Carlos
Fiel. - Emilio, yo se que tu eres una persona espiritual, pero ¿qué
es lo que hace que una persona sea espiritual?
Emilio
Fiel. -Me
siento un activista de la conciencia. Intento vivir el instante con
una sonrisa, sin meter la cabeza en medio, aceptando que todo viene
del espíritu y que me trae una lección amorosa, venga disfrazada de
desastre o de maravilla. Sin los demás no hay espíritu que valga,
así que estar siempre al servicio y aceptar que somos uno, me
permite comprender que es una parte mía la que me interroga o me
pide ayuda en uno u otro momento. Y esto sin
olvidar nunca que estoy inmerso en un mundo de ilusión.
La
frontera más cercana y más comprensiva de contacto con el espíritu
es que se trata de lo que está más allá del tiempo, del espacio y
del ego. Con estas tres claves nos convertimos en testigos del
silencio y partícipes activos del amor incondicional. Entonces vives
la aspiración, la entrega al espíritu, la unidad de todos los seres
y las cosas, el vínculo con la madre tierra y el contacto con el
ser.
Empecemos
por el
tiempo.
Manejarse en el eterno Presente, no sólo es un regalo, sino que
significa sintonizarse con el tiempo de lo divino. Enchufarse de
manera natural a la vibración, al aliento, al tamtam del corazón y
al sonido interno. Esa es la primera clave. El
espacio
implica la disolución de las distancias. Actuar siempre como si todo
estuviera aquí delante de nosotros, sabiendo que el Propósito o
Intento atraviesa el espacio sin dificultad. Así que es posible
ayudar a cualquiera esté donde esté y en las circunstancias en que
se encuentre. Lo que pasa lejos, sucede también en tu corazón y
formulas tu deseo profundo sin límites. Es la segunda clave. Y la
tercera es manejarse sin ego.
Agradecer a la vida en cada aliento e invocar la energía de la Diosa
en cada acción. No identificarse con este cuerpo y establecer el
puente entre el yo y el Otro yo (eso que somos en el silencio y en el
sueño consciente). En un nivel más profundo, esto exige haber
volado en el viaje del alma y haber realizado que mi Conciencia
habita diferentes vehículos, que el físico es sólo el más denso y
pesado.
CF.
-Pero más allá de la teoría de la espiritualidad a mí me interesa
saber cómo vives la espiritualidad de cara a ti mismo, en tu
cotidiano. Cómo haces para mantener la intensidad, la actitud, la
presencia de espíritu y de corazón.
EF.
-Primero
considero que todo lo que me sucede, cuando estoy centrado (o
‘enchufado’), tiene un sentido y me conduce hacia una mayor
conciencia, sea una separación, un encuentro que se anula, una
crisis de alguien que viene a pedirte ayuda o la falta de dinero.
Comparto con el Tantra su insistencia en que “si estás centrado
todo sirve al espíritu, hasta el cabreo, el sexo o la duda”. Pero
además hace falta un alto nivel de energía, la impecabilidad
tolteca, propio de quien combate su importancia personal, se vuelve
transparente y transmuta su energía sexual. Entonces llega la paz de
corazón que es el logro más importante de un guerrero o guerrera
del espíritu. No una paz inerme, de cementerio, sino la paz alegre,
floreciente y cantarina de los jardines en primavera.
Lo
cotidiano es todo lo que tenemos, nuestro lienzo para pintar la obra
de arte de nuestra vida. En los grupos de trabajo intento dejar
espacio a los demás y reconocer su chispa divina, el Ser que son por
encima de los problemas circunstanciales. Nunca imponer nada, invitar
a reflexionar y compartir todas las variantes posibles de un trabajo
interno para que cada uno elija lo que armoniza con su interior. Pero
sobre todo saltar la frontera de lo posible y abrirnos a la magia y
al misterio en el más pequeño acto que realicemos. De cualquier
manera debo insistir en que no suelo reflexionar sobre estos temas,
simplemente está en mi naturaleza caminar de esta manera, y hasta me
resulta raro hablar de esta manera contigo. En las sesiones tres
cuartos de lo mismo, invocar al Espíritu (y a esos amigos del otro
lado que, como concheros, llamamos las Ánimas liberadas de los
Cuatro Vientos) para que las energías creen el cambio que la persona
necesita en estos momentos, y no lo que yo creo que necesita. Y como
la energía que desciende es muy intensa, y el cierre de las heridas
del velo etérico es bastante permanente, los milagros suceden cada
día. Me gusta jugar, esculpir, hacer poemas, correr, el ping pong,
sentarme en una piedra, pasear por la naturaleza, amar y reír, y
siempre que paseo solo voy tarareando algún canto o mantra, ver
películas de ficción o leer libros sobre el mismo tema, escribir
desde una pantalla en blanco sin saber cuál va a ser el tema,
trabajar en la huerta, etc. Siempre hago bromas o utilizo la ironía
graciosa, y me tomo las cosas de la misma manera. Cabrearme no es
algo común y hay pocas cosas que me molesten de verdad, aunque el
tema de ir en dirección contraria (en coche), de que la alta
tecnología falle, o de que alguien intente controlar mi vida siempre
recibe un gruñido o un kiai por respuesta, sino una contestación
tajante.
Y
lo más importante: ‘todo pasa’.
Que el flujo de la vida siga adelante sin obstáculos y las cosas se
limpien lo más rápido posible. No podemos estar días enfadados, ni
dando vueltas a una situación. Yo no entrego a nadie el poder de
sacarme de quicio ni de dejarme una semana sin dormir. Ligero y sin
prisa, caminamos juntos hacia la libertad…
CF.
-Una persona espiritual es una persona que vive en la presencia, en
ese estado de Unidad con todo. ¿Hoy tiene un sentido directamente
aplicable a nuestra vida? ¿Es posible vivir en un mundo agitado,
diezmado de valores, falto de la fuerza que da vivir en ese estado de
presencia?
EF.
-Sí,
incluso en una convivencia convulsa, es posible arraigarse en la
presencia interna. En realidad es la única manera posible de vivir
plenamente para una persona sensible, de corazón abierto y
consciente de la confusión social y del dolor por el que atraviesan
tantos de nuestros semejantes. Irradio hacia el exterior lo que
palpita en mi interior, y creo a mi alrededor las situaciones que
armonizan con la frecuencia de mi corazón. Si estoy confuso creo
dudas, si siento rencor creo agresividad, si me desprecio quiero
arrasar el mundo entero, si no me acepto como soy alejo el amor de mi
vida, si me lamento por mi mala suerte incremento la miseria y llamo
a gritos a nuevas situaciones de pérdida.
Como
en la teoría cuántica, hace falta un espectador para que la onda se
convierta en partícula. El
mundo está agitado porque cada uno de nosotros está revuelto en lo
interno.
