron unas vidas difíciles, durísimas, abandonados, sin ser reconocidos, apoyados por muy poquita gente y consiguieron entrar en el fondo de su obscuridad, de su alma y en esos momentos sacaron lo mejor, lo más bello y lo más trascendental de sus obras, donde coros de ángeles representan la belleza del ser, lo más bello del interior de una persona. Pienso que un chamán es alguien que cae en su propio pozo y a través de su propia comprensión va sacando la luz, sabiendo que detrás de esas situaciones por incomprensibles que parezcan, siempre hay una luz. ¿Cómo podríamos llevar esta comprensión, a gente que están viviendo momentos muy difíciles, humana, social o económicamente, cuando no encuentras alivio en tu vida o en tu corazón? No tanto por la crisis que seguro que será muy positiva para replantearse el sentido de la vida, ¿simplemente alguna luz que les pudiera aclarar o ayudar, para que confíen y saquen ese sol que habita en la nuez del núcleo del centro de su corazón?
Magnífico ejemplo el de esos músicos extraordinarios que atravesaron su propia noche del alma y lucharon hasta convertirla en un amanecer resplandeciente, dejando testimonios creativos que han transformado profundamente a tantos seres humanos. Siempre queda ese eco del budismo que nos alerta de que la búsqueda en lo más profundo del yo, en el centro más personal de la existencia, siempre acaba descubriendo un Yo universal que todos compartimos. El verdadero Ser es no ser. No hay nada personal en el fondo del camino, en el último acto de nuestra gran obra. Sólo el Espíritu inundándolo todo. No hay enemigos ni sufrimientos, salvo los que creamos nosotros mismos por creer en la dualidad del bien y del mal.
El chamán, como tú y como yo, siempre retorna a su soledad y ahí recupera su contacto con lo interno. Los aliados, los guías, los maestros, las ánimas liberadas de sus ancestros lo conducen hasta atravesar la grieta entre los mundos y le ayudan a encontrar el alma perdida, las causas kármicas de la enfermedad, o el sentido de las búsquedas de la visión de su gente. Y esta soledad constituye su fuerza y su gruta de aislamiento.

Y ahora ¿qué podemos decir a los que están buceando bajo el fiemo, sin paz en el corazón y sintiendo el peso de la dura realidad sobre sus hombros? Los hijos, el piso, el trabajo, la pareja, la enfermedad, la depresión, el no poder dormir, los ataques de pánico o de cólera, las ganas de beber o de evadirse de este mundo, las ansias de suicidio, el rencor y la desconfianza en todo y en todos? Primero deja de hablar de los problemas y de la crisis, de lo mal que estás y de lo que le ha pasado a la vecina si quieres salir de la trampa para osos en la que estás encerrada. Entiende que casi todo lo que te sucede es sólo la proyección de tus pensamientos oscuros. Mira al Sol quince minutos cada día (amanecer u ocaso), agradece a la vida, abraza un árbol, respira profundo, define qué te gustaría hacer como trabajo y elige una afición creativa para desarrollar. Cuando pienses en la vida como algo negativo, neutraliza ese pensamiento con alguna afirmación poderosa. Por ejemplo si al oír un estornudo a tu lado piensas en que podrías contagiarte, afirma “Yo Soy la perfección de Dios en este cuerpo”. Dúchate con agua fría después de hacer ejercicio y sudar. Las emociones se sudan. Se activo o activa. No te quedes quieto y destrozado, mueve las energías. Si das, te das. En vez de citar tus penas, escucha las de los demás y dales un toque de esperanza, así la irás creando en tu vida. No reprimas tus emociones. Atrévete a sacar tu mala leche (mejor a solas) y siéntela como algo sagrado. Si las cosas se ponen fuertes, siéntate en tu cuarto con una vela encendida y atrévete a ver hasta el fondo de tu oscuridad. Quédate quieto en el lugar donde la vida te increpa y atrévete a respirar tu sufrimiento (hinchando el vientre al expulsar o al cantar OM) hasta que llegue la calma. Así en pocos días alcanzarás la paz y la vida te traerá solución a todos tus problemas. Parecía que todo era imposible y de repente se vuelve fácil.
Si reúnes energía la vida te sonríe, y si la despilfarras sobrevivir dignamente se convierte en una difícil tarea. Aspiración y entusiasmo son la clave.
CF. -Ahora una pregunta comprometida que nos implica a los dos, nosotros hemos vivido vidas paralelas que nos han llevado a muchos aspectos comunes en este mundo de la espiritualidad, aunque los nuestros sean modelos distintos siento que siempre ha existido un mutuo profundo respeto. Para mí hay cosas de un valor profundo que salvo de nuestra relación, son cosas sobreentendidas probablemente, que nunca nos las hemos dicho pero hay que aprovechar este momento de compromiso de lo profundo que hay en cada uno de nosotros. Se que como buenos indagadores procuramos observar y sentir a los otros o al otro. El otro nos completa, nos hace ser más lo que en verdad somos. Lo que yo valoro de ti, se que nunca nos lo hemos dicho ni escrito, pero para mí es como un talismán, como una herencia, yo se que es y lo tengo muy presente y muy a menudo. Luego te lo diré.
Tú que es lo que salvas de nuestra relación a veces distante, seguro que otras hasta un poco desconocida. Que te he aportado, que hay de mí que a ti te haya podido servir, simplemente para que yo reflexione y la valore nuestra vida en común. Para mí hay algo que salvo y valoro enormemente y eso es la sinceridad en el trabajo, la fuerza y la honestidad en la búsqueda. La capacidad de asumir riesgos, de asumir intensidad, ese gesto del Virya, como se dice en el budismo, la energía para llegar a un objetivo. Para mí esa honestidad, generosidad y desprendimiento hasta niveles profundos son valores importantes para recordar y rescatar en mi vida personal.
Sé que luego todos tenemos esa otra cara más difícil de aceptar la de nuestra locura, la de nuestros egos y lo que nos cuesta aprender a hacernos un poquito más invisibles. En esta otra pregunta seguro que sería bueno saludable y muy terapeútico, encontrarnos y revisarnos. Pero pienso que este es nuestro camino asumirnos como totalidad, con un corazón generoso que acepte que eso también somos nosotros y que no hay nada rechazable en nuestras vidas, que todo es material reciclable para el alma.
EF. -Primero agradecer tus palabras (la generosidad para asumir riesgos mientras focalizo las energías en la realización de un objetivo). Yo no quiero ser menos en el reconocimiento. En este cuadro impresionista (también a mí se me ha quedado el negro en casa), quiero empezar por el manto verde de la Diosa: Siempre te he reconocido como un magnífico maestro del Tonal (lo indescriptible conocido). Y que esto no lleve implícito un aparente desprecio del aspecto más importante de nuestra vida (por encima del Nagual): la necesaria impecabilidad en los actos de nuestra vida cotidiana. Admiro especialmente tu capacidad organizativa a nivel pedagógico; la creatividad; la perseverancia en la continuidad del esfuerzo; el uso de las rutinas cotidianas como forma de trabajo interno; tu facilidad para hacer amigos y aliados hasta debajo de las piedras (y mantener luego esta amistad para siempre); la sensibilidad artística a nivel corporal, decorativo o musical, y un largo etc. Por mi parte me siento menos condescendiente con lo que no valoro como esencial, poco dado a los detalles, directo al núcleo, me resbala la pedagogía y me gustan los saltos cuánticos que rompen la continuidad de la mente discursiva. Me gusta implicarme en buenas batallas y, como me sobra energía por los cuatro costados, pues eso, a veces me paso tres pueblos… Muchas veces, no veo la necesidad de disfrutar especialmente de las justas comodidades de la vida, como sería el tomar unos días de descanso, hacer un viaje de placer o reunirme cómodamente con viejos amigos.