Por sí misma, esta ilusión (maya) de falta de conciencia popular es
irreal, un fantasma programado por el humo grisáceo que sale de cada
una de nuestras chimeneas mentales. Sin ti esto no tiene realidad. No
existe el mundo objetivo, todo es una proyección de nuestro cerebro
y está en función de la frecuencia del corazón. No tenemos órganos
ni sentidos para ver el exterior, sólo para recibir vibraciones que
el cerebro se encarga de convertir en un complejo holograma. Como en
la técnica lemuriana del Hoponopono, si tu Presencia cura lo que en
ti representa la otra persona enferma, el sujeto se cura y la locura
o el cáncer desaparecen.
La
crisis está acabando con las irracionalidades de un sistema que se
devora a sí mismo, y nadie parece tener la capacidad de crear una
alternativa libertaria basada en el bien común. Una excepción: la
gente de la calle (entiéndase el 15M), que desde la sensación de
injusticia están replanteándose todos los valores sociales,
empezando por su base, que es el derecho a sobrevivir dignamente.
CF.
- ¿Es posible entender la vida con humor sin alejarte un poquito de
la realidad, de los moralismos que la condicionan, de las estructuras
que la limitan? ¿Qué papel tiene el humor dentro de ese proceso
interno, espiritual?
EF.
-Al
escucharte me ha venido eso de que si vas deprisa alcanzas la
desgracia, y si vas despacio es ella la que te alcanza a ti.
La
verdad es que la vida que llevamos es tan artificial y falta de
sentido que muchas veces, cuando la miramos de frente, sólo podemos
reír o llorar. Nuestra imbecilidad hace gracia y relativizar nuestro
sacrosanto sufrimiento es un sacrilegio mortal que muy pocos llegan a
aceptar relajadamente.
Nos
identificamos con el cuerpo y lo asaltamos con veneno y espada,
cuando él ha sabido siempre sanarse con la única condición de que
le dejemos hacer sin intervenir y con confianza en su codificación
genética.
Luchamos
contra la mente para alcanzar el silencio y la paz, y siempre gana la
mente. Cuando de lo que se trata de abandonarnos, de dejar el
enfrentamiento, de entrar en las sensaciones del presente y
convertirnos en Testigos del cambio. Aún hoy casi toda la humanidad
cree que el silencio mental es imposible, si no enfermizo, cuando es
el único camino para conectar directamente con el Ser que soy.
El
amor exige ligereza y humor, un abrazo tántrico largo y consciente,
una juventud del alma que no se rinde al desánimo, una capacidad
para desaparecer y fundirse en el otro/otra hasta que el mundo entero
desaparece de golpe.
Se
trata de trabajar desde dentro del mundo, sabiendo que no somos de
este mundo. Afrontar los moralismos y entender sus contradicciones.
Así
que hay que batallar cada momento, pero no tomarse muy en serio la
propia batalla en la que sobre todo cuentan los gestos, las ofrendas
y el agradecimiento a la vida. Todo lo dual es falso, pero sin la
dualidad no lograríamos disfrutar el plato de cardo que hoy nos han
preparado en casa, ni atravesar el paso cebra sin peligro.CF.
-Si cualquier ser espiritualmente relevante estuviera hoy aquí, como
Buda o Jesús, estoy convencido de que hoy en día habría pasado por
un proceso terapéutico. Cuál es el valor de la conciencia, del
darse cuenta de la realidad, del conocer, conocerse y reconocerse
para evolucionar en este espacio de la conciencia interior.
EF.
-Ahora
Buda y Cristo crean su propia realidad allá por donde pasan. Hacen
florecer las rosas en invierno, y a su paso las enfermedades y las
mentiras vuelan en cuanto entras en su aura de irradiación, con el
corazón abierto. Son nuestros hermanos mayores y saben responder a
las necesidades de este mundo sin perder de vista la realidad del
otro. Se manifiestan como hijos despiertos de Dios o navegantes de un
Vacío lleno a rebosar de vida. Y no podrían jugar su papel como
seres conscientes sin rebelarse contra las rígidas estructuras de la
matrix de su tiempo, sea el mundo judío, la casta de los brahmines o
en estos tiempos la atmósfera pseudo-cristiana o materialista que
nos rodea. Siguiendo las pautas de esclavitud de la cultura dominante
nadie puede despertar, sólo rebelándose contra ellas y ofreciendo
un camino que lleve directo al corazón. Conocerse a sí mismo,
liberar la sombra y abrir el pecho a la unidad con todos los seres y
al amor por todas las criaturas. O’Metacuyé
Oyasim,
todo
lo que palpita en el universo es mi familia.
CF.
-Piensas que es posible vivir en esa actitud en una sociedad que
mantiene unos principios deshumanizados, manipuladora humana y
económicamente, con una dominancia patriarcal del poder ¿piensas
que es posible vivir en ella con unos valores basados en el apoyo
mutuo, en la búsqueda del bien común, en la conciencia, en la
creatividad, valores que no estén sometidos a normas o códigos, a
jerarquías o morales?
EF.
-Este
mundo es como cada uno queramos que sea.
Y mi elección, como la de tantos guerreros de la Diosa y buscadores
de la paz interior, es un mundo de compartir, de colaboración mutua,
en el que caminamos todos unidos buscando el mayor bien para todos
los seres.
Hoy
que la familia tradicional naufraga estrepitosamente, que la falta de
medios materiales lleva a tantas personas a una situación
paupérrima, hay que volver a desarrollar las bases de la vida
comunitaria y del compartir de nuestro trabajo por el bien de todos y
no por una ambición personal.
Estas
alternativas tienen que extenderse en comunidades ciudadanas, en
comunidades artísticas, en comunidades profesionales, abriendo la
puerta al reciclaje de nuestras aptitudes (basta ya de creer que sólo
servimos para una cosa y hundirnos en el lodo de la incapacidad de
cambio y la falta de confianza en nuestras cualidades creativas).
Sobrevivir es algo elemental, que no está en función del trabajo
que otros ofrezcan. Todo depende de ti y ese es uno de los puntos
clave de la nueva energía, que está fuera de los viejos
planteamientos sindicales, ya que su actitud fosiliza la capacidad
del trabajador para cambiar de especialidad laboral.
No
se busca calidad de vida, ni que desarrolles tus cualidades
intrínsecas o tus aficiones para las que te sientes especialmente
dotado. Sólo el número y la masa. Todo esto cae hoy por su propio
peso y dejará de existir muy pronto, tanto como el dinero financiero
asesino de niños (que mueren de hambre, de guerra o de epidemias
creadas voluntariamente), los gobiernos corruptos e incapaces, o la
ciencia vendida al mejor postor.