Vamos, que en general siento que sabes disfrutar de la vida, sin dejar de caminar internamente como buen maestro del Tonal, un poco más que un servidor. Y eso que siempre estoy haciendo bromas, corriendo aventuras, creando nuevas situaciones, pero luego soy incapaz de responder a la pregunta de qué me gustaría comer el día de mi cumpleaños. Es como si todo lo cotidiano me diera igual, y sólo contase en mi vida lo Otro, lo que está más allá de la mente. Esa locura divina de los borrachos sufis, que hemos acostumbrado ya en llamar el Nagual (lo indescriptible desconocido). Y esto me sucede tanto en la meditación (recuerda mi rifi-rafe en el 77-78 con la Unión Europea de Yoga, sobre si lo esencial del yoga es la fusión mística del Samadhi o se trata de seguir haciendo posturas y respiraciones hasta la tercera edad), en el amor tántrico, en la ensoñación, en el vínculo con los devas de la naturaleza, o en la recepción de mensajes canalizados desde la Presencia.
La verdad es que muchas veces me han señalado que hacemos un tandem increíble, y aún más valioso al no rozarnos mucho, al trabajar cada uno por nuestro lado sin ‘intoxicaciones’ mutuas.
Valoro mucho la ligereza, la capacidad de juego, el cariño que sabes sembrar alrededor de ti, la hermandad y el respeto que sabes imbuir en tu gente, la facilidad para compartir responsabilidades con otros instructores en la Escuela, el cariño que siempre has focalizado en la familia (siento que aquí me llevas bastante ventaja) y el que siempre estás a la última en varios aspectos importantes de la vida.
No te sigo mucho la pista (recientemente me has puesto al día de tu relación con esa fantástica escuela de niños en la India), y me imagino que pasara lo mismo contigo respecto a mi trabajo en Liuramae (la comunidad donde vivo), en los Consejos americanos o en las Danzas Concheras. Simplemente se trata de confiar en los hermanos (de sangre, de alma, o ambos) y saber que siempre decidirán en la línea del mayor bien para todos, que dejarán las estupideces egóticas a un lado, y actuarán con integridad e impecabilidad. Y nunca dejarse arrastrar por las maledicencias ni las apariencias. ‘Si es el quien ha dicho esto sobre mi manera de ser, seguramente tendrá razón porque me conoce bien’.
Basta decir que me gusta encontrarte. Incluso esta entrevista es un buen índice de contacto, porque la he tomado con cariño y contento de que quien está delante sea tan cercano, comparta buena arte de mi lenguaje y podamos profundizar juntos en lo que estamos tratando. Quizás este camino que acabamos de emprender con la entrevista nos permita una relación mas estrecha cara al 2012 que ya avanza sus primeros dolores de parto.
Ya para terminar este largo apartado corroborar que sin ego no hay vida, que actúa como un gran aliado del despertar de nuestra conciencia, aunque finalmente haya que desmontar ladrillo a ladrillo su suntuosa mansión, que tanto nos ha ayudado a madurar. Y el carácter o la personalidad nos pertenece, tiene su propio rayo divino, y no es cosa de andar luchando contra nosotros mismos, sino de ser útiles en el cambio de conciencia planetario. Somos luz y sombra, y así hemos de asumirnos. Cada acto que realizamos tiene también su parte de sol y de tinieblas. En esta vida todo es dual y buscar la perfección, o perseguir la realización de un dogma o creencia, por transformador que nos parezca, solo nos conduce a la agresión y a la tontera mental. Como dices ‘darnos cuenta que todo no hay nada rechazable en nuestras vidas y que todo es material reciclable para el alma’.
CF. -Necesitamos desmitificar, es muy saludable sobre todo si partimos de un profundo respeto y agradecimiento a lo que la vida nos ha ofrecido como camino. Es necesario siempre rebelarse contra toda enseñanza para que algo muy nuestro y profundo se nos revele. Pero esto es un trabajo muy profundo de responsabilidad. Sentir supone consciencia y sin ella nunca podemos ser responsables. Sólo puedo desmitificar desde el amor profundo a las enseñanzas, porque la responsabilidad viene del corazón, de ese profundo sentimiento de totalidad, de no dependencia de reciprocidad hasta en el aprender. Y qué es la pedagogía sino Paidós-agogia es decir, cuidado de la persona, cuidar su verdadera naturaleza porque sin ella no hay libertad. Es este sentimiento luminoso el que pone en contacto el cuerpo con el alma.