Sólo
lo que sirva al futuro, al mayor bien de todos los seres, va a
sobrevivir al nuevo tiempo que estamos comenzando con el solsticio
del 2012. Por tanto la respuesta es sí, creo que es posible que
estos valores se impongan en nuestra sociedad, simplemente porque
todo lo que no esté en armonía con ellos va a caer en los dos
próximos años.
CF.
-Se dice que la evolución de una persona se debe más a los fracasos
que a los éxitos: Ellos se convierten en nuestros maestros. Cómo
los afrontamos y los asimilamos. Nuestra capacidad de absorción, de
comprensión y de dejarlos volar. ¿Cuáles son los fracasos que más
te han ayudado a crecer, a afianzarte en tu búsqueda, a encontrar tu
camino?
EF.
-Como
comprenderás si en el papel que he jugado en la vida no supiera
dejar correr las situaciones difíciles esto sería un sin vivir. Si
alguien despierta internamente sus próximos y familiares se excitan,
porque la transformación de una persona a la que tienes cariño te
obliga a cambiar a ti y a romper el estatus de comodidad en el que
estás apoltronado. Y como eso no está al alcance de los timoratos,
es más fácil luchar contra el que ha ayudado a esta revolución.
Así que toda luz crea su sombra y hay que aprender a dejar pasar las
cosas, a tener paciencia, a no apegarse a las gentes, a respetar su
libertad y desear su propia felicidad y comprensión. Un
maestro está más cualificado por los logros de los que le han
abandonado y siguen su propio camino, que por aquellos que todavía
están cerca, demasiado próximos para establecer su propia ruta
independiente.
Y
cierto que los fracasos, las situaciones que nos hacen sufrir, los o
las ex con las que tenemos conflictos, son nuestros verdaderos
maestros de la vida, por encima de cualquier enseñanza tradicional.
Hay que recuperar el poder y no permitirles que nos esclavicen. No
dejar que nuestra vida gire a su alrededor, siempre pendientes de sus
palabras y analizando sus actos. Agradecer a los que se alejan y
desearles lo mejor, es el camino más coherente y el que menos dolor
causa, en vez de intentar que se queden en contra de su deseo, lo que
tarde o temprano destroza nuestra propia vida.
Si
ya de por sí no soy muy dado a dejar de dormir a pierna suelta,
estos enfrentamientos me ayudaron a relativizar las cosas, agradecer,
reconocer la inseguridad del que ataca, y saber que finalmente esto
es una escuela avanzada de aprendizaje, y que hay que cuidar bien de
los enemigos (como los viejos templarios), ya que tarde o temprano si
los llenamos de rencor acabamos convirtiéndonos en ellos y
realizando el mismo tipo de excesos que ellos parecen cometer con
nosotros.
CF.
-Una tradición está muerta porque su proceso de evolución ha
terminado y otra está viva porque se ha sabido adaptar a los
tiempos, a los cambios, al lenguaje, a la realidad o ha sabido
conservar esos valores de lo transcendente. Está claro que la
medicina no es Hipócrates, ha evolucionado igual que el budismo o el
yoga, que no son Sakyamuni ni Patañjali, y hoy son otros mundos más
relacionados con las ciencias o las neurociencias de la mente:
probablemente estaban mejor, pero confiemos en que ningún tiempo
pasado fue mejor ni peor simplemente fue. Dentro de tu tradición
¿por qué está viva, qué es lo que nos aporta, qué otra visión
nos aporta qué cualidad humana refuerza o nos hace tenerla en
consideración como para que tomen un papel tan relevante en estos
tiempos?
EF.
-Todo
lo que decimos es blablablá hasta el momento en que atravesamos
experimentalmente la ‘grieta entre los mundos’. Podemos hablar de
cualquier cosa, pero mientras
no hayamos atravesado el desierto del silencio abriéndonos a la
gloria del no tiempo y no espacio, nada es real y sólo se trata de
suposiciones vacías de contenido.
Mientras no hayamos atravesado la barrera de fuego del amor todo son
conjeturas, porque no sabemos desaparecer en el otro y hacer presente
la Conciencia Crística (si dos invocan mi Nombre -no miedo, ni
juicio, ni deseo- estaré entre vosotros). Mientras no hemos detenido
el sueño inconsciente y hemos creado impecablemente nuestro propio
sueño, sintiéndonos completos en un cuerpo luminoso y sutil, es
inútil hablar de magia ni del misterio… Sakyamuni y Patáñjali,
como Rumí o Nanak, trataban de lo esencial que es sin tiempo, y
nunca puede relativizarse ni vulgarizarse en sustitutos como
posturitas, respiraciones, danzas, salidas en astral o poemas. Yo
sigo estando por ellos, por lo esencial y me duele que casi todo el
mundo venda su alma al diablo por falta de entrega, esfuerzo,
aspiración o valentía. Yoga es Samadhi, disolución total, sea en
el objeto observado, sea en una idea abstracta o sea en la totalidad
sin forma.
Tres
puntos
en relación con la tradición viva que encarno:
Mi
enseñanza está basada en que sólo existe la frecuencia del
Espíritu inundándolo todo y que hasta la oscuridad y la sombra son
sólo eso, maestros del Ser.
Lo
que llega es lo nunca visto ni oído y por eso todas las tradiciones
tienen que entregar sus armas ante lo nuevo que ya está aquí.
Lo
nuevo se hace en cada instante, manteniendo la actitud que he
desarrollado en las primera preguntas. Nada puede sustituir a eso,
al aliento de vida, al tambor del corazón en armonía con el
palpitar de la madre Tierra, a la música de las esferas, y a la
vibración del sol que mora en las tinieblas, del espíritu que
palpita en el núcleo de cada una de nuestras células.
CF.
-Nuestro cerebro en parte evoluciona a base de repetir gestos o actos
que generan esas redes a largo plazo, esos surcos, que son nuestros
hábitos, conducta o una determinada toma de conciencia, de darse
cuenta. Esos surcos a veces son poco dignificantes como seres
humanos, como si todavía nos faltará un hervor a algo más. En
poquitas cosas y de un modo muy simple cuáles serían las redes que
piensas que tendríamos que revisarnos, que pasar por la ITV. Por
ejemplo alguien que viva en un estado permanente de queja, de
frustración reconducir su intención hacia el agradecimiento, hacia
la aceptación o el perdón. ¿Qué cosas convendría que revisásemos
de eso fondo de nuestra mente, para regenerar una actitudes que nos
acercaran a esa visión de Totalidad o de Unidad?
EF.
-Mira,
tenemos dos caminos, el del Tonal y el del Nagual. En el Tonal, que
podríamos llamar la psicología de lo conocido, lo esencial son los
matices, los pequeños cambios, la solución de algunos conflictos,
ir dejando las dependencias, los lamentos y las críticas. En general
esto produce una sensación de estar evolucionando, de cambiar para
bien, de salir de los traumas y de ir creciendo internamente.
El
Nagual empieza donde termina el Tonal.
Y desde este centro todo es muy distinto y las tonterías de la
dualidad dejan de ser importantes. ¿Qué más da que ganen las
derechas o las izquierdas, los ecologistas o quien sea? Sin duda
habrá matices que diferencian las distintas candidaturas, e incluso
sus actos si llegan al poder, pero finalmente todos comparten las
bases del mismo engaño. Todos creen en la educación universitaria,
en la medicina académica, en el papel de los impuestos, en el valor
de los bancos, en la incapacidad del amor incondicional, en la
imposibilidad del silencio mental, en la dificultad del mundo para
vivir en paz guiados por el bien común, en la solidez de este
cuerpo, en la necesidad de mantener el sistema que tan bien amarrado
tienen constitucionalmente (un pequeño homenaje al día de hoy, seis
de diciembre). El Nagual exige que pasemos la frontera de la mente,
que entremos en la locura, que atravesemos la barrera de fuego de la
muerte. Nada del Tonal sirve allí, donde se encuentran todas las
respuestas, donde los milagros son posibles, donde habitamos un
cuerpo distinto de éste, más sutil, más poderoso, más consciente.
Nadie con la conciencia del Tonal puede entender el Nagual, porque la
mente es el pago para entrar allí, en ese vasto mundo de energía y
conciencia. Este es el sentido de la frase “si tu estás Dios no
está, y si Dios está tu no estás”. Así que nada de lo conocido
nos sirve de referencia. ¿Para qué dar más vueltas? Sólo los
guerreros y guerreras del espíritu entran allí, sólo los valientes
tienen cabida. Y para eso tienen que acabar con este mundo, verlo en
su precariedad profunda, dejar de estar atados a la materia, dejar de
creer todo lo que dicen los telediarios y los periódicos, la
familia, los políticos y los sacerdotes.
El
agradecimiento, el perdón y la aceptación están bien, pero hay que
entender que somos dobles, que somos de aquí y somos de allá. Que
hemos de aprender a manejarnos dignamente en el Tonal y combatir la
batalla florida de la justicia, de la distribución, del respeto
mutuo, de la creatividad y del amor, pero sin olvidarnos que esta
vida es un sueño del Otro Yo (y no al revés). Que el que nos mira
desde el otro lado del espejo es quien nos sueña, a pesar de que
creamos que es lo contrario lo que sucede. Estamos en el mundo, pero
no somos de este mundo.
CF.
-Hoy es un día lluvioso y brumoso, donde lo gris me unifica por
dentro y por fuera. ¿Qué es lo que tengo que hacer para que mi día,
aún haciendo lo de siempre, cambie, cobre una nueva dimensión, para
que no sea un día perdido?
EF.
-Sólo
tenemos el aliento del Ahora, que aparece como el único alimento que
podemos digerir de manera directa. En el corazón de este tiempo del
espíritu, el Ahora, vibra mi Presencia Yo Soy que es eterna.
La
clave es si te guía la Presencia o te guía el inconsciente.
No hay libre albedrío por ningún lado. Los gustos y disgustos te
vienen establecidos por tus experiencias, sueños, condiciones
sociales, herencia genética… Elige, o mejor evoluciona lo
suficiente para asumir que hay una elección posible. Por cada uno de
tus actos, gestos y pensamientos en manos del Espíritu o de la
Diosa. Pero no de una entidad ajena y elevada que palpita en los más
sutiles cielos del nirvana. No. Invoca el espíritu que Yo Soy, tu
chispa divina en el pecho y encima de la cabeza. Enciende tus tres
fuegos mientras vas caminando (nuca, omóplatos y sacro). Sonríe a
la vida, canta una canción. No te dejes arrastrar por los agoreros
del desastre y pon siempre una guinda de esperanza en la tarta de
cualquier experiencia. Respira libremente y tu momento está fuera
del tiempo, de las noticias, de las gentes que te aman o te rechazan,
de tu edad, del éxito o del fracaso. Anteriormente afirmaba que si
tu estás centrado, todo lo que haces, piensas o dices sirve al
espíritu. Pues eso es todo. Las aventuras se crean a tu paso. Ni
siquiera existen antes de que decidas pasear por este parque
concreto. La magia extiende sus filamentos y acerca a las gentes que
necesitan encontrarse contigo, y llama a las experiencias en las que
puedes irradiar la luz de tu corazón.
Una
imagen chamánica que tengo dentro de mí son las de Mozart o
Beethoven…que tuvieron unas vidas difíciles, durísimas,
abandonados, sin ser reconocidos, apoyados por muy poquita gente y
consiguieron entrar en el fondo de su obscuridad, de su alma y en
esos momentos sacaron lo mejor, lo más bello y lo más trascendental
de sus obras, donde coros de ángeles representan la belleza del ser,
lo más bello del interior de una persona. Pienso que un chamán es
alguien que cae en su propio pozo y a través de su propia
comprensión va sacando la luz, sabiendo que detrás de esas
situaciones por incomprensibles que parezcan, siempre hay una luz.
¿Cómo podríamos llevar esta comprensión, a gente que están
viviendo momentos muy difíciles, humana, social o económicamente,
cuando no encuentras alivio en tu vida o en tu corazón? No tanto por
la crisis que seguro que será muy positiva para replantearse el
sentido de la vida, ¿simplemente alguna luz que les pudiera aclarar
o ayudar, para que confíen y saquen ese sol que habita en la nuez
del núcleo del centro de su corazón?
Magnífico
ejemplo el de esos músicos extraordinarios que atravesaron su propia
noche del alma y lucharon hasta convertirla en un amanecer
resplandeciente, dejando testimonios creativos que han transformado
profundamente a tantos seres humanos. Siempre queda ese eco del
budismo que nos alerta de que la búsqueda en lo más profundo del
yo, en el centro más personal de la existencia, siempre acaba
descubriendo un Yo universal que todos compartimos. El verdadero Ser
es no ser. No
hay nada personal en el fondo del camino, en el último acto de
nuestra gran obra.
Sólo el Espíritu inundándolo todo.
No hay enemigos ni sufrimientos, salvo los que creamos nosotros
mismos por creer en la dualidad del bien y del mal.
El
chamán, como tú y como yo, siempre retorna a su soledad y ahí
recupera su contacto con lo interno. Los aliados, los guías, los
maestros, las ánimas liberadas de sus ancestros lo conducen hasta
atravesar la grieta entre los mundos y le ayudan a encontrar el alma
perdida, las causas kármicas de la enfermedad, o el sentido de las
búsquedas de la visión de su gente. Y esta soledad constituye su
fuerza y su gruta de aislamiento.