Esta capacidad un poco anárquica de alejarnos de las consignas, de los caminos trillados y trazados y dejar que nuestro corazón nos guíe y vaya redescubriéndolos. No se trata de desechar nada sino de hacer espacio interno, de aceptación, de bodhichitta. Preocuparnos de nosotros como decían los griegos, especialmente Séneca, “epimeleia heautou, el cuidado de sí mismo”. Y un tercer aspecto, ya que vamos de griegos, sería el precepto del oráculo de Delphos, “Gnothi seauton, conócete a ti mismo”.
Es decir, como desde tu tradición buscas ese equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, entre conocer, conocerse y reconocerse, cómo se templa el cuerpo, la mente y el alma.

¿Qué importancia tiene la intuición, que importancia tiene el camino del corazón? ¿tú crees que crecer en conciencia es una cuestión de trabajo, de esfuerzo, de voluntad o simplemente es un regalo que nos hace la propia conciencia?
EF. -Desmitificar es humanizar. No adoramos a los guías, sino que los queremos porque siendo tan humanos como nosotros, han vivido todas su vida entregados a un principio de amor, de servicio, de respeto a una Tradición que les ha alimentado, manteniendo viva la antorcha que le pasaron sus ancestros.
El poder personal no debe entregarse a nada ni a nadie, ni a un gurú, ni a una expresión de la divinidad, ni a un maestro ascendido, ni a un amante, ni a un ideal. Somos nosotros, nuestra llama inmortal, el cariño que proyectamos, lo que diviniza a los dioses y no al revés. Ellos son los que están a nuestro servicio, en esta batalla de la encarnación física. Sin nosotros no existen. Así que con amor, en un sentimiento de totalidad y de unidad con el cosmos, aceptamos las enseñanzas de cada tradición, de cada camino, y lo integramos a nuestra manera, porque no se puede traicionar lo que sólo tiene como objetivo la conciencia y el servicio a la Tierra y a la humanidad.
Cuando la verdad se generaliza, pierde su valor transformador, que sólo palpita en la soledad compartida del corazón humano. Entonces la rebelión es el camino, la vía de la libertad. La locura, lo que no aceptamos en nuestra vida cotidiana y reprimimos detrás del velo, es el único regalo que podemos hacernos para que nuestro corazón florezca. No la locura del que aprieta los dientes y se niega a mirar su propio reflejo, sino la de aquel que se lanza al vacío con una sonrisa, en plena confianza, hacia los brazos de la diosa, que mece sus sueños. Vivimos algo nuevo que no conocieron nuestros antepasados, y las soluciones antiguas no sirven para este paso a la nueva energía.
Considero que te refieres a la Tradición Conchera de los guerreros danzantes del Canto y la Flor cuando dices ‘tu tradición’, pero ya nos hemos referido a que no es posible desgajarse del resto de las experiencias de vida, del resto de las tradiciones que también te han elegido como hijo predilecto y con las que armonizas sin remedio. En primer lugar decirte que lo conchero tiene implicaciones muy distintas entre nosotros que en México. Allí es una forma de vivir (durante siglos exigía una entrega casi monacal), que hay que llevar adelante con un enorme esfuerzo y una vida de obediencia, canto, danza y oración. Allí se lucha por salir del sufrimiento, por honrar a los santos de tu elección, por saber que tus compadres y comadres, incluso los grandes jefes, cantarán por ti cuando partas de este mundo, siempre que tu también hayas cumplido con tus obligaciones concheras mientras estabas con vida.