Y
ahora ¿qué podemos decir a los que están buceando bajo el fiemo,
sin paz en el corazón y sintiendo el peso de la dura realidad sobre
sus hombros? Los hijos, el piso, el trabajo, la pareja, la
enfermedad, la depresión, el no poder dormir, los ataques de pánico
o de cólera, las ganas de beber o de evadirse de este mundo, las
ansias de suicidio, el rencor y la desconfianza en todo y en todos?
Primero deja de hablar de los problemas y de la crisis, de lo mal que
estás y de lo que le ha pasado a la vecina si quieres salir de la
trampa para osos en la que estás encerrada. Entiende que casi todo
lo que te sucede es sólo la proyección de tus pensamientos oscuros.
Mira al Sol quince minutos cada día (amanecer u ocaso), agradece a
la vida, abraza un árbol, respira profundo, define qué te gustaría
hacer como trabajo y elige una afición creativa para desarrollar.
Cuando pienses en la vida como algo negativo, neutraliza ese
pensamiento con alguna afirmación poderosa. Por ejemplo si al oír
un estornudo a tu lado piensas en que podrías contagiarte, afirma
“Yo Soy la perfección de Dios en este cuerpo”. Dúchate con agua
fría después de hacer ejercicio y sudar. Las emociones se sudan. Se
activo o activa. No te quedes quieto y destrozado, mueve las
energías. Si das, te das. En vez de citar tus penas, escucha las de
los demás y dales un toque de esperanza, así la irás creando en tu
vida. No reprimas tus emociones. Atrévete a sacar tu mala leche
(mejor a solas) y siéntela como algo sagrado. Si las cosas se ponen
fuertes, siéntate en tu cuarto con una vela encendida y atrévete a
ver hasta el fondo de tu oscuridad. Quédate quieto en el lugar donde
la vida te increpa y atrévete a respirar tu sufrimiento (hinchando
el vientre al expulsar o al cantar OM) hasta que llegue la calma. Así
en pocos días alcanzarás la paz y la vida te traerá solución a
todos tus problemas. Parecía que todo era imposible y de repente se
vuelve fácil. Si
reúnes energía la vida te sonríe, y si la despilfarras sobrevivir
dignamente se convierte en una difícil tarea. Aspiración y
entusiasmo son la clave.
CF.
-Ahora una pregunta comprometida que nos implica a los dos, nosotros
hemos vivido vidas paralelas que nos han llevado a muchos aspectos
comunes en este mundo de la espiritualidad, aunque los nuestros sean
modelos distintos siento que siempre ha existido un mutuo profundo
respeto. Para mí hay cosas de un valor profundo que salvo de nuestra
relación, son cosas sobreentendidas probablemente, que nunca nos las
hemos dicho pero hay que aprovechar este momento de compromiso de lo
profundo que hay en cada uno de nosotros. Se que como buenos
indagadores procuramos observar y sentir a los otros o al otro. El
otro nos completa, nos hace ser más lo que en verdad somos. Lo que
yo valoro de ti, se que nunca nos lo hemos dicho ni escrito, pero
para mí es como un talismán, como una herencia, yo se que es y lo
tengo muy presente y muy a menudo. Luego te lo diré.
Tú
que es lo que salvas de nuestra relación a veces distante, seguro
que otras hasta un poco desconocida. Que te he aportado, que hay de
mí que a ti te haya podido servir, simplemente para que yo
reflexione y la valore nuestra vida en común. Para mí hay algo que
salvo y valoro enormemente y eso es la sinceridad en el trabajo, la
fuerza y la honestidad en la búsqueda. La capacidad de asumir
riesgos, de asumir intensidad, ese gesto del Virya,
como se dice en el budismo, la energía para llegar a un objetivo.
Para mí esa honestidad, generosidad y desprendimiento hasta niveles
profundos son valores importantes para recordar y rescatar en mi vida
personal.
Sé
que luego todos tenemos esa otra cara más difícil de aceptar la de
nuestra locura, la de nuestros egos y lo que nos cuesta aprender a
hacernos un poquito más invisibles. En esta otra pregunta seguro que
sería bueno saludable y muy terapeútico, encontrarnos y revisarnos.
Pero pienso que este es nuestro camino asumirnos como totalidad, con
un corazón generoso que acepte que eso también somos nosotros y que
no hay nada rechazable en nuestras vidas, que todo es material
reciclable para el alma.
EF.
-Primero
agradecer tus palabras (la generosidad para asumir riesgos mientras
focalizo las energías en la realización de un objetivo). Yo no
quiero ser menos en el reconocimiento. En este cuadro impresionista
(también a mí se me ha quedado el negro en casa), quiero empezar
por el manto verde de la Diosa: Siempre te he reconocido como un
magnífico maestro del Tonal (lo indescriptible conocido). Y que esto
no lleve implícito un aparente desprecio del aspecto más importante
de nuestra vida (por encima del Nagual): la necesaria impecabilidad
en los actos de nuestra vida cotidiana. Admiro especialmente tu
capacidad organizativa a nivel pedagógico; la creatividad; la
perseverancia en la continuidad del esfuerzo; el uso de las rutinas
cotidianas como forma de trabajo interno; tu facilidad para hacer
amigos y aliados hasta debajo de las piedras (y mantener luego esta
amistad para siempre); la sensibilidad artística a nivel corporal,
decorativo o musical, y un largo etc. Por mi parte me siento menos
condescendiente con lo que no valoro como esencial, poco dado a los
detalles, directo al núcleo, me resbala la pedagogía y me gustan
los saltos cuánticos que rompen la continuidad de la mente
discursiva. Me gusta implicarme en buenas batallas y, como me sobra
energía por los cuatro costados, pues eso, a veces me paso tres
pueblos… Muchas veces, no veo la necesidad de disfrutar
especialmente de las justas comodidades de la vida, como sería el
tomar unos días de descanso, hacer un viaje de placer o reunirme
cómodamente con viejos amigos.
Vamos,
que en general siento que sabes disfrutar de la vida, sin dejar de
caminar internamente como buen maestro del Tonal, un poco más que un
servidor. Y eso que siempre estoy haciendo bromas, corriendo
aventuras, creando nuevas situaciones, pero luego soy incapaz de
responder a la pregunta de qué me gustaría comer el día de mi
cumpleaños. Es como si todo lo cotidiano me diera igual, y sólo
contase en mi vida lo Otro, lo que está más allá de la mente. Esa
locura divina de los borrachos sufis, que hemos acostumbrado ya en
llamar el
Nagual (lo indescriptible desconocido).
Y esto me sucede tanto en la meditación (recuerda mi rifi-rafe en el
77-78 con la Unión Europea de Yoga, sobre si lo esencial del yoga es
la fusión mística del Samadhi o se trata de seguir haciendo
posturas y respiraciones hasta la tercera edad), en el amor tántrico,
en la ensoñación, en el vínculo con los devas de la naturaleza, o
en la recepción de mensajes canalizados desde la Presencia.
La
verdad es que muchas veces me han señalado que hacemos un tandem
increíble, y aún más valioso al no rozarnos mucho, al trabajar
cada uno por nuestro lado sin ‘intoxicaciones’ mutuas.
Valoro
mucho la ligereza, la capacidad de juego, el cariño que sabes
sembrar alrededor de ti, la hermandad y el respeto que sabes imbuir
en tu gente, la facilidad para compartir responsabilidades con otros
instructores en la Escuela, el cariño que siempre has focalizado en
la familia (siento que aquí me llevas bastante ventaja) y el que
siempre estás a la última en varios aspectos importantes de la
vida.
No
te sigo mucho la pista (recientemente me has puesto al día de tu
relación con esa fantástica escuela de niños en la India), y me
imagino que pasara lo mismo contigo respecto a mi trabajo en Liuramae
(la comunidad donde vivo), en los Consejos americanos o en las Danzas
Concheras. Simplemente se trata de confiar en los hermanos (de
sangre, de alma, o ambos) y saber que siempre decidirán en la línea
del mayor bien para todos, que dejarán las estupideces egóticas a
un lado, y actuarán con integridad e impecabilidad. Y nunca dejarse
arrastrar por las maledicencias ni las apariencias. ‘Si es el quien
ha dicho esto sobre mi manera de ser, seguramente tendrá razón
porque me conoce bien’.
Basta
decir que me gusta encontrarte. Incluso esta entrevista es un buen
índice de contacto, porque la he tomado con cariño y contento de
que quien está delante sea tan cercano, comparta buena arte de mi
lenguaje y podamos profundizar juntos en lo que estamos tratando.
Quizás este camino que acabamos de emprender con la entrevista nos
permita una relación mas estrecha cara al 2012 que ya avanza sus
primeros dolores de parto.
Ya
para terminar este largo apartado corroborar que sin ego no hay vida,
que actúa como un gran aliado del despertar de nuestra conciencia,
aunque finalmente haya que desmontar ladrillo a ladrillo su suntuosa
mansión, que tanto nos ha ayudado a madurar. Y el carácter o la
personalidad nos pertenece, tiene su propio rayo divino, y no es cosa
de andar luchando contra nosotros mismos, sino de ser útiles en el
cambio de conciencia planetario. Somos
luz y sombra, y así hemos de asumirnos.
Cada
acto que realizamos tiene también su parte de sol y de tinieblas.
En esta vida todo es dual y buscar la perfección, o perseguir la
realización de un dogma o creencia, por transformador que nos
parezca, solo nos conduce a la agresión y a la tontera mental. Como
dices ‘darnos cuenta que todo no hay nada rechazable en nuestras
vidas y que todo es material reciclable para el alma’.
CF.
-Necesitamos desmitificar, es muy saludable sobre todo si partimos de
un profundo respeto y agradecimiento a lo que la vida nos ha ofrecido
como camino. Es necesario siempre rebelarse contra toda enseñanza
para que algo muy nuestro y profundo se nos revele. Pero esto es un
trabajo muy profundo de responsabilidad. Sentir supone consciencia y
sin ella nunca podemos ser responsables. Sólo puedo desmitificar
desde el amor profundo a las enseñanzas, porque la responsabilidad
viene del corazón, de ese profundo sentimiento de totalidad, de no
dependencia de reciprocidad hasta en el aprender. Y qué es la
pedagogía sino Paidós-agogia es decir, cuidado de la persona,
cuidar su verdadera naturaleza porque sin ella no hay libertad. Es
este sentimiento luminoso el que pone en contacto el cuerpo con el
alma.
Esta
capacidad un poco anárquica de alejarnos de las consignas, de los
caminos trillados y trazados y dejar que nuestro corazón nos guíe y
vaya redescubriéndolos. No se trata de desechar nada sino de hacer
espacio interno, de aceptación, de bodhichitta. Preocuparnos de
nosotros como decían los griegos, especialmente Séneca, “epimeleia
heautou, el cuidado de sí mismo”. Y un tercer aspecto, ya que
vamos de griegos, sería el precepto del oráculo de Delphos, “Gnothi
seauton, conócete a ti mismo”.
Es
decir, como desde tu tradición buscas ese equilibrio entre cuerpo,
mente y espíritu, entre conocer, conocerse y reconocerse, cómo se
templa el cuerpo, la mente y el alma.
¿Qué
importancia tiene la intuición, que importancia tiene el camino del
corazón? ¿tú crees que crecer en conciencia es una cuestión de
trabajo, de esfuerzo, de voluntad o simplemente es un regalo que nos
hace la propia conciencia?
EF.
-Desmitificar
es humanizar. No adoramos a los guías, sino que los queremos porque
siendo tan humanos como nosotros, han vivido todas su vida entregados
a un principio de amor, de servicio, de respeto a una Tradición que
les ha alimentado, manteniendo viva la antorcha que le pasaron sus
ancestros.
El
poder personal no debe entregarse a nada ni a nadie,
ni a un gurú, ni a una expresión de la divinidad, ni a un maestro
ascendido, ni a un amante, ni a un ideal. Somos nosotros, nuestra
llama inmortal, el cariño que proyectamos, lo que diviniza a los
dioses y no al revés. Ellos son los que están a nuestro servicio,
en esta batalla de la encarnación física. Sin nosotros no existen.
Así que con amor, en un sentimiento de totalidad y de unidad con el
cosmos, aceptamos las enseñanzas de cada tradición, de cada camino,
y lo integramos a nuestra manera, porque no se puede traicionar lo
que sólo tiene como objetivo la conciencia y el servicio a la Tierra
y a la humanidad.
Cuando
la verdad se generaliza, pierde su valor transformador, que sólo
palpita en la soledad compartida del corazón humano.
Entonces la rebelión es el camino, la vía de la libertad. La
locura, lo que no aceptamos en nuestra vida cotidiana y reprimimos
detrás del velo, es el único regalo que podemos hacernos para que
nuestro corazón florezca. No la locura del que aprieta los dientes y
se niega a mirar su propio reflejo, sino la de aquel que se lanza al
vacío con una sonrisa, en plena confianza, hacia los brazos de la
diosa, que mece sus sueños. Vivimos algo nuevo que no conocieron
nuestros antepasados, y las soluciones antiguas no sirven para este
paso a la nueva energía.
Considero
que te refieres a la Tradición Conchera de los guerreros danzantes
del Canto y la Flor cuando dices ‘tu tradición’, pero ya nos
hemos referido a que no es posible desgajarse del resto de las
experiencias de vida, del resto de las tradiciones que también te
han elegido como hijo predilecto y con las que armonizas sin remedio.