Nuestros cantos, por expreso permiso de la Nanita y de nuestro Linaje invisible (que ella canalizaba en todo momento a sus casi noventa años de edad) insisten en la alegría, la ascensión física, la conciencia planetaria, la unidad de todos los humanos, el amor por la Tierra y el contacto con todos los reinos de la naturaleza. Esta fue la primera condición que puse a los ancianos, y a las ánimas liberadas de los cuatro Vientos, para aceptar la herencia del Linaje que me ofrecían. Las danzas y las ceremonias de flor siguen estrictamente la trasmisión recibida, y son rituales de una belleza y simbolismo excepcional, basadas en las formas de la geometría sagrada y del equilibrio entre lo masculino y lo femenino (semejante al círculo de danza). Sacralizan y movilizan el Poder en el lugar donde se realizan. Ahora bien ¿estás prácticas son suficientes para iluminar la conciencia? Sin duda que trabajan el cuerpo (las danzas guerreras son poderosas), y también el alma (con su entrega de energía a las fuerzas universales y a la madre Tierra), pero muchas veces hay que completar este trabajo interno con tres complementos bien definidos: el trabajo para abrazar la Sombra; las Meditaciones y la maestría de la mente; y la Conciencia de los mundos del nagual (ensoñación consciente, silencio, amor transpersonal, trance interno).
El futuro ha salido de los cauces de las tradiciones de nuestros antepasados, y se hace necesario guiarse desde dentro, escuchar la palabra que surge del corazón, la intuición de lo que es necesario en este instante. Así que más que nunca, los viejos conceptos de fraternidad, de bien común, de vida natural, de no agresividad, de supervivencia, se convierten en la conciencia de una sola humanidad, el respeto por toda vida, el amor por la madre naturaleza, la disolución del miedo o el derecho a la vida. La conciencia no se conquista asaltando el cielo.
La conciencia sólo germina en el presente vivo, como un aroma que surge de la integridad de este instante. Ni siquiera es un mérito a conseguir, sino más bien el jugo natural del ir y venir del aliento de vida, la manera en que la sonrisa del niño interno que eres recibe a la ‘tumbadora’, esa oleada recurrente del tiempo universal que golpea cada rato, implacablemente, tu plexo solar.
CF. -Sólo uno que tiene miedo a vivir acaba teniendo miedo a morir. Si fuera por miedo y no hubiésemos querido salir de la tripita pues nos hubiésemos perdido todo esto que es la vida y el mundo, cosas que nunca las hubiéramos imaginado. ¿Qué nos espera al otro lado, igual es un mundo maravilloso y pienso que no debe ser el miedo quien nos retenga, sería una pena, sino vivir con una profunda convicción y confianza en esta vida inagotable. ¿Qué sientes que nos puede aportar la conciencia de la muerte para aprender a vivir mejor?
EF. -La muerte acaba con las máscaras de la personalidad superficial y nos pone delante de lo real. Por eso se trata de tenerla como consejera, aquí detrás del hombro izquierdo.
La muerte no es triste. Lo triste es no haber vivido, con integridad y plenitud, una vida llena de experiencias, de aciertos y errores, de amores y desamores, llegando al punto de integrar la dualidad de los opuestos en pura conciencia. Vinimos a la Tierra apara vivir ese ‘otro aspecto de la Luz’, que en los planos celestiales brillaba por su ausencia. Y uno de los nombres que se da a este complemento de la luz es oscuridad, otro sombra, negatividad, etc. Sombra es la densidad que no se manifiesta, no lo malo, sino la parte de la Totalidad que ofrece resistencia al sol, que queda sin expresarse en la luz. Ambas son verdades, luz y oscuridad, pero ninguna es completa en sí misma, ninguna es la verdad del Espíritu. Una necesita de la otra para formar el Tao, para ir más allá de la dualidad, complementándose en el círculo sagrado.
Avanzamos por la vida siempre aferrados a los miedos, dándoles alimento y dejándolos crecer. Y según pasan los años, estos miedos suelen convertirse en verdaderos obstáculos, hasta que uno reconoce que los carga como una mochila y finalmente los libera. Cualquier sueño se realizaría fácilmente si no fuera por el miedo. Y ¿cómo lo liberas? Penetras en lo que más temes y así afrontas el miedo, hasta que tu corazón y tu aliento se relajan.
El paso de la oscuridad a la luz, de lo denso a lo sutil, de la muerte a la inmortalidad consciente es el objetivo esencial de nuestro paso sobre la Tierra. Hoy en día podríamos resumirlo como el paso de lo masculino (voluntarioso y aparente) a lo femenino (entregado y esencial). Emocionalmente hemos de liberar nuestra negatividad, abrazar la sombra y abandonar el sufrimiento, hasta experimentar el amor incondicional. Hasta el Bardo Thodol, el libro de los muertos tibetano, que tiene como objetivo prepararnos para la muerte, en realidad nos ayuda a disolver los problemas que obstaculizan nuestra vida. Y se basa en que el Testigo, la Conciencia que Yo Soy, no muere ni conoce la muerte. Shiva precede a Brahma. Toda muerte implica un renacimiento. Cada separación, cada luto, cada dolor, cada tragedia, cada pérdida, es el umbral de un nuevo comienzo. Más profundo morimos cada noche en el sueño sin sueños, y más descansados estamos a la mañana siguiente. Al morir conscientemente asistimos a una gran fiesta, y algunos aspectos de nosotros mismos, demasiado sutiles para encarnar en la Tierra, vuelven a reunirse con nosotros.
La muerte no es el fin de ningún viaje, sino una importante etapa en el camino de la vida, un vuelo hacia la indescriptible libertad que concede la envoltura luminosa, y en ella el espíritu no puede ser tocado por la densidad del sufrimiento. Sólo el ego se aterroriza ante la muerte, que le aparece como el fin de la ilusión que representa. Por eso las preguntas siguen abiertas: ¿Cómo lograr una evolución de la conciencia que nos libere del miedo a morir y cómo desapegarnos del cuerpo? ¿Cómo morir al ego antes de morir?
Se dice que a nivel iniciático que para vivir es necesario estar muerto a la mente (al pasado y a la separatividad). Lo que me ayudó a sobrevivir en la juventud ahora se ha vuelto un obstáculo. El ego que nos permitió condensarnos, ahora tiene que disolverse para que podamos fluir con el corazón. “Cerca de la muerte, sin arrogancia ni tristeza, se aprende el camino de la vida unificada. Así que se trata de confiar en la energía del espíritu, en la Madre o en la Diosa, disolviendo los temores asociados a la disolución. Nada importante puede pasar al otro lado, llegaremos desnudos y sin soportes”. Poco a poco nuestro cuerpo se irá marchitando y sólo quedará la Conciencia, que es la que habita los diferentes cuerpos y nunca cambia, el Testigo inmutable que Yo Soy. La muerte como la fusión del ser es un misterio y se experimenta en medio del éxtasis divino. Ese es el sentido del Tathagata, el que ha trascendido la muerte y vive totalmente en el Ahora, el tiempo del espíritu.
CF. -¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?… y mejor sería simplemente decir que yo soy tu, soy completo con tu presencia. ¿Qué significado tiene esto para ti a nivel solidario, solidario en la búsqueda, en ese profundo sentimiento de crecer como una única conciencia, de colaborar en un plan de existencia?
EF. -La humanidad es un sólo cuerpo, y lo llevas puesto. Una sóla mente en evolución. Cada paso de gigante que da un ser humano para abrirse a una realidad más amplia, a otras dimensiones de la conciencia, es un salto evolutivo para el resto de nosotros. Una aventura transpersonal, como la de Aurobindo y Mirra Alfassá, que catalizan el descenso del Espíritu divino sobre la atmósfera del planeta, la energía Supramental de la Diosa, haciéndole penetrar en el plano mental y emocional, y finalmente en el núcleo de cada célula del cuerpo humano, es una conquista absolutamente única.
¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? La dualidad pasa a través del cedazo de la decisión personal, de lo que se ha dado falsamente en llamar el libre albedrío de la conciencia (aunque en realidad las decisiones llegan desde los mundos oscuros del subconsciente personal y del inconsciente y colectivo).
¿Somos todos uno? Alcanzar la realización de que tu eres otro aspecto de mi yo, es despertar al Testigo no implicado, al Espectador desapegado, que es capaz de sentir que cada ser humano es otro rostro de su propio rostro, que cualquier sonido es parte de la música de las esferas, que cualquier palabra forma parte del sonido del mundo.Todos los seres humanos son yo. Todo lo que ellos sienten yo lo siento y tengo que transmutarlo. Se trata de asumir de manera natural que cada ser humano que sufre es una parte de mí, que cada brote esquizoide es una locura interna sin resolver, que cada niño que muere de hambre es una cualidad humana a la que no atiendo dignamente. Y este acto de reconocimiento, más allá del mental ordinario, es una victoria florida sin precedentes. Realizar, como el Hopoonopono (una ciencia poderosa de la vieja Lemuria), que puedes curar a cualquier persona o grupo en el que te enfoques, pidiendo al Espíritu (a tu Yo superior) que lo que está mal en ti respecto a tus concepciones y sentimientos relacionados con esa persona o grupo se sanen, es un salto cuántico en la evolución de la conciencia. Yo proyecto el mundo (mi cerebro crea un holograma, porque mis sentidos externos no pueden emitir nada, son sólo receptores) y soy responsable de todo lo que manifiesto en él. Si personas enfermas, con la mente alterada, con hambre o matándose en una guerra, están presentes en mi mundo, es que algo funciona mal en mi percepción de la Realidad. La conciencia crística, que es mi derecho de nacimiento, no conoce la enfermedad, la guerra, el dolor ni la depresión… Así que sólo queda el voto del Bodhisattwa, quedarse en acto de servicio sobre el manto verde de nuestra madre Gaia-Tonantzin hasta que el último de los seres humanos alcance la liberación. Cada paso que damos individualmente es un paso para la humanidad.
CF. -¿Qué es para ti la serenidad, ese estado donde uno es paz, inter-es con toda la existencia?
EF. -La vida me ha enseñado, después de muchos años de experiencia en los procesos meditativos, que la paz del corazón es la más elevada de las realizaciones sobre la Tierra. Por encima de los dones mágicos, de los viajes del alma, de las fusiones amorosas del tantra y de los ayunos prolongados (sin agua, comida ni movimiento) en la naturaleza. Si estos regalos del Espíritu no conducen a la serenidad, a la aceptación de lo que hay de sagrado en cada corazón humano, a la aceptación de lo que la vida nos trae en cada instante, no han alcanzado su verdadera diana. ¿Por qué esquina del presente peregrinará ese año 74 en el que convoqué, en el Monasterio de Iranzu (Navarra, cerca de Estella), el primer Vipassana que se hizo en este país, con un metro de nieve por los caminos, y un suelo de madera que habíamos instalado en una sala de esta fresca reliquia del siglo XI? Tu también estabas allí colaborando y ayudando en el encuentro. Así que el tiempo vuela, pero nosotros somos más rápidos. Hoy es la víspera del mañana, la antesala al comienzo del cambio espiritual de la humanidad que tendrá su primer toque de caracol durante el solsticio de invierno del 2012.
Hemos de descansar en el vientre, hacer penetrar el alma en nuestras células, encontrar esas cualidades que moran allí: sobriedad emocional, serenidad mental, voluntad y poder personal, valor y presencia en el instante. Así que basta de huir del dragón del vientre y comenzar siempre el trabajo interno light por el pecho. Hay que atreverse a penetrar en el cuarto oscuro de los trastos, y entender, como ya he dicho anteriormente, que allí descansa no sólo nuestra sombra oscura (miedos, dependencias, creencias rígidas, obsesiones y pesadillas), sino nuestra Sombra dorada, los dones internos del alma que traemos con nuestra encarnación, y la chispa divina que Yo Soy. Un cariñoso saludo y que vuestro Sol sea siempre brillante, tanto de día como de noche.
CF. -Gracias por darme la oportunidad de mirarme en ese otro espejo, o en el de mi otro yo, de preguntarte esas cosas a las que me gustaría responder a mi desde dentro, imaginándome o invajinándome.






 

No hay comentarios:

Publicar un comentario