En primer lugar decirte que lo conchero tiene implicaciones muy
distintas entre nosotros que en México. Allí es una forma de vivir
(durante siglos exigía una entrega casi monacal), que hay que llevar
adelante con un enorme esfuerzo y una vida de obediencia, canto,
danza y oración. Allí se lucha por salir del sufrimiento, por
honrar a los santos de tu elección, por saber que tus compadres y
comadres, incluso los grandes jefes, cantarán por ti cuando partas
de este mundo, siempre que tu también hayas cumplido con tus
obligaciones concheras mientras estabas con vida.
Nuestros
cantos, por expreso permiso de la Nanita y de nuestro Linaje
invisible (que ella canalizaba en todo momento a sus casi noventa
años de edad) insisten en la alegría, la ascensión física, la
conciencia planetaria, la unidad de todos los humanos, el amor por la
Tierra y el contacto con todos los reinos de la naturaleza. Esta fue
la primera condición que puse a los ancianos, y a las ánimas
liberadas de los cuatro Vientos, para aceptar la herencia del Linaje
que me ofrecían. Las danzas y las ceremonias de flor siguen
estrictamente la trasmisión recibida, y son rituales de una belleza
y simbolismo excepcional, basadas en las formas de la geometría
sagrada y del equilibrio entre lo masculino y lo femenino (semejante
al círculo de danza). Sacralizan y movilizan el Poder en el lugar
donde se realizan. Ahora bien ¿estás prácticas son suficientes
para iluminar la conciencia? Sin duda que trabajan el cuerpo (las
danzas guerreras son poderosas), y también el alma (con su entrega
de energía a las fuerzas universales y a la madre Tierra), pero
muchas veces hay que completar este trabajo interno con tres
complementos bien definidos: el trabajo para abrazar la Sombra; las
Meditaciones y la maestría de la mente; y la Conciencia de los
mundos del nagual (ensoñación consciente, silencio, amor
transpersonal, trance interno).
El
futuro ha salido de los cauces de las tradiciones de nuestros
antepasados, y se hace necesario guiarse desde dentro, escuchar la
palabra que surge del corazón, la intuición de lo que es necesario
en este instante. Así que más que nunca, los viejos conceptos de
fraternidad, de bien común, de vida natural, de no agresividad, de
supervivencia, se convierten en la conciencia de una sola humanidad,
el respeto por toda vida, el amor por la madre naturaleza, la
disolución del miedo o el derecho a la vida. La conciencia no se
conquista asaltando el cielo.
La
conciencia sólo germina en el presente vivo, como un aroma que surge
de la integridad de este instante.
Ni siquiera es un mérito a conseguir, sino más bien el jugo natural
del ir y venir del aliento de vida, la manera en que la sonrisa del
niño interno que eres recibe a la ‘tumbadora’, esa oleada
recurrente del tiempo universal que golpea cada rato,
implacablemente, tu plexo solar.
CF.
-Sólo uno que tiene miedo a vivir acaba teniendo miedo a morir. Si
fuera por miedo y no hubiésemos querido salir de la tripita pues nos
hubiésemos perdido todo esto que es la vida y el mundo, cosas que
nunca las hubiéramos imaginado. ¿Qué nos espera al otro lado,
igual es un mundo maravilloso y pienso que no debe ser el miedo quien
nos retenga, sería una pena, sino vivir con una profunda convicción
y confianza en esta vida inagotable. ¿Qué sientes que nos puede
aportar la conciencia de la muerte para aprender a vivir mejor?
EF.
-La muerte acaba con las máscaras de la personalidad superficial y
nos pone delante de lo real. Por eso se trata de tenerla como
consejera, aquí detrás del hombro izquierdo.
La
muerte no es triste. Lo triste es no haber vivido, con integridad y
plenitud, una vida llena de experiencias, de aciertos y errores, de
amores y desamores, llegando al punto de integrar la dualidad de los
opuestos en pura conciencia. Vinimos a la Tierra apara vivir ese
‘otro aspecto de la Luz’, que en los planos celestiales brillaba
por su ausencia. Y uno de los nombres que se da a este complemento de
la luz es oscuridad, otro sombra, negatividad, etc. Sombra es la
densidad que no se manifiesta, no lo malo, sino la parte de la
Totalidad que ofrece resistencia al sol, que queda sin expresarse en
la luz. Ambas son verdades, luz y oscuridad, pero ninguna es completa
en sí misma, ninguna es la verdad del Espíritu. Una necesita de la
otra para formar el Tao, para ir más allá de la dualidad,
complementándose en el círculo sagrado.
Avanzamos
por la vida siempre aferrados a los miedos, dándoles alimento y
dejándolos crecer.
Y según pasan los años, estos miedos suelen convertirse en
verdaderos obstáculos, hasta que uno reconoce que los carga como una
mochila y finalmente los libera. Cualquier sueño se realizaría
fácilmente si no fuera por el miedo. Y ¿cómo lo liberas? Penetras
en lo que más temes y así afrontas el miedo, hasta que tu corazón
y tu aliento se relajan.
El
paso de la oscuridad a la luz, de lo denso a lo sutil, de la muerte a
la inmortalidad consciente es el objetivo esencial de nuestro paso
sobre la Tierra. Hoy en día podríamos resumirlo como el paso de lo
masculino (voluntarioso y aparente) a lo femenino (entregado y
esencial). Emocionalmente hemos de liberar nuestra negatividad,
abrazar la sombra y abandonar el sufrimiento, hasta experimentar el
amor incondicional. Hasta el Bardo Thodol, el libro de los muertos
tibetano, que tiene como objetivo prepararnos para la muerte, en
realidad nos ayuda a disolver los problemas que obstaculizan nuestra
vida. Y se basa en que el Testigo, la Conciencia que Yo Soy, no muere
ni conoce la muerte. Shiva precede a Brahma. Toda muerte implica un
renacimiento. Cada separación, cada luto, cada dolor, cada tragedia,
cada pérdida, es el umbral de un nuevo comienzo. Más profundo
morimos cada noche en el sueño sin sueños, y más descansados
estamos a la mañana siguiente. Al
morir conscientemente asistimos a una gran fiesta, y algunos aspectos
de nosotros mismos, demasiado sutiles para encarnar en la Tierra,
vuelven a reunirse con nosotros.
La
muerte no es el fin de ningún viaje, sino una importante etapa en el
camino de la vida, un vuelo hacia la indescriptible libertad que
concede la envoltura luminosa, y en ella el espíritu no puede ser
tocado por la densidad del sufrimiento. Sólo el ego se aterroriza
ante la muerte, que le aparece como el fin de la ilusión que
representa. Por eso las preguntas siguen abiertas: ¿Cómo lograr una
evolución de la conciencia que nos libere del miedo a morir y cómo
desapegarnos del cuerpo? ¿Cómo morir al ego antes de morir?
Se
dice que a nivel iniciático que para vivir es necesario estar muerto
a la mente (al pasado y a la separatividad). Lo que me ayudó a
sobrevivir en la juventud ahora se ha vuelto un obstáculo. El ego
que nos permitió condensarnos, ahora tiene que disolverse para que
podamos fluir con el corazón. “Cerca de la muerte, sin arrogancia
ni tristeza, se aprende el camino de la vida unificada. Así que se
trata de confiar en la energía del espíritu, en la Madre o en la
Diosa, disolviendo los temores asociados a la disolución. Nada
importante puede pasar al otro lado, llegaremos desnudos y sin
soportes”. Poco a poco nuestro cuerpo se irá marchitando y sólo
quedará la Conciencia, que es la que habita los diferentes cuerpos y
nunca cambia, el Testigo inmutable que Yo Soy. La muerte como la
fusión del ser es un misterio y se experimenta en medio del éxtasis
divino. Ese es el sentido del Tathagata, el que ha trascendido la
muerte y vive totalmente en el Ahora, el tiempo del espíritu.
CF.
-¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?… y mejor sería
simplemente decir que yo soy tu, soy completo con tu presencia. ¿Qué
significado tiene esto para ti a nivel solidario, solidario en la
búsqueda, en ese profundo sentimiento de crecer como una única
conciencia, de colaborar en un plan de existencia?
EF. -La
humanidad es un sólo cuerpo, y lo llevas puesto. Una sóla mente en
evolución.
Cada paso de gigante que da un ser humano para abrirse a una realidad
más amplia, a otras dimensiones de la conciencia, es un salto
evolutivo para el resto de nosotros. Una aventura transpersonal, como
la de Aurobindo y Mirra Alfassá, que catalizan el descenso del
Espíritu divino sobre la atmósfera del planeta, la energía
Supramental de la Diosa, haciéndole penetrar en el plano mental y
emocional, y finalmente en el núcleo de cada célula del cuerpo
humano, es una conquista absolutamente única.
¿Acaso
soy yo el guardián de mi hermano? La dualidad pasa a través del
cedazo de la decisión personal, de lo que se ha dado falsamente en
llamar el libre albedrío de la conciencia (aunque en realidad las
decisiones llegan desde los mundos oscuros del subconsciente personal
y del inconsciente y colectivo).
¿Somos
todos uno? Alcanzar la realización de que tu eres otro aspecto de mi
yo, es despertar al Testigo no implicado, al Espectador desapegado,
que es capaz de sentir que cada ser humano es otro rostro de su
propio rostro, que cualquier sonido es parte de la música de las
esferas, que cualquier palabra forma parte del sonido del
mundo.Todos
los seres humanos son yo.
Todo lo que ellos sienten yo lo siento y tengo que transmutarlo. Se
trata de asumir de manera natural que cada ser humano que sufre es
una parte de mí, que cada brote esquizoide es una locura interna sin
resolver, que cada niño que muere de hambre es una cualidad humana a
la que no atiendo dignamente. Y este acto de reconocimiento, más
allá del mental ordinario, es una victoria florida sin precedentes.
Realizar, como el Hopoonopono (una ciencia poderosa de la vieja
Lemuria), que puedes curar a cualquier persona o grupo en el que te
enfoques, pidiendo al Espíritu (a tu Yo superior) que lo que está
mal en ti respecto a tus concepciones y sentimientos relacionados con
esa persona o grupo se sanen, es un salto cuántico en la evolución
de la conciencia. Yo proyecto el mundo (mi cerebro crea un holograma,
porque mis sentidos externos no pueden emitir nada, son sólo
receptores) y soy responsable de todo lo que manifiesto en él. Si
personas enfermas, con la mente alterada, con hambre o matándose en
una guerra, están presentes en mi mundo, es que algo funciona mal en
mi percepción de la Realidad. La conciencia crística, que es mi
derecho de nacimiento, no conoce la enfermedad, la guerra, el dolor
ni la depresión… Así que sólo queda el voto del Bodhisattwa,
quedarse en acto de servicio sobre el manto verde de nuestra madre
Gaia-Tonantzin hasta que el último de los seres humanos alcance la
liberación. Cada paso que damos individualmente es un paso para la
humanidad.
CF.
-¿Qué es para ti la serenidad, ese estado donde uno es paz,
inter-es con toda la existencia?
EF. -La
vida me ha enseñado, después de muchos años de experiencia en los
procesos meditativos, que la
paz
del corazón es la más elevada de las realizaciones sobre la Tierra.
Por encima de los dones mágicos, de los viajes del alma, de las
fusiones amorosas del tantra y de los ayunos prolongados (sin agua,
comida ni movimiento) en la naturaleza. Si estos regalos del Espíritu
no conducen a la serenidad, a la aceptación de lo que hay de sagrado
en cada corazón humano, a la aceptación de lo que la vida nos trae
en cada instante, no han alcanzado su verdadera diana. ¿Por qué
esquina del presente peregrinará ese año 74 en el que convoqué, en
el Monasterio de Iranzu (Navarra, cerca de Estella), el primer
Vipassana que se hizo en este país, con un metro de nieve por los
caminos, y un suelo de madera que habíamos instalado en una sala de
esta fresca reliquia del siglo XI? Tu también estabas allí
colaborando y ayudando en el encuentro. Así que el tiempo vuela,
pero nosotros somos más rápidos. Hoy es la víspera del mañana, la
antesala al comienzo del cambio espiritual de la humanidad que tendrá
su primer toque de caracol durante el solsticio de invierno del 2012.
Hemos
de descansar en el vientre, hacer penetrar el alma en nuestras
células, encontrar esas cualidades que moran allí: sobriedad
emocional, serenidad mental, voluntad y poder personal, valor y
presencia en el instante. Así que basta de huir del dragón del
vientre y comenzar siempre el trabajo interno light por el pecho. Hay
que atreverse a penetrar en el cuarto oscuro de los trastos, y
entender, como ya he dicho anteriormente, que allí descansa no sólo
nuestra sombra oscura (miedos, dependencias, creencias rígidas,
obsesiones y pesadillas), sino nuestra Sombra dorada, los dones
internos del alma que traemos con nuestra encarnación, y la chispa
divina que Yo Soy. Un cariñoso saludo y que vuestro Sol sea siempre
brillante, tanto de día como de noche.
CF.
-Gracias por darme la oportunidad de mirarme en ese otro espejo, o en
el de mi otro yo, de preguntarte esas cosas a las que me gustaría
responder a mi desde dentro, imaginándome o invajinándome